TEGUCIGALPA, (AFP) - Los habitantes de colonias pobres de Tegucigalpa como Izaguirre y El Carrizal, parecen estar tan divididos como el resto de Honduras en sus opiniones sobre el golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya, aunque organizaciones populares y cívicas dicen que se preparan para garantizar el regreso del mandatario.
"No vamos a dejar que los exaltados impidan a (el presidente) 'Mel' (Manuel) regresar" dice Laura Pérez, un ama de casa de 48 años.
"Si es necesario me voy a ir al aeropuerto con mis hijos, para asegurar que se pueda bajar del avión", agrega esta mujer que vive en uno de los cerros desde los cuales se puede observar el terminal aéreo de la capital hondureña.
Los ánimos siguen exaltados en la capital hondureña, en donde manifestantes favorables al retorno del presidente derrocado realizaron una marcha que recorrió el centro de la ciudad, pasó ante la sede local de la Organización de Estados Americanos y culminó con una concentración frente al obelisco, cerca al cuartel general de las Fuerzas Armadas.
En la colonia San Miguel, Pedro Hernández un trabajador de la construcción, dice que sus vecinos tienen miedo, pero se están organizando. "Nosotros hemos vivido toda la vida con miedo y sí, seguimos teniendo miedo, pero no nos vamos a dejar quitar el gobierno de los pobres" señala.
Hernández dice que con otros vecinos ha acudido a las manifestaciones para buscar que Zelaya, quien fue sacado del país el domingo por militares y reemplazado como presidente por el congresista Roberto Micheletti, sea repuesto en el poder.
"Esto es muy triste, que los empresarios y los ricos se hayan aliado con unos politiqueros para sacar a una gente que estaba trabajando por los pobres", agrega mientras consume un refresco para paliar los efectos del calor.
A su lado Ernesto Pérez dice no estar de acuerdo con el regreso de Zelaya y cree que lo mejor para los hondureños es que se calmen los ánimos.
"Mientras no haya paz no habrá trabajo y eso es peor para todos", dice este camionero que asegura haber tenido que dejar parado su vehículo de carga, ante el cierre de fronteras ordenado por los países vecinos como El Salvador, Guatemala y Nicaragua.
Zelaya, quien este miércoles viajó a Panamá, ha anunciado que se propone regresar el fin de semana, una vez se cumpla el plazo fijado por la Organización de Estados Americanos para que el gobierno que tomó el poder tras derrocarlo cese en sus funciones.
El canciller de ese gobierno interino, que no ha sido reconocido por la comunidad internacional, Enrique Ortez, aseguró que si Zelaya vuelve se cumplirá con una orden de la Fiscalía para detenerlo por acusaciones de 18 delitos. "Más de 25.000 hondureños han dicho que están dispuestos a rodear el aeropuerto" para impedir el regreso, aseguró.
Por su parte las organizaciones agrupadas en el Bloque Popular, que promueven las manifestaciones para la restitución del gobierno, han anunciado por su parte que están dispuestos a marchar hacia el aeropuerto para proteger el regreso de Zelaya.
Salomón Orellana, dirigente de la organización "Occidente Resiste" que actúa en el departamento de Lémpira (oeste), aseguró telefónicamente a la AFP que decenas de autobuses y vehículos que se dirigían a Tegucigalpa para pedir el regreso de Zelaya fueron bloqueados por disparos de exaltados.
"Le dispararon a las llantas de 27 vehículos, pero ya las hemos reemplazado y vamos a reemprender el camino, para si Dios quiere estar allí el sábado y ver el regreso de 'Mel'" aseguró.
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