jueves, 10 de septiembre de 2009

El 11-S fue un pretexto para desatar las primeras guerras del siglo XXI



El 11-S fue un pretexto para desatar las primeras guerras del siglo XXI


Foto: Archivo.
Caracas, Sep. 10 ABN (Por Hernán Mena Cifuentes).- Este viernes se cumplen ocho años de los atentados del 11 de septiembre, causantes de la muerte de más de 3 mil personas en Nueva York y Washington, eventos, que de acuerdo con expertos, fueron perpetrados por el gobierno de Estados Unidos (EEUU) como pretexto para desatar las guerras de Irak y Afganistán en las que han perecido más de un millón de seres humanos y amenazan con seguir cobrando mas vidas.

La Gran Manzana despertaba aquel día con sus calles, avenidas y comercios que empezaban a colmarse de gente y con el ruido de decenas de aeronaves aterrizando y despegando de sus aeropuertos, mientras en otros terminales aéreos vecinos llegaban unas y salían otras más, pero cuatro de estas no llegarían al destino programado sino a blancos seleccionados para cometer uno de los más grandes atentados criminales de la historia.

Los fatídicos vuelos despegaron de los aeropuertos de Boston, Newark y Washington. Eran el 11 de American Airlines y el 175 de United Airlines que se estrellarían contra las torres gemelas del World Trade Center (WTC) en Nueva York; el vuelo 93 de United Airlines que no alcanzó su blanco al caer en un campo abierto de Shankville, Pensilvania, y el vuelo 77 de United Airlines que, según el gobierno yanqui, impactó una sección del Pentágono en Arlington, Virginia.

La historia cambiaría a partir del momento en que los dos primeros jets impactaron las moles del WTC, símbolos y orgullo de Nueva York que se derrumbaron como castillos de arena ante la mirada de asombro y terror de millones de personas que en el mundo observaban el desastre por televisión, creyendo que se trataba de un filme de terror y no de una terrible realidad, nunca antes vivida por el pueblo estadounidense en su propio territorio.

Recién había comenzado el siglo XXI que se presentaba al mundo como época de paz y de armonía en contraposición a la era de violencia y muerte que fue el siglo XX, con sus dos guerras mundiales y demás conflictos bélicos, como los de Corea, Vietnam e Irak-Irán, los cuales dejaron millones de muertos y lisiados, además de ciudades devastadas, como Hiroshima y Nagasaki, víctimas del terror nuclear.

Pero el 11-S, el nuevo siglo, perdería su rostro de inocencia para convertirse en otro más en el que la violencia, la maldad, el odio y la ambición del imperio más poderoso de la historia reanudó con más ímpetu que nunca sus planes de conquista planetaria al lanzarse a las aventuras bélicas de Irak y Afganistán, donde, a pesar de que perdieron la primera y están perdiendo la otra, amenazan con desatar nuevos conflictos en África y América Latina.

Desde hace tiempo existen dudas razonables sobre la veracidad de la versión ofrecida por Washington sobre esos ataques, ya que hay hipótesis basadas en pruebas de ingeniería y análisis realizados por científicos, expertos en siniestros, investigadores policiales y periodistas, quienes afirman que no fueron cometidos por terroristas árabes sino por las autoridades estadounidense, con el fin de justificar las guerras que desatarían, primero contra Afganistán y luego contra Irak.

Profesionales de destacada trayectoria, como Thierry Meyssan, Morgan Reynolds, David Ray Griffin y Giulietto Chiesa, además de miembros de organizaciones, entre ellas el Movimiento por la Verdad del 11-S (9-11 Truth Movement); desmontan con sus investigaciones todos y cada uno de los argumentos ofrecidos por la versión oficial sobre los atentados, las cuales son recogidas en una nota publicada en Internet por Wikipedia, la Enciclopedia Libre, del que se extraen los siguientes párrafos:

“A comienzos de 2002, Thierry Meyssan escribió la Gran Impostura en la que demostraba que un avión no se había estrellado contra el Pentágono. A partir de ese momento, la versión oficial quedaba en entredicho'.

Morgan Reynolds, un antiguo economista de la administración de George H. W. Bush, es hasta ahora el funcionario de más alto rango que ha decidido dar un paso adelante y critica la actuación del gobierno durante el 11-S, diciendo que la historia del gobierno es 'falsa' y que las torres del WTC fueron probablemente víctimas de una demolición controlada'.

'Después de los ataques, David Schippers, el principal fiscal de la acusación de Bill Clinton, declaró que había recibido advertencias de agentes del FBI seis semanas antes de que incluyeran la fecha y los objetivos de los ataques. Schippers denuncia que los agentes de FBI acudieron a él, porque la oficina central del FBI había bloqueado sus investigaciones y les había amenazado con procesarles si hacía públicas sus informaciones. Schippers relata que trató de ponerse en contacto con el secretario de justicia, John Ashcroft, sobre este asunto, pero Ashcroft rechazó repetidamente sus llamadas'.

'William Norman Grigg, en su artículo:¿Sabíamos que iba a pasar, publicado en The New American, declara que, según tres agentes del FBI que había entrevistado, 'la información proporcionada a Schippers se conocía en todo el FBI antes del 11-S. Se movió un volumen inusualmente grande de stock options (acciones) en los tres días antes del 11-S pertenecientes a sólo dos líneas aéreas, American Airlines y United Airlines (dueñas de los aviones estrellados)''.

'También se compraron grandes cantidades de 'opciones' sobre Morgan Stanley Dean Witter que ocupaba 22 pisos en el WTC. Aunque aún no se haya proporcionado ninguna prueba de que había algo extraño en estas transacciones, se sabe que las agencias de inteligencia estadounidenses estudian los mercados para buscar signos de acontecimientos inminentes y adversos'.

'Al principio, los militares divulgaron que durante el 11-S no se envió a nadie para interceptar los aviones secuestrados hasta que el Pentágono fue atacado. La misma semana, pero más tarde, los militares divulgaron una segunda versión, diciendo que sí se habían enviado aviones de combate, pero como la FAA (Federal Aviation Administration) se había retrasado en la notificación de los secuestros, estos aviones llegaron demasiado tarde'.

'Paul Graig Roberts, antiguo subsecretario del Tesoro en la administración Reagan, que ha cuestionado la cordura de Bush (con antecedentes de alcoholismo y drogadicción) y su círculo de neoconservadores, ha expresado sus dudas sobre la historia oficial del 11-S:'Conozco a muchos ingenieros y científicos cualificados que han dicho que el WTC se derrumbó a causa de cargas explosivas. De hecho, si se mira la forma en que cayeron las torres, no hay más remedio que creerlo''.

'El vuelo 77 fue capaz de volar hacia el Pentágono durante 40 minutos y no fue interceptado a pesar de la sofisticada tecnología de radar, de las baterías antimisiles que rodean el Pentágono y de la proximidad del edificio a la base aérea Andrews. En el momento de los ataques, el ala oeste (que era el objetivo del ataque) del Pentágono estaba en reformas y por lo tanto casi vacía. Los daños producidos en la pared del Pentágono son demasiado pequeños para haber sido causados por un Boeing 757'.

'Las cámaras de vigilancia del Pentágono capturaron cinco fotogramas antes, durante y después del impacto, pero ninguno muestra exactamente lo que impacta contra el edificio. El FBI confiscó unos videos inmediatamente después del ataque en los que se supone que se había grabado el evento, pertenecientes a una gasolinera cercana. Estos videos no han sido publicados'.

'Kevin Ryan, de Underwriters Laboratories, la empresa que certificó el acero usado en la construcción de las torres gemelas, ha escrito:'Esta historia simplemente no cuadra. Si el acero de las torres realmente se hubiera ablandado o derretido, no se pudo deber a la deflagración de ningún tipo de combustible, (y mucho menos de kerosena, utilizado por los jets). Además, los incendios fueron demasiado breves''.

'El ex economista jefe del Departamento del Trabajo durante el primer mandato de George W. Bush, Morgan Reynolds, dijo que la versión oficial sobre el derrumbamiento del WTC es 'falsa' y que es mucho más probable que fuese una demolición controlada lo que destruyó las Torres Gemelas y el edificio adyacente Nº 7!.

'El edificio Nº 7 del WTC no fue golpeado por ningún avión de pasajeros y tampoco tuvo ningún fuego en su interior alimentado por el combustible. La explicación oficial de la caída de las Torres Gemelas se basa principalmente en estos dos detalles. Sin embargo, el WTC 7 también se derrumbó sobre sí mismo y casi a la velocidad de caída libre. Los bomberos que entraron en las torres dijeron haber visto y oído explosiones'.

Si se analiza ese cúmulo de hipótesis planteadas por gente seria, personalidades ajenas a todo tipo de especulaciones políticas interesadas, formuladas con rigor científico y profesional en busca de la verdad sobre las motivaciones reales de un evento trágico que ha sido “secuestrado” por las contradicciones y mentiras de una versión oficial cuestionada por ellos, se tiene la certeza de estar frente a un hecho criminal utilizado para un genocidio aún mayor.

Porque, en base a lo expresado por David Ray Griffin en su obra Omisiones y Manipulaciones de la Comisión Investigadora de los atentados del 11-S, en la que cita las 115 mentiras que encontró en el texto oficial, se evidencia que se trató de un complot criminal basado en la falacia, práctica histórica del imperio utilizada para atacar o invadir países, como lo hizo contra España, con el Maine en 1889; en el Golfo de Tonkin en 1964 para bombardear Hanoi y otras agresiones injustificables.

Esa sería la verdad aterradora de un crimen de lesa humanidad y no la falacia expresada en la versión de un imperio que usó los atentados del 11-S, los cuales cobraron más de 3 mil vidas, para desatar las guerras de Irak y Afganistán, en las que hasta ahora han muerto más de un millón de seres humanos, aventuras bélicas en las que sólo conocerán la derrota como en todas las guerras de conquista que ha lanzado en más de medio siglo y que lo están llevando a su extinción.

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