El virus de la peste porcina sigue matando en México. Ya son 149 los muertos desde que se declaró el brote el jueves pasado y se investiga si todos están relacionados con la enfermedad. Ante su propagación por otros estados del país, el ministro de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, anunció la suspensión de todas las clases en todo el país hasta el 6 de mayo, porque, «desgraciadamente», admitió, los casos seguirán incrementando. Y para colmo de males, un terremoto de casi 6 grados sacudió ayer la zona oeste del país, haciéndose notar hasta en el Distrito Federal, aunque al parecer sin víctimas.
Córdova señaló que 1.995 personas han ingresado con cuadros graves de neumonía en los hospitales, de los que 776 permanecían hospitalizados. También agradeció la «actitud madura y responsable» de la población y los sectores público y privado del país.
Ayer fue el cuarto día desde que el Gobierno decretó la alarma sanitaria por la cepa mutada del virus. El centro de la capital, la más poblada del mundo junto a Tokio, mostraba una fisonomía muy poco habitual, con las calles vacías y los transeúntes cubiertos por mascarillas. Para completar este paisaje de temor, la Iglesia sacó en procesión el Cristo de la Salud por las alrededores de la catedral de Ciudad de México, pidiendo su protección ante el brote vírico. Hacía al menos siglo y medio que no pedían su intercesión de esta forma. La entidad más afectada ha sido el Distrito Federal que suma ya 22 muertos confirmados por la cepa, de ellos 7 el domingo. También en el descanso dominical 5.171 personas coparon los centros de salud con infecciones respiratorias, de los que 47 fueron hospitalizadas. Con ellos suman 9.806 los casos atendidos, además de 24.057 consultas telefónicas que resultaron en 19 ingresos.
La plaza del Zócalo, donde se levantan la Catedral, la alcaldía y la sede oficial del Gobierno Federal, es el centro neurálgico de la urbe y fue ayer escenario de una pequeña procesión del Cristo de la Salud, que no salía desde que en 1691 una epidemia de viruela negra azotó la ciudad. También en la Basílica de Guadalupe se instaló una carpa en la explanada desde donde se oficio una misa.
Por su parte, el alcalde del DF, el izquierdista Marcelo Ebrard, aseguró que se tomaban todas las medidas para contener el brote pero descartó establecer un cerco sanitario en la metrópoli. Recordó que el virus está en más de la mitad de la nación, en Estados Unidos y Canadá por ello «aislar una zona del DF no tendría sentido».
En Estados Unidos, el domingo había veinte casos confirmados de la nueva gripe porcina. El lunes ya eran cuarenta. Así de dramática había sido la espiral de esta epidemia que puede ser la primera pandemia del siglo. ¿Cómo seguir los consejos del presidente Barack Obama de no alarmarse? «Obviamente es motivo de preocupación y requiere que se aumente el estado de alerta», admitió ayer el presidente, «pero no es causa de alarma. El Departamento de Salud ha declarado la emergencia de salud pública como medida de precaución para asegurarnos de que tenemos todos los recursos disponibles para actuar rápida y eficazmente». Se trataba de evitar que el pánico se expandiese más rápido que la gripe.
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