La DIS - Sin revanchismo, sin amarillismo y sin misterios
Fuente: Mariano Figueres Olsen | 2014-05-19
La bulla
Alguito de revuelo ha habido en los últimos días alrededor de la restructuración que plantea el nuevo gobierno para la Dirección de Inteligencia y Seguridad del Estado, mejor conocida como “La DIS”.
Básicamente las interrogantes provienen de tres tendencias distintas:
Están los que lanzan ataques personales y descalificaciones de todo tipo a falta de fundamento. Son los mismos que en el pasado usaron a la DIS, estando en gobierno o estando en concubinato con el mismo, como una especia de policía política. Dicen, porque no tengo las pruebas, que para agredir, perseguir, levantarles expedientes, escuchar sus conversaciones, asaltar, robar, y varias cosas más, a muchas personas que durante años hemos venido clamando por un cambio de modelo de desarrollo para el país.
En otro grupo están quienes tienen una vida que depende de generar amarillismo. Que por qué tal persona. Que si sabe de seguridad. Que hay contradicciones. Que todo se debe a pagos politiqueros. Que hay sospechosos cambios de opinión. Que todo es una confabulación. Que existen terribles peligros que desde Costa Rica prácticamente amenazan la vida planetaria.
El grupo más grande, por dicha, se conforma de una ciudadanía que quiere saber la verdad, y que sanamente se preocupa cuando escucha tantas historias de conspiración. Ahí hay gente del mundo periodístico que hace todo lo posible por informarse y analizar antes de informar, hay gente de todos los partidos y organizaciones políticas, que independientemente del resultado de las pasadas elecciones comprenden que ahora nos debe cobijar en común solo la tricolor, y ahí también está la gran mayoría de la ciudadanía, que clama por un cambio positivo, que votó por ese cambio, y que está y estará vigilante, como debe ser, sobre la conducción del gobierno costarricense en esta nueva etapa de la historia nacional.
Al primer grupo, hay que decirles que tengan calma, y que tengan paz. No se hará lo que ellos hicieron con nosotros. Vamos a enseñarles que hay una manera mejor de hacer las cosas. Una que respeta la Ley y la dignidad humana. Y hay que pedirles que dejen trabajar primero, porque la mayoría quiere que el gobierno trabaje, y sobre ese trabajo que emitan criterio.
A los segundos, por favor estudien, por favor infórmense. El amarillismo es lucrativo, pero solo en el corto plazo. Las cosas que cuestan saben mejor. Cuando en el trabajo se suda la camiseta, se comienza a dejar de ser desechable y se comienza a ser indispensable. Y hay que decirles que observen a la sabia naturaleza, donde a la fuente de agua que se le tira barro solo se logra secar la fuente. Pero además, con todo respeto, es más productivo informar correctamente.
Ahora bien, lo que más interesa, al menos me parece a mí, es la materia informativa, sin misterios, el trabajo en positivo, los motivos de la propuesta, y la explicación de la misma. O sea, cuales son los motivos y puntos principales de la propuesta de restructuración de la DIS, trabajo en el cual se quiere escuchar e incorporar puntos de vista de distintos sectores de nuestra sociedad. Sobre eso vamos a elaborar en la segunda y tercera parte de este artículo.
El Motivo
¿Por qué es necesario el trabajo en inteligencia para nuestro país?
Vivimos en la era de la información. Pero eso no quiere decir que automáticamente eso nos ponga en la era del conocimiento. Hoy hay demasiadas fuentes, canales y variedades de información. Las hay tanto útiles como inútiles, y cuesta discernir qué es qué, entre tanto ruido.
En el plano externo, en un mundo globalizado e interconectado, nuestro país debe contar con la mejor calidad de información, con el objetivo de buscar ser más competitivos, así como de identificar las amenazas externas que tengamos enfrente. En el plano interno, el fortalecimiento de la democracia, y para ello de la democracia participativa, requiere de intercambios de información, de una mejor comunicación dentro de la sociedad, y de herramientas eficientes que nos permitan interpretar la información para detectar necesidades ciudadanas, y que las mismas puedan ser atendidas oportunamente y en apego a los valores democráticos que nos definen como país.
Así pues, lo que se busca es que se pueda, entre las enormes cantidades de información legalmente disponibles, procesar la información para crear “inteligencia”. Cuando esa inteligencia se pone al servicio de las instituciones que deben atender necesidades ciudadanas, y/o enfrentar retos externos, ese producto se convierte en inteligencia estratégica. De ahí que lo que se busca es dar un salto cualitativo en el manejo de información e inteligencia, para mejorar la gobernabilidad, la transparencia y la rendición de cuentas en el país.
¿Por qué esas funciones no las podrían cumplir otros organismos del Estado?
Por dos motivos. Primero porque muchas veces la inteligencia del Estado contiene información que es sumamente sensible, información que será clave para la toma de decisiones al más alto nivel político, y cuya responsabilidad última recaerá en la Presidencia de la República, por lo que obviamente el organismo de inteligencia debe depender directamente de esa misma autoridad. Estas decisiones pueden ser de distinta índole, desde temas de seguridad hasta temas de política pública, comercio y relaciones internacionales.
Segundo, porque una democracia sana, y precisamente porque no todos pensamos igual, requiere de pesos y contrapesos que defiendan la pluralidad, por lo se hace necesario entre otras cosas la independencia entre poderes y también la separación clara de responsabilidades dentro de un mismo poder. Así, en nuestro caso, la responsabilidad del mantenimiento del orden y la seguridad recae constitucionalmente en el Poder Ejecutivo. Dentro del Ejecutivo, la creación de inteligencia de Estado es función del Ministerio de la Presidencia. Esto por los motivos explicados arriba, en el sentido de que la autoridad sobre la inteligencia debe ir de la mano con la responsabilidad que conlleva esa inteligencia, o sea en la Presidencia misma. Adicionalmente, es importante tomar en cuenta que en nuestro país, el equivalente más cercano a ejército (que por dicha y visión preclara no tenemos), es nuestra Fuerza Pública bajo el Ministerio de Seguridad, y no es conveniente, por el principio de poder civil sobre el militar, poner a la inteligencia de Estado ni sus componentes de seguridad de integridad física y política de la Presidencia, en manos del equivalente del poder militar, si no que en manos propias de la Presidencia de la República, vía el Ministerio de la Presidencia. Lo que sí es correcto, es que la vigilancia, el mantenimiento del orden, la prevención y eventual represión de actos de delincuencia, sean responsabilidades del Ministerio de Seguridad. Por su parte, al Poder Judicial le corresponde constitucionalmente resolver todo lo relativo a las causas judiciales de cualquier índole.
¿Por qué es necesaria una Ley para regular la materia de producción de inteligencia en el país?
Porque precisamente por falta de esa Ley, es que en ocasiones se ha actuado en contravención a los mejores principios democráticos, y la producción de inteligencia o las funciones y prioridades del organismo encargado, han estado a la orden y antojo del gobierno de turno. Para avanzar hacia la profesionalización en la producción de inteligencia, y desterrar la politiquería de la misma, es necesaria una Ley que la convierta en un servicio transparente, eficiente, y con visión de corto, mediano, y largo plazo.
La Propuesta
¿Qué NO debe hacer la dirección de inteligencia estratégica del Estado, y además se propone que le quede prohibido por Ley?
- NO debe realizar tareas represivas ni cumplir funciones policiales o judiciales.
- NO debe realizar ningún tipo de espionaje político.
- NO debe participar en cualquier tipo de actividad político-partidista.
- NO debe ingresar en domicilios o residencias sin consentimiento de la persona u orden de un juez.
- NO debe privar de libertad o detener a ninguna persona.
- NO deben sus agentes recibir beneficios ni dineros fuera de su remuneración legal, de nadie, con motivo del cumplimiento de su deber.
- NO debe obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas, por motivo de su grupo étnico, fe religiosa, acciones privadas o de opinión política, o por la actividad lícita que desarrollen.
- NO debe influir de manera ilegal en la situación institucional, política, policial, social, económica de política exterior, u opinión pública del país.
- NO debe revelar o divulgar ilegalmente información de cualquier habitante u organización del país.
- NO debe impedir el libre tránsito de cualquier ciudadano en el territorio nacional.
- NO debe impedir el libre pensamiento de cualquier ciudadano.
- NO deben sus agentes prestar servicios pagados o gratuitos a personas o empresas en materia de seguridad.
¿Qué SÍ debe hacer la dirección de inteligencia estratégica del Estado, y además se propone que para eso se le faculte por Ley?
- Recoger información de cualquier manera lícita para servir como centro de detección de necesidades ciudadanas, para trasladar dicha información a las instituciones que deben atenderlas.
- Proveer información a las altas autoridades como herramienta de una adecuada rendición de cuentas en el manejo de la cosa pública.
- Detectar de manera lícita, investigar y analizar la información necesaria para prevenir hechos que impliquen riesgo para la soberanía, la independencia, la integridad territorial.
- Detectar, investigar e informar acerca de terrorismo, crimen organizado, corrupción en la función pública, narcotráfico y demás actividades que atenten contra la seguridad y estabilidad nacional.
- Proveer información y coordinar las acciones necesarias ante posibles amenazas contra la integridad física y política de los máximos representantes de los Supremos Poderes de la República.
- Promover el desarrollo de recursos humanos y de la doctrina de inteligencia, y realizar estudios e investigaciones para el ejercicio y perfeccionamiento de la actividad de inteligencia.
- Coordinar y asesorar la actividad de inteligencia, prestando apoyo a las instituciones de seguridad e inteligencia, tanto nacional como internacional.
- Participar en lo que se le solicite en la elaboración de políticas gubernamentales en materia de seguridad.
- Elaborar informes periódicos de inteligencia, para la Presidencia de la República y los ministerios u organismos que esta determine.
- Suministrar a todos los órganos de la Administración Pública, la información de que disponga que sea útil para el cumplimento de sus funciones.
- Coordinar adecuadamente y en estricto resguardo de nuestra soberanía con los organismos internacionales homólogos.
- Apoyar en materia de inteligencia a la actividad policial y judicial nacional.
Esa es en resumen y sin misterios la propuesta de cambio positivo que se le quiere dar al manejo de la inteligencia y seguridad del Estado costarricense.
(*) Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS)