El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó ayer de «ilegal» el golpe de Estado perpetrado en Honduras el domingo y afirmó que Manuel Zelaya sigue siendo el presidente legítimo. Obama consideró que si se acepta el golpe, se sentará un «terrible precedente».
La secretaria de Estado de EE.UU. -con quien habló ayer por teléfono el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos- declaró horas antes que su prioridad era la restauración del orden democrático e institucional en Honduras, y denunció que la expulsión de Zelaya había «derivado en un golpe de Estado».
El Gobierno español, por su parte, ha ofrecido su apoyo a la Organización de Estados Americanos (OEA) para encontrar una salida a esta crisis. El secretario de Estado para Iberoamerica, Juan Pablo de Laiglesia, participará hoy en la reunión de ese organismo -en el que España es sólo observador- y ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló desde Las Palmas su respaldo a los trabajos de la OEA. Anunció que se mantienen contactos con todos los gobiernos iberoamericanos y con países europeos y organismos internacionales para favorecer el restablecimiento de la democracia en Honduras. Zapatero reclamó la «inmediata reposición» en el cargo de presidente Zelaya.
Entre esas gestiones, se encuentran las conversaciones telefónicas que Moratinos mantuvo con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, con Clinton, el canciller brasileño, Celso Amorim, y con la canciller mexicana, Patricia Espinosa, según fuentes de su departamento.
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