El funeral del ídolo del pop Michael Jackson podría convertirse en uno de los eventos televisados con mayor audiencia de la historia, según los cálculos de los medios, y también en uno de los más caóticos. Se espera que en las puertas del Staples Center de Los Ángeles haya muchas personas más que las 17.500 que cuentan con su entrada. Está previsto que comience a las 17.00 GMT (19.00 hora peninsular española).
Los organizadores estiman que la ceremonia tendrá varios cientos de millones de espectadores, según ha informado la cadena de televisión CNN. La familia del músico ha dado derechos a las televisiones de todo el mundo para que lo emitan de forma gratuita. También se podrá seguir en vivo en Internet.
Hasta ahora sólo ha habido un puñado de eventos que han paralizado al mundo temporalmente, como el asesinato del presidente estadounidenseJohn F. Kennedy en 1963, la llegada del hombre a la Luna en 1969 —con varios cientos de millones de espectadores— y el funeral de la princesa Diana. La BBC calculó entonces la audiencia en 2.500 millones de personas. También hubo miles de millones de espectadores que siguieron el entierro del papa Juan Pablo II hace cuatro años.
Para el funeral en el Staples Center y su transmisión en una gran pantalla en un teatro cercano se han sorteado 17.500 entradas, por las que pujaron 1,6 millones de personas en un sorteo. Sólo 8.750 personas tendrán la suerte de recibir dos invitaciones. Pese a todo, miles de seguidores toman posiciones ya para estar en el funeral. En las puertas, aunque no tengan entradas.
Aglomeración en torno al Staples Center
Sascha Winterlich, de 21 años, superó la primera valla para estar en el sepelio de Michael Jackson: el viernes voló desde Langenhagen, cerca de Hannover, Alemania, a Los Ángeles, y el domingo hacía cola ante el estadio Staples Center. "El martes quiero estar sí o sí en el concierto. Pienso que habrá muchas estrellas que canten por Michael, pero no conozco más detalles. Esto es un ir y venir constante", se lamenta Sascha. Sin embargo, este alemán no ha conseguido ninguna de las entradas sorteadas.
Otros no dejan de intercambiar mensajes por Internet y en Twitter. "¡Dios, tengo entradas!" y "En marcha, a Los Ángeles", son algunos de ellos.
La calma antes de la tormenta se terminó ya el domingo, dos días antes del funeral. Miles de fans se trasladaron al Staples Center. La estudiante y bailarina Alicia Gordon estaba en la larga fila frente a un enorme póster del 'Rey del pop', donde se pueden dejar mensajes de despedida. "Estoy aquí desde hace dos horas, Michael lo vale. A causa de él soy bailarina y eso será lo que voy a escribir", afirma la joven de 18 años.
También Barbel Dobermann dejó un mensaje en inglés en la pared, ya llena de inscripciones. "Thank You For Your Music, Michael", escribió esta turista que con su marido y otros amigos ya ha ido en peregrinación a la casa de Jackson y a la estrella que tiene en el Paseo de la Fama de Hollywood. "Es un evento triste, pero es genial que justo nos haya pillado de vacaciones aquí", afirma la mujer. "Son recuerdos que quedarán por siempre".
Aunque de vez en cuando algún fan tiene que reprimir las lágrimas, en general el ambiente es más bien alegre y relajado. Por 10 dólares se pueden comprar camisetas y libros sobre el cantante. Muchos han traído fotos autografiadas, recuerdos y viejos discos que muestran orgullosos a los desconocidos.
La policía de Los Ángeles, confiada
Un puñado de policías mira atento el espectáculo. "Somos miembros del LAPD (Los Angeles Police Department) y sabemos cómo actuar ante estos grandes eventos", sonríe el agente Lee. Y asegura no esperar cientos de miles de personas, sino como mucho unas 20.000, porque confía en que los fans seguirán las recomendaciones de su jefe, Jim McDonnell, que desde hace días anuncia que esa zona de Los Angeles estará ampliamente vallada y que sólo podrán acercarse quienes tengan una entrada. El resto pasará calor en la calle sin ver nada. Por eso insta a todos a seguir el funeral desde sus casas.
Pero los seguidores hacen oídos sordos. "Por supuesto intentaré llegar lo más cerca posible y celebrar a Michael con los varios miles de personas que estén a mi alrededor", afirma Marco De Leon. "Será como en un manicomio", profetiza este hombre de 33 años.
Y alega indignado que será culpa de los organizadores, que en vez de limitar el número de espectadores deberían haber realizado un desfile por la ciudad como tras la muerte de la princesa Diana. Lleva una matrícula que dice "Love 4 MJ" (Amor por MJ). Tenía dos, pero la otra se la regaló al cantante hace muchos años.
También Sascha Winterlich cree que habrá caos, sobre todo si se muestra públicamente el cuerpo de Jackson. No hay planes de que vaya a ser así, pero los fans no pierden la esperanza. "Muchos se desmayarán, habrá empujones y caos, pero sería genial poder despedirse y verlo por última vez". Ya hubo una pequeña "emergencia" el domingo, según tmz.com, frente a la casa de la madre de Jackson en Encino, cuando una niña de 13 años se desmayó y hubo que llamar a un médico.
"La policía podría tener mucho que hacer este martes", especuló el reportero de televisión neozelandés David Farrier, quien acababa de llegar a la ciudad tras 13 horas de vuelo. "Esta es la mayor historia del espectáculo desde la muerte de Lady Di", comentó feliz de cubrir el evento.
Unos 2.000 periodistas estarán presentes con pulseras especiales que los acreditan. El triple intentó sin éxito poder estar, señala una portavoz de la organización. Pero ya no hay espacio.
A Sascha Winterlich nada lo convenció de no viajar a Los Ángeles. Ni el precio de 1.300 euros por el pasaje (1.800 dólares) ni sus amigos, que lo tomaron por loco. "Ellos no lo entienden. Si eres fan de Jackson desde hace tanto tiempo, sencillamente hay que estar aquí".
Presencias y ausencias
La ex esposa de Michael Jackson Debbie Rowe, madre de los dos hijos mayores del cantante, estará entre los asistentes a la ceremonia, según ha afirmado Marc Schaffel, socio de Jackson. La enfermera es una de las personas que ocuparán los asientos VIP, previsiblemente junto al resto de la familia Jackson.
De confirmarse su asistencia, la polémica está servida, ya que Debbie planea reclamar la custodia de sus dos hijos, que actualmente están bajo tutela de Katherine, la madre de Jackson.