Tras arrasar en las urnas con más del 46% de los votos y consagrarse como la primera presidenta electa en la historia de Costa Rica, la oficialista Laura Chinchilla advirtió ayer que, apenas asuma el poder, en mayo próximo, impulsará el combate contra el crimen organizado y al narcotráfico, un flagelo extendido en la región, que amenaza la seguridad de toda América Central.
Politóloga de derecha de 50 años y la futura primera presidenta en la historia de Costa Rica, Chinchilla, experta en seguridad, instaló como debate central de la campaña su experiencia en la lucha contra la violencia. "Vamos a tener muchos retos en la región en los próximos años. Quizás el principal sea que vemos un grave desplazamiento de las bandas del crimen organizado hacia esta región", precisó Chinchilla en diálogo telefónico con la radio RCN de Bogotá.
"Lo he dicho: América Central puede ser el último campo de batalla de la guerra que se vive en Colombia y México. Debemos levantar la guardia y tratar de rescatar la tranquilidad´´, agregó la presidenta electa.
El alza de la tasa de asesinatos, que entre 1992 y 2009 subió de 4,4 homicidios por cada 100.000 habitantes a 11,1; dejó en evidencia el aumento de la violencia en Costa Rica, país al que Chinchilla prometió convertir en la primera nación desarrollada de América latina sobre la base del crecimiento económico y social.
Por otro lado, la futura presidenta se mostró confiada en que los vínculos con los otros países de la región no estén condicionados por la ideología.
"Nosotros esperamos que nuestras relaciones con los países de América latina no estén condicionadas por la ideología, sino más bien por la necesidad de aunar esfuerzos para poder atender las causas comunes que están demandando nuestros pueblos", indicó la mandataria electa, cercana al presidente costarricense Oscar Arias, que ha mantenido serias diferencias con el gobierno izquierdista de Nicaragua, presidido por Daniel Ortega.
AgradecimientosChinchilla se dedicó ayer a agradecer a su equipo de campaña, asistir a la iglesia y visitar el cementerio para depositar una ofrenda en la tumba de sus abuelos. Hoy comenzará el proceso de transición en una reunión con su "padre político", el presidente Arias.
Con el 95,4% de las mesas escrutadas, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) informó ayer que Chinchilla, del Partido de Liberación Nacional (PLN), tenía el 46,7% de los votos. Ese caudal fue bastante superior al que pronosticaban las encuestas previas a los comicios y, además, le garantizó llegar a la presidencia en la primera vuelta, sin la necesidad de ballottage.
Por otra parte, según el escrutinio de votos, Ottón Solís, de centroizquierda, del Partido Acción Ciudadana (PAC) sumaba el 25,1%, y Otto Guevara, liberal del Movimiento Libertario (ML), llevaba el 20,8%.
La oposición en el CongresoLa contundente victoria de Chinchilla no fue suficiente para que el PLN se asegurara el control del Parlamento unicameral.
El oficialismo se adjudicó 23 de las 57 plazas del Congreso, dos menos que las que tiene en la actual legislatura, y lo alejó de la mayoría simple de 29 legisladores.
Dos partidos de oposición aumentaron su presencia parlamentaria: el derechista Movimiento Libertario, que tendría diez representantes, el doble de los que logró elegir en los comicios de 2006, y el Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), que pasó de uno a cuatro diputados.
El gran perdedor de la jornada fue el Partido Acción Ciudadana (PAC, centroizquierda), la segunda fuerza política del país, que habría perdido seis de los 17 asientos con los que cuenta en la actual composición parlamentaria.
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