Comisión Nacional de Enlace
Comunicado político N°23
La empresa española Autopistas del Sol debe ser expulsada de Costa Rica
El asunto de la empresa española Autopistas del Sol y el comportamiento de los involucrados en esa concesión resultan inaceptables para Costa Rica. Uno de esos involucrado, Oscar Arias Sánchez, negó que durante su gestión se cometieran “actos deshonestos” en el proceso de concesión de la nueva carretera a Caldera (ver, La Nación, 21/10/2010). Olvidó algo, solo uno, se la concesionaron a una compañía española irresponsable que construyó una carretera que no sirve.
Al ser interpelado por la periodista Pilar Cisneros (Telenoticias, 19/10/2010, http://www.teletica.com/ noticia-detalle.php?id=68964& idp=1), el ministro de transportes Francisco Jiménez manifestó: “la realidad es que durante el proceso constructivo se encontraron una serie de defectos que fueron solventados y la verdad es que hoy algunos de ellos están aflorando”. Cuando toda la evidencia demuestra que esa carretera es una estafa al pueblo de Costa Rica, ahora resulta que los “defectos” habían sido solventados y en una escalada de cinismo sin precedentes, afirma el ministro de transporte, que algunos de esos “defectos” simplemente están aflorando.
Solo un día después de esa entrevista se publicó otra denuncia. La experta en gestión ambiental, Montserrat Solano, estimó que la construcción de la nueva carretera a Caldera había provocado daños a la ecología que rondaban los $34 millones por la mala disposición de los escombros (ver, La Nación, 20/10/2010). Por supuesto que ese monto es mucho mayor si se toman en cuenta otros impactos, como la ruptura de acuíferos y la destrucción e inutilización de las vías férreas que impide que transite el Ferrocarril al Pacífico.
Sumando a este desastre de corrupción, el Ing. Enrique Molina, representante de IMNSA, empresa que fungía como supervisora de la vía a Caldera afirmó que solo 16 de los 80 kilómetros que conformaban esa ruta tenían una mezcla asfáltica que cumplía con los requerimientos exigidos en el contrato de la concesión (ver, La Nación, 13/10/2010).
Todo lo anterior permite afirmar que con la construcción de la carretera a Caldera, estamos frente a un caso de corrupción de gran envergadura donde ya ni siquiera importa la forma y el cinismo y la amenaza brotan como respuesta a quiénes cuestionan el accionar de los involucrados en este y otros casos de corrupción.
Dice Oscar Arias (que puso a correr a todo el mundo para inaugurar la carretera) “que los medios de comunicación deberían tener más cuidado al satanizar la figura de la concesión, pues quiéralo o no, el gobierno actual y los que vienen tendrán que lidiar con futuras concesiones”. Traduciendo, Oscar Arias, plantea que todo se tape y da luz verde a los concesionarios para que hagan lo que les dé la gana.
Nos sumamos a la iniciativa de algunos legisladores para que convoquen inmediatamente a Oscar Arias a la Comisión Investigadora Legislativa, vaya a saberse si parte de los problemas de esa carretera fueron provocados por el disloque psicológico de Arias de querer inaugurar esa carretera a toda costa y que para satisfacer ese capricho enfermizo se saltaron irresponsablemente una serie de consideraciones técnicas.
Estamos los costarricenses siendo violentados de una manera brutal, como pocas veces vista. La empresa española Autopistas del Sol, con la complacencia de los involucrados en ese proceso de concesión, se burla de la manera más cínica e inaceptable del pueblo de Costa Rica. Hacemos un llamado a la acción popular y a la movilización para expulsar a esa empresa corrupta de nuestro suelo patrio.
Lo lamentable e inaceptable de todo esto es que, cuando la española Autopistas del Sol y la canadiense Infinito Gold, caso de Crucitas, le escupen a la cara a los costarricenses, los políticos involucrados en esos procesos de concesión, Oscar Arias Sánchez incluido, afirman que está lloviendo.
Comisión Nacional de Enlace
21 octubre 2010