Hace algunos años –ya bastantes- vi una película que estaba ambientada en el Amazonas. Trataba de un científico que se había trasladado al interior de la selva porque sólo ahí se cultivaba una planta con la llevaba años haciendo experimentos porque al parecer era un potente remedio contra el cáncer.
Por supuesto era una película con una historia de amor en medio de la trama y un mensaje, pero el mensaje era algo difuso… yo saqué varias lecturas. La película acababa en que se ponía fin a su investigación a causa de la torpeza humana. Después de haber luchado tanto tiempo y haber logrado excelentes resultados, se ve como vienen las sierras y máquinas destruyendo la selva para hacer pasar por en medio una autovía (el que la haya visto, que me perdone si no es exacto ya que tengo la memoria algo corta).
Eso me dejó siempre la sensación de que en la naturaleza está la cura para todo y que es la misma naturaleza la que nos debe dar la solución. Hay tanta planta generosa en sus propiedades, tanta… la misma Aspirina, por ejemplo. El ácido acetilsalicílico (suprincipio activo) es sacado del sauce. ¿Sabía que hay una fruta parecida a la chirimoya que se llama guanábana (o graviola) y que crece precisamente en área del amazonas y que cura el cáncer?
Según escribe en su libro “The cure for all cancers” (la cura para todos los cánceres) del cual se han vendido millones de copias, la doctora australiana Hulda Clark declara “según sus conclusiones, que todas las enfermedades son producidas por parásitos que están presentes en el cuerpo, pero que el cuerpo los excreta en sus fases iniciales sin que estos lleguen a adultos. Cuando hay abundancia de parásitos (por diversos motivos), se hacen adultos y crean tóxicos o solventes como el benceno o el alcohol isopropílico dentro del cuerpo humano a través de sus excrementos y su orina y el organismo humano no es capaz de eliminarlos y de defenderse de su ataque contra las enfermedades (incluido el cáncer) y éste sucumbe al ataque de las células cancerosas…”.
Esta doctora hoy en día está considerada una eminencia en fisiología celular, aunque anteriormente hubiera tenido que huir de Estados Unidos por acoso de las autoridades sanitarias debido a la amenaza que suponía su terapia respecto a la medicina ortodoxa.
Así son las cosas. Intereses creados (llámense carreteras, llámense soluciones contra el problema de los carburantes, o llámese cura contra el cáncer…). Las farmacéuticas son demasiado poderosas. Crean vacunas a granel para subir sus ingresos y callan voces con tal de vender sus medicinas porque han pagado mucho dinero por las patentes y porque sus ingresos son demasiado grandes como para aceptar que una fruta (que han tenido siempre delante de sus narices y que es) les cierre el grifo.
Pues parece ser que sí, que la graviola cura el cáncer y hay estudios al respecto: