Mientras continúan las especulaciones sobre las causas de la muerte de Michael Jackson y las colas, según comprobé esta mañana, continúan con lágrimas y calor ante su impronta en Hollywood Boulevard, la prensa estadounidense se ha desbocado. El fallecimiento del Rey del pop, "uno de los famosos más frágiles y solitarios que se conocen", hace el agosto de muchas publicaciones en época de crisis.
Marcando otra victoria de la prensa electrónica sobre la escrita, ha puesto en órbita definitivamente a la publicación de internet TMZ, que ya en el pasado logró primicias como la soflama antijudía de Mel Gibson o la bronca telefónica de Alec Baldwin a su hija de once años, pasando por una foto con la cara magullada de Rihanna después de una "discusión" con su novio Chris Brown.TZM, que es acusada de pagar por las informaciones que da, tiene unos cuatro millones de lectores y, en esta ocasión, afirmando con rotundidad, probablemente por tener un informante a sueldo en el hospital, que Jakcson había muerto disparándose. Es un nuevo espaldarazo a la prensa digital.
Los semanarios echan el resto. Agotadas las excentricidades de Britney Spears, llevaban bastante tiempo ronroneando sobre si el matrimonio Brad Pitt-Angelina Jolie es estable o sobre si los dos hablaban demasiado con sus antiguos cónyuges. La muerte de un gran artista que pasó de "niño de ojos grandes con once años a un reconcentrado joven de 23 y de ahí a un hombre angustiado" es el maná de cielo. La mina es inagotable, a la misteriosa muerte -"cuando salgan los resultados de la autopsia se armará un taco", ha dicho Liza Minnelli- se une lo que vaya a ser de sus hijos, qué pasa con su herencia, con sus ingentes deudas... Y luego está el funeral, que dará mucho de sí.
En las televisiones, con larguísimos programas en directo, se ha oído de todo de amigos y conocidos: era un tipo normal o un desastre psicológico, había recuperado su buen aspecto o lo tenía horrible, era un padre ejemplar o no estaba capacitado para serlo... La leyenda de Jackson se une a la de otros como Elvis Presley o James Dean. Perdurará.
Entre los temas interesantes debatidos está el de la identidad racial de Michael. Con sus operaciones estéticas, con su emblanquecimiento, ¿estaba tratando de negar su negritud? ¿Por qué siempre frecuentó a blancas? -sus dos mujeres lo fueron-, ¿por qué su aparente obsesión por distanciarse? El analista Earl O. Hutchinson afirma que mucha gente de color en Estados Unidos se debatía entre la veneración y el repudio por considerarlo un traidor. La directora deEbony, una revista muy leída por los negros, lo niega. Jackson siempre se preocupó de darle importantes exclusivas, había donado unos 300 millones de dólares a instituciones de negros... Su antiguo manager añade: "Nunca planteamos la cuestión racial. Michael era más grande que eso, iba más allá. Cuando Dios concede a alguien un talento tan especial eso lo coloca en una categoría única"...
Hay Jackson para rato.
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