El huracán Bill se siguió fortaleciendo el martes hasta llegar a la categoría 3, el más intenso en lo que va de la temporada en el Atlántico.
El Centro Nacional de Huracanes dijo que los habitantes en las Islas de Sotavento deben estar atentos a la trayectoria y evolución de Bill. Todd Kimberlain, un meteorólogo del centro, había considerado probable que el huracán llegara al menos a la categoría 3.
"Las corrientes atmosféricas son ligeras y las aguas cálidas", dijo Kimberlain. "Esos son dos ingredientes esenciales no sólo para la formación sino para la conservación de los huracanes".
Un avión detector de huracanes halló que Bill había llegado a la categoría 3, con vientos cercanos a 200 kilómetros por hora (125 mph), y su vórtice se ubicaba unos 1.000 kilómetros (635 millas) al oriente de las Islas de Sotavento. Avanzaba al oeste-noroeste a unos 25 kph (16 mph).
La amenaza más significativa que la tormenta parecía plantear era para las Bermudas, por donde podría pasar en unos tres o cuatro días, dijo Kimberlain. Pero también podría moverse directamente entre las Bermudas y la costa oriental de Estados Unidos sin tocar tierra.
De cualquier forma, la gente cerca de la costa puede esperar marejadas y fuertes corrientes marinas en los próximos días, según Kimberlain.
En tanto, los habitantes de Haití y República Dominicana se despertaron el martes con una buena noticia: al parecer, Ana, la primera tormenta con nombre de la temporada en el Atlántico, no tuvo mayor impacto en la isla que comparten ambos países.
Las dos naciones ubicadas en la isla de La Española son muy vulnerables a las tormentas, pues en sus territorios vive mucha gente pobre en las márgenes de los ríos. Sin embargo, no hubo reportes de daños de consideración a consecuencia de los restos de Ana.
La tormenta se había degradado a depresión tropical y se disipó prácticamente antes de llegar a La Española, pero sus lluvias eran consideradas todavía una amenaza.
"La lluvia cayó, pero no afectó seriamente ningún lugar", dijo Marie Alta Jean Baptiste, directora del departamento de protección civil de Haití.
Haití es particularmente susceptible a inundaciones catastróficas porque la mayoría de los árboles fueron talados a fin de producir carbón y de usar los terrenos para la agricultura. El terreno montañoso y deforestado no puede retener el agua.
El año pasado, una serie de tormentas mató a cientos de personas y dejó a miles sin alimentos.
Los meteorólogos han revisado sus predicciones de huracanes en el Atlántico para esta temporada, luego que los primeros dos meses transcurrieron sin que se registrara una sola tormenta tropical.
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El periodista de la AP, Jonathan M. Katz, contribuyó con este despacho desde Puerto Príncipe.
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