domingo, 26 de julio de 2009

EL TIEMPO ESTÁ A FAVOR DE LOS GOLPISTAS


DR. FREDDY PACHECO LEON CATEDRATICO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL


Es lo único que han tenido a su favor. Llegaron a la mesa de negociación acogida por don Oscar Arias con la única intención -¡paradójicamente- de no negociar. Después de descalificar rotundamente la propuesta elaborada para la segunda ronda… ahora dicen que no se ha roto la negociación para provocar quizá una tercera, y luego una cuarta y una quinta ronda, para ganar tiempo. Repetimos, es lo único que han tenido a su favor.

Porque en contra, además del repudio de la comunidad internacional expresada desde Costa Rica a la ONU, pasando por la OEA, tienen la lucha de clases desatada en Honduras sin que se vislumbren signos de solución. Los campesinos que Zelaya sacó de la oscuridad y dolor de los precarios, ahora ven amenazados sus derechos por los que se dicen demócratas respetuosos de la Constitución… y ellos no están dispuestos a regresar al pasado de hambre cotidiana.

Cuando marchan los ricos, financiados descaradamente por la Agencia para el Desarrollo Internacional –AID- del Departamento de Estado de los EUA- y representados por las fuerzas malinchistas de Paz y Democracia del bando de Goriletti, salen uniformados con costosas camisetas, gorras y banderas, a exhibir sus caras maquilladas con los rasgos del cinismo y la opresión. Mientras que cuando caminan por su propia cuenta y riesgo “ese que llaman pueblo”, su piel curtida por el sol y sus vestidos humildes nos hablan de su origen campesino y urbano marginal. Le gritan al mundo, aquí está el pueblo de Mel Zelaya que teme por un mañana tenebroso bajo la dictadura impuesta por la fuerza de las armas.

Lo que sigue nadie puede vaticinarlo. El Presidente está fuera del país y los golpistas están fuera de sus cabales. El pueblo se enfrenta a la oligarquía más despreciable mientras los dueños del país sacan sus capitales hacia el exterior. Ambos se sienten asfixiados y temen por su futuro. El sol se detuvo en Tegucigalpa. Ante lo cual solo deseamos que ¡ojalá! se llegue a una solución donde se restablezca cuanto antes la paz truncada sin derramamiento de sangre.

De lo que sí podemos estar seguro es de que con el golpe de Estado los militares y la oligarquía entronizada en los cancerberos del status quo, se retroalimentó la lucha de clases que el Presidente Zelaya había logrado mitigar y que ahora marcha, con incontenible fuerza, como un ejército silencioso dispuesto a reivindicar su dignidad ultrajada. ¡Dios los proteja! (aunque el cardenal Rodríguez les halla dado la espalda).

Freddy Pacheco

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