sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Por qué me dan la crisis de ansiedad?



La crisis de ansiedad suele ser un “síntoma” de 
otros problemas no resueltos. ¿Qué problemas “no resueltos” son esos? Hay personas con dificultades para manejar sus relaciones con los demás. Otras personas se involucran en el trabajo en un nivel agotador, más allá de lo justificado. Algunas personas se mantienen en situaciones personales que internamente viven como 
insufribles... En realidad, son muchos y  variados los problemas sin resolver que pueden dar la cara como una crisis de ansiedad. El elemento común que presentan todas estas personas es la vivencia de un estrés personal elevado.
Ese estrés personal, unido a una cierta predisposición familiar, es  la causa de las crisis de ansiedad. 
Generalmente las personas que experimentan crisis de ansiedad cuentan con antecedentes familiares de ansiedad en padres, tíos, abuelos o hermanos. Debemos entender que se  heredan ciertas características físicas relacionadas con la reacción ansiosa, pero también se aprende a vivir y a relacionarse con los síntomas de

ansiedad de forma similar. No es cuestión de entrar aquí en el debate eterno herencia/aprendizaje, se trata de ser 
conscientes de que existe la vulnerabilidad o predisposición a padecer problemas de ansiedad y de que esa vulnerabilidad tiene raíces en lo biológico y raíces en la tradición cultural y de la familia.
Finalmente, un tercer componente necesario 
para que ocurra la crisis de ansiedad es algún contacto con información que facilita la interpretación catastrófica de las sensaciones corporales. Muchos de mis pacientes han oído que un vecino se “volvió loco y lo encerraron”, o que “tuvo un dolor fuerte en el pecho y lo ingresaron prácticamente muerto de un infarto”, o que “le dio un dolor de cabeza fuerte y resultó ser un derrame cerebral”.
Cuando una persona sufre estrés y tiene antecedentes familiares de ansiedad, tan sólo es necesario que surja una interpretación catastrófica de las sensaciones de la ansiedad para que salte la chispa de la crisis de ansiedad. Por eso “dan” las crisis de ansiedad.

¿Qué es una “crisis de ansiedad”?

Una crisis de ansiedad es una respuesta repentina de miedo o malestar intenso, que llega a su pico
máximo en cuestión de minutos (generalmente menos
de diez minutos) y que se manifiesta por cuatro o más
de los siguientes síntomas:
a. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca

b. Sudor abundante
c. Temblores o sacudidas
d. Sensación de ahogo o falta de aliento
e. Sensación de atragantarse
f. Opresión o malestar en el pecho
g. Náuseas o molestias abdominales
h. Inestabilidad, mareo o desmayo
i. Sensación de irrealidad (desrealización) o
de estar separado de uno mismo (despersonalización)
j. Miedo a perder el control o volverse loco
k. Miedo a morir
l. Sensación de entumecimiento u hormigueo
m. Escalofríos o sofoco
Cuando las crisis de ansiedad se  presentan de
forma inesperada y ocasionan miedo a la repetición de
dichas crisis estamos ante un trastorno de ansiedad denominado  trastorno de pánico. Con el tiempo, sufrir
crisis de ansiedad inesperadas en determinados lugares
(supermercados, ascensores,  autobuses, etc.) puede dar
lugar a una evitación fóbica de ese tipo de lugares, es lo
que denominamos agorafobia.

AYUDA CUANDO ENFRENTAS UNA CRISIS DE ANSIEDAD

Si has sufrido una crisis de ansiedad, necesitas conocer 
cuanto antes la información clave para comenzar a dominar esas crisis y evitar su reaparición. También es 
necesario que aprendas algunos ejercicios sencillos que 
te  ayudarán a ir ganando control desde el principio sobre tus síntomas. A esto dedicamos este capítulo.
Lo que NO debes hacer
Si estás preocupado por la posibilidad de sufrir 
una crisis de ansiedad existen una serie de recomendaciones básicas que debes seguir:
Evita hablar en voz alta o más rápido de lo 
habitual. Habla en voz baja y despacio, procurando mantener un ritmo que no fuerce tu respiración. Hablar alto o rápido facilita la hiper-Para obtener la versión más reciente de esta guía visita:
clinicamoreno.com – psicólogos
ventilación y puede desencadenar crisis de ansiedad.
Evita el consumo de cafeína y otros excitantes. El café, las bebidas de cola, el chocolate, el 
té, las bebidas “energéticas”, son algunos productos de consumo habitual que pueden aportar 
excitantes suficientes para desencadenar una 
crisis de ansiedad.
Evita el consumo de azúcar. El consumo de 
caramelos, refrescos azucarados y otros productos con alta concentración de azúcar puede 
provocar crisis de ansiedad en personas sensibles al descenso de los niveles de azúcar en 
sangre.
Evita comer rápido. Comer rápido facilita que 
se  produzca la hiperventilación, un proceso 
muy relacionado con el sufrimiento de crisis de 
ansiedad.
Evita bostezar o suspirar. Los bostezos y los 
suspiros pueden producir una caída brusca del 
nivel de anhídrido carbónico en sangre y facilitar así la aparición de una crisis de ansiedad.
Evita dormir poco. Dormir menos de lo habitual favorece la aparición de estados de irritación y estrés que indirectamente pueden dar lugar a la aparición de crisis de ansiedad.

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE CRISIS DE ANSIEDAD

La crisis de ansiedad, una experiencia de terror extremo


Por: Dr. Pedro Moreno.
Descarga gratis nuestra guía para pacientes.
La crisis de ansiedad es una experiencia de terror extremo o pánico que resulta altamente preocupante para quien la sufre. Típicamente ocurre en cuestión de segundos y la persona, sobre todo las primeras veces, cree que es víctima de un infarto, un ahogo súbito o un mareo que puede hacerle caer al suelo. En ocasiones se presenta como el principio de un estado de locura.


Una crisis de ansiedad es una reacción de miedo o malestar intenso que se presenta de forma repentina y alcanza su máxima intensidad en cuestión de dos o tres minutos, diez como máximo. Para denominarla así, esa reacción de miedo intenso debe ir acompañada de cuatro o más de los siguientes síntomas:

  1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca
  2. Sudoración
  3. Temblores o sacudidas
  4. Sensación de ahogo o falta de aliento
  5. Sensación de atragantarse
  6. Opresión o malestar en el pecho
  7. Náuseas o molestias abdominales
  8. Inestabilidad, mareo o desmayo
  9. Sensación de irrealidad (desrealización) o de estar separado de uno mismo (despersonalización)
  10. Miedo a perder el control o volverse loco
  11. Miedo a morir
  12. Sensación de entumecimiento u hormigueo
  13. Escalofríos o sofoco
Cuando no se alcanzan los cuatro síntomas requeridos de la tabla anterior, pero hay malestar suficiente, hablamos de crisis de síntomas limitados minicrisis.
Estas crisis de ansiedad pueden presentarse en situaciones muy distintas:

  • en ascensores

  • en espacios abiertos

  • en supermercados

  • cuando hablamos con extraños

  • cuando hablamos con personas atractivas o con autoridad

  • cuando vemos una jeringuilla o una herida con sangre

  • etc.

  • Las situaciones mencionadas suelen desencadenar crisis de ansiedad en algunas personas. Según el tipo de situación que genera el miedo irracional y desproporcionado, se diagnostica la presencia de una agorafobia, una fobia social u otras fobias específicas. Las personas que padecen esas fobias saben que si se enfrentan a una situación del tipo temido será altamente probable que sufran una crisis de ansiedad.
    En otras ocasiones las personas pueden sufrir crisis de ansiedad de forma espontánea, como si no hubiera ningún desencadenante. Esto ocurre en aquellas personas que padecen trastorno de pánico. De repente, sin saber por qué, comienza la crisis de ansiedad y alcanza el máximo de miedo en cuestión de segundos, generalmente dos o cuatro minutos.

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