El presidente Luis Guillermo Solís logró coronarse como la persona más popular de Costa Rica.
Con esa simpatía hacia el profesor y polítologo, 1,3 millones de costarricenses votaron por él.
A la vuelta de un año y tres meses, ese capital político o respaldo prácticamente se vino al suelo, así lo refleja la encuesta de la firma CID-Gallup, la cual consultó a 1.225 hogares -del 3 al 10 de setiembre- con un nivel de confianza del 95% (+-2,8% error muestral).
De mayo del 2014 a setiembre del 2015, la opinión desfavorable creció de un 5% a un 60%. Mientras la favorable pasó de un 87% a un 34%.
Al consultar “¿cuál es la opinión de la manera en que se desempeña Luis Guillermo Solís como presidente de Costa Rica?”, un 30% la califica como “muy mal”, un 37% “ni bien, ni mal”, un 16% “algo mal”, sólo un 11% “bien” y un 3% “muy bien” (ver gráfico).
De acuerdo con la casa encuestadora, la evaluación sobre el desempeño de Solís ha caído en un 57%, aunque resalta “pareciera que ha logrado frenar la caída en los últimos meses”.
REPROBADO Sólo un 28% de los entrevistados contestó a favor de la gestión presidencial. Ante la consulta concreta de si aprueba o desaprueba, tres de cada cinco opinan negativamente, es decir un 62% lo reprueba.
Los datos desfavorables hacia la mandatario coinciden con los resultados negativos que mostró la reciente encuesta de Borge & Asociados, en la que la percepción sobre el Presidente también desmejoró; en mayo el 41,1% de ticos pensaba que era muy mala, ahora se acrecentó a un 44,5%.
NO CUMPLE ¿Por qué ha perdido la simpatía el jefe de Estado? Según el estudio, la principal razón está en que hay una percepción de que no está cumpliendo con lo que prometió durante la campaña presidencial. “Es especialmente importante mencionar la corrupción en el gobierno: la erradicación de este problema fue promesa fundamental de su campaña y la percepción es que sigue siendo un desafío importante.
Otra promesa incumplida es la reforma fiscal, prometió no pedir más impuestos en los primeros dos años de su gestión, además de la esperanza que generó sobre un 'cambio', y sobre los valores que habían distinguido al PAC: honradez, transparencia y trabajo”, amplía el informe.
Un 37% asegura que no ha cumplido “nada”, un 39% “poco” y sólo un 2% sostiene que “mucho”; un 19% admite que “algo”.
De acuerdo con la opinión sobre la gestión, desde el primer mandato del expresidente Óscar Arias en 1987 -comparando el mismo periodo de administración-, Luis Guillermo Solís es el segundo peor evaluado, después de José María Figueres.
Un 46% define su trabajo como muy malo, frente a un 59% en el caso de Figueres. La encuesta concluye que el presidente Solís hizo creer a los ticos que desenmascaría a los corruptos, pero más bien la percepción de estos ha crecido como problema país.
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