Sin el terremoto, el ICE advirtió la posibilidad de apagones ante la falta de recursos para comprar combustible que alimentan las plantas térmicas.
Ahora el panorama varió dramáticamente tras la salida de operación del proyecto hidroeléctrico de Cariblanco en San Miguel de Sarapiquí de Alajuela.
Una cabeza de agua, luego del terremoto del pasado jueves, destruyó gran parte de los equipos e inundó las instalaciones.
El director de Proyectos y Servicios del ICE, Greivin Mayorga, explicó que Cariblanco generaba en promedio 82 megavatios.
Esta cantidad de energía debería salir ahora de las plantas térmicas y las autoridades del ICE no descartan apagones.
“Tenemos un parque térmico que permitirá cubrir la energía que deja de producir Cariblanco, siempre que se tengan los recursos económicos para la compra de combustibles”, indicó Mayorga.
Antes de la emergencia, el ICE tenía estimado invertir para el 2009, aproximadamente ¢176 mil millones para generación de electricidad con plantas térmicas.
Con la salida de operación de Cariblanco no se descarta que se necesite otro ajuste de tarifas.
La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), aprobó un incremento de 15,11 por ciento a las tarifas eléctricas, el pasado mes de diciembre.
El Instituto solicitó, según el ente regulador, un aumento de un 40,69 por ciento para contar con el dinero necesario para enfrentar el consumo del 2009.
El presidente ejecutivo del ICE, Pedro Pablo Quirós, señaló el pasado 21 de octubre que la institución alista un plan de racionamiento para el verano.
De manera preliminar se estima que la planta hidroeléctrica Cariblanco esté fuera de operación por al menos un año.
“Todavía no podemos decir a cuánto ascienden las pérdidas, pero sí son varios millones de dólares”, precisó Quirós.
Se espera que esta semana se pueda entrar al piso inferior que se encuentra inundado y analizar el estado de los equipos.
Mayorga detalló que la sala de máquinas “desapareció” y otros instrumentos deben ser revisados en los próximos días.
Salió de operación en forma automática cuando se produjo el terremoto, al igual que Toro I y Toro II, al oeste del volcán Poás.
El 10 por ciento de la electricidad del país se produce con generación térmica y el 90 por ciento con energía renovable.
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