jueves, 17 de julio de 2008

El Papa Benedicto XVI pidió el viernes a todas las religiones que se unan contra el terrorismo y que resuelvan los conflictos de manera pacífica.

FOTOGRAFÍA DE WALTER EDUARDO RODRIGUEZ CAMPOS DIRECTOR DE LA VOZ DEL PUEBLO


SIDNEY (Reuters) - El Papa Benedicto XVI pidió el viernes a todas las religiones que se unan contra el terrorismo y que resuelvan los conflictos de manera pacífica, en un discurso ante los líderes islámicos y judíos de Australia.

"En un mundo amenazado por formas indiscriminadas y siniestras de violencia, la voz unida de la gente religiosa insta a los países y comunidades a resolver los conflictos a través de medios pacíficos y con respeto pleno a la dignidad humana," dijo el Santo Padre.

El Sumo Pontífice también dijo que la Iglesia Católica está abierta para aprender de otras religiones, un comentario que se da en el contexto de los intentos del Vaticano por mejorar sus relaciones con el mundo islámico.

"La iglesia busca con avidez oportunidades para escuchar la experiencia espiritual de otras religiones," dijo Benedicto XVI, quien se encuentra en Sídney para las celebraciones del Día Mundial de la Juventud de la Iglesia Católica, entre el 15 y 20 de julio.

Las relaciones entre católicos y musulmanes se tensaron en el 2006, después de que el Santo Padre pronunció un discurso en Regensburg, Alemania, en el que los mahometanos consideraron que implicó que el Islam era violento e irracional.

Los musulmanes de todo el mundo protestaron y el Papa buscó reparar el daño cuando visitó la Mezquita Azul de Turquía y rezó en dirección a La Meca junto a su imán.

Después de las consecuencias del discurso de Regensburg, 138 eruditos y líderes musulmanes escribieron al Santo Padre y otros líderes cristianos, expresando que "la sobrevivencia del mundo en sí" podría depender del diálogo entre ambos credos.

En marzo, el Vaticano y líderes musulmanes accedieron a establecer una instancia de diálogo permanente, conocida como "el Foro Católico Musulmán," para mejorar las relaciones, que frecuentemente pasan por momentos difíciles.

Las relaciones entre la pequeña comunidad musulmana de Australia y la mayoritaria población cristiana han estado tensas desde los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos y la guerra en Irak, desde donde Canberra retiró sus tropas recientemente.

En diciembre del 2005 se desataron disturbios de carácter racial en la Playa Cronulla de Sídney, cuando los residentes atacaron a cualquiera de apariencia árabe, creyendo que los musulmanes intentaban hacerse con el control de la playa.

A fines del 2007, dos cabezas de cerdo fueron clavadas en estacas de metal y entre ellas se colgó una bandera australiana frente al sitio de construcción de una escuela musulmana en las afueras de Sídney. Las protestas de miles de residentes llevaron a descartar los planes de construcción del recinto.

El Papa dijo que reconocía el respeto de Australia a la libertad religiosa y agregó que la fe era una fuerza de unidad, no de división.

Benedicto XVI dijo que la religión puede ayudar a la gente de diversos orígenes a "vivir generosamente, forjando lazos de amistad con sus vecinos."

"En su centro, las relaciones humanas no pueden ser definidas en términos de poder, dominación e interés personal, en cambio reflejan y perfeccionan la inclinación natural del hombre a vivir en comunión y de acuerdo a otros," dijo el Santo Padre, de 81 años.

"La universalidad de la experiencia humana, que trasciende todas la barreras geográficas y limitaciones culturales, hace posible que los seguidores de la religión participen en un diálogo para lidiar con los sufrimientos y alegrías del misterio de la vida," agregó. (Escrito por Michael Perry; Editado en español por Ricardo Figueroa)

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