Soy yo responsable parcialmente de los muertos del puente
Oscar Saborío Alvarado (*)
Yo Oscar Saborío Alvarado, me siento parcialmente responsable de los cinco muertos hace dos años, más los 38 otros afectados, con la caída del puente sobre el Río Grande de Tárcoles.
Cuando se inició el Gobierno de Oscar Arias, habíamos hecho las paces. Después de que le entregara en el Congreso, en manos del diputado don Danilo Chaverri el cheque original que Ocean Hunter (narco traficantes) a nombre de Oscar Arias Sánchez. Depositado a su cuenta, por la suma de $ 20.000 y las facturas de otros gastos médicos habidos en la curación de su garganta, por eso me pidió que diéramos por terminada nuestras diferencias, lo que yo acepté, dando por terminado el asunto.
Como cuando lanzó su segunda campaña, se trataba de escoger el menos malo, voté por él.
Viendo el deterioro del puente sobre el Río Grande de Tárcoles, en el camino que une Turrubares y Orotina y por donde ingresaba el 95 % de los turistas que visitaban el Parque Tropical Turubarí y que los vecinos de San Juan de Mata para estudiar, trabajar, comprar y vender lo que consumen y producen, lo hacían y lo hacen en Orotina, utilizando el mencionado puente.
Ante esta situación busqué a una muy buena amiga, que por haber sido embajadora en Taiwan, tenía muy buenas relaciones con esa embajada; ante mi petición, ella se movió y obtuvo la oferta de que Taiwan donaría $ 5.000.000 para hacer ese puente.
Con esa oferta llamé a Oscar Arias a su casa, para pedirle una cita; su respuesta fue: yo te espero; le dije que estaba a más de una hora de camino y me dijo no importa, aquí te espero.
Cuando llegué unos de sus empleados, me pasó adelante y un par de minutos después Oscar apareció.
La expliqué cómo había conseguido los $ 5.000.000 para el puente y me dijo que le parecía muy bien.
Llamé a mi amiga y le conté; rato después me dijo que la Embajada le solicitaba una audiencia a Oscar y que le informara de que el $ 1.000.000 que había solicitado para la Fundación Arias para la Paz, también se lo iban a dar, por lo que le pedían la audiencia que venían solicitando.
Contento llamé a Oscar y le informé, no noté nada extraño cuando textualmente me dijo: "que les dijera que lo del millón de dólares para la Fundación Arias para la Paz era sin condiciones".
Como no entendí seguí creyendo en los $ para el puente, hasta que el Gobierno anunció el establecimiento de relaciones con China Continental. Ahí si entendí lo de la audiencia y lo del millón de dólares.
No hay duda de que $ 300.000.000, recibidos como préstamo, pagadero al portador, contra el pinche $1.000.000 de Taiwan, no tenían comparación y al no poder coger los dos, se quedó con el más grande; no hay duda Oscar sabe sumar y restar en lo propio y lo ajeno y sabe engañar.
Entendiendo que el puente no se iba a hacer y temiendo que se fuera a caer, le hablé a un amigo ingeniero y éste me dijo que conocía a uno muy capaz, el Ingeniero Estructural don Mario Muñoz Fuentes; lo llamé por teléfono y la expliqué mi preocupación por el estado del puente, a la vez le pedí venir a hacer una evaluación; fijamos día y hora y al llegar la fecha y la hora, octubre o noviembre de 1996 nos encontramos y nos conocimos en el puente. Me impresionó lo detallado de la inspección, la revisión fue de cabo a rabo.
Días después recibí el informe, claro, detallado y concluyente: el puente estaba colapsado. Cuando lo llamé para preguntarle cuanto tiempo duraría en caerse, me contestó que era muy difícil predecir el tiempo, pero que calculaba que en un año más o menos.
Como mis relaciones con Oscar Arias se habían deteriorado, por oponerme a la venta de Costa Rica, venta negociada como parte de la compra de Abel y que denominaron TLC (Todos Ladrones Costarricenses) venta negociada por la hoy flamante Ministra de Comercio Exterior.
Como no tenía a casi quién recurrir, me fui a la Municipalidad del Cantón de Turrubares, cuyos regidores, sin excepción alguna, no solo mostraron gran preocupación, también definieron actuar y lo hicieron pidiendo al Ministerio de Transportes una evaluación del puente.
Poco después, el CONAVI envió a un ingeniero, a quién no tuve el gusto de conocer, creo de apellido Arroyo, si mal no recuerdo, quien rindió un dictamen más corto pero también concluyente: el puente estaba colapsado.
De nada valieron los esfuerzos municipales, ni los del Alcalde señor Rafael Vindas (Macana), ni el respaldo de la Municipalidad de Orotina ante la señora Ministra Karla González, ni ante el MOPT, ni el CONAVI.
Las órdenes de Oscar Arias eran terminantes; perseguir a Oscar Saborío, y el cómo hacerlo era muy sencillo; bastaba impedir la llegada de turistas a PARQUE TROPICAL TURU BA RI del que yo era gerente. El que eso afectara a una comunidad, le importó bien poco; lo único importante era cerrar ese parque, ya que él sabía que ese era mi último sueño ya que a los 70 años inicié ese proyecto.
Las ordenes de Oscar Arias, no solo se quedaron dejando que el puente se cayera. Del MOPT mandaron un sicario a quitar todos los rótulos referentes al parque; inclusive el sicario pretendió quitar el de la entrada; yo le dije que no lo permitiría; comprendió que la cosa no era jugando y se fue.
Pero la persecución no sería sólo lo descrito. Con la Ley en la mano y por nuestra oposición a una explotación de nuestra colindancia del Río Grande de Tárcoles, el socio de Oscar Arias en El Tigre, (por eso donde dice El Tigre, usted debe entender que va camino a Turrubares) interpuso en el Instituto Costarricense de Turismo, una acción tendiente a despojarnos de la declaratoria de Sitio de Interés Turístico del parque, por el delito de no haber construido un hotelito, que habíamos definido hacer y que claro con el estado del puente, no podíamos realizar. Apelamos la resolución y acusamos a los directivos, con resultado de que nos condenaran al módico pago de ¢90.000.000; a los abogados del ICT, les dio pena y nos dijeron que siendo cinco, les diéramos un ¢ 1.000.000 a cada uno y terminábamos el asunto; lamentablemente mi hija Eugenia aceptó.
Mi delito es haber sembrado 40.000 árboles comida de aves, tener una colección de orquídeas, bromelias, cactus, una fábrica de abono orgánico, una huerta campesina, un laberinto, un corral, un canopy, el cable sensacional, un rapel y una escalada, tres restaurantes, un criadero de cocodrilos y otro de iguanas, un teleférico, por el que pagamos derechos de importación, pero mejor no sigo, no se vaya a creer que le estoy haciendo propaganda.
Lamentablemente, a mí se me ocurrió hacer un mapa de Costa Rica en relieve, con luces abastecidas desde abajo, para identificar las cabeceras de cantones, volcanes, cerros, puertos y aeropuertos, una de esas cosas con que había soñado por años.
El día de la inauguración, a mi hija Eugenia se le ocurrió invitar a su amiga y compañera de estudios doña Laura Chinchilla, a quien había ayudado en su campaña, a que asistiera a la inauguración como Presidenta de Costa Rica; ella dijo no poder asistir, pero que iba a enviar al Ministro señor Carlos Ricardo Benavides, el mismo que nos había perseguido desde el ICT; yo me tomé la libertad de llamar a Casa Presidencial, a la secretaria de doña Laura, a quién le manifesté que si el señor Benavides llegaba, yo no lo dejaría entrar. Desde luego no llegó y mi hija se enojó por mi decisión. A estas horas no sé si doña Laura lo enviaba por ignorar los antecedentes o para que yo agachara la cabeza.
Al día siguiente se cayó el nuevo puente, pero esta vez fue una avalancha. La situación ahora era diferente, fueron fuerzas de la naturaleza, pero la persecución no cesaba. El que el Ministro les dijo a mis hijos que el puente estaría en cuatro meses, a la Municipalidad que en seis, ya llevamos casi el año y dicen que el otro año lo terminan. Definieron hacer un puente peatonal colgante, pero el pueblo lo impidió, como yo me considero que soy del pueblo, ahí estaba con mi bastón, rompiendo cintas.
Pero vamos al meollo del problema. El TLC, como Oscar Arias en su enfermiza vanidad cree que nadie debe oponerse a sus negocios, ordenó dejar caer el puente, lo que le cumplió sus deseos de atacar a Oscar Saborío, no importándole lo que esta decisión pudiera causar. Tal como ocurrió al desplomarse el puente tres años después de saber que estaba colapsado. Con la fatal consecuencia de cinco muertos y treinta y ocho heridos.
Pensando en él y cobarde como es, al comprender la responsabilidad que tenía por los muertos y los heridos, envió varios abogados, todos con un escrito impreso de su propia redacción. Lo anterior al día siguiente del accidente y sin que todavía hubieran enterrado los muertos; lo singular del caso es que todos, aunque de diferente redacción, tenían en común lo siguiente:
~ 1) Acusar al chofer
~ 2) Contrato de cuota litis
~ 3) Para acusar a cualquier otro responsable de ese accidente, solo lo podían hacer por medio del abogado al que le habían firmado el documento.
Analizada la coincidencia, no cabe duda de que quién los mandó, y les pidió esas tres cosas con un solo propósito: el de acusar al chofer e impedir la acusación a los verdaderos responsables de la caída del puente.
Pero Oscar Arias no se quedó ahí; a los dos o tres días, fue a Turrubares en el lado del Llano, El Barro y Pasoagres, a besar los chiquitos cuyos padres habían muerto por su culpa. Para complementar la Ministra dijo que la culpa era del chofer y renunció pensando en darle sepultura al asunto.
Con echarle los muertos al pobre chofer, creyeron haber enterrado su responsabilidad en el asesinato del Puente, en el camino a Orotina y Turrubares, sobre el Río Grande de Tárcoles; todo transcurría en calma y pronto vendría el juicio contra el chofer y todos en paz.
Pero siempre hay un pero y ese pero apareció cuando parecía que todo estaba arreglado. Resulta que en Atenas de Alajuela, apareció una mujer de principios y con gran temple, la que definió que este hecho criminal, no quedara impune; me refiero a la señora Fiscal.
Como mujer de armas tomar, sin andarse por las ramas, mandó secuestrar documentación al MOPT, de la oficina del Ministro hasta el CONAVI, la Sección de Puentes y la Municipalidad de Turrubares, citando a los testigos y dándonos un plazo perentorio de 24 horas
Los abogados encargados de proteger a los culpables, que habían llegado al día siguiente del "accidente", volvieron y corrieron como manada de zopilotes, ahora sí, para acusar a los verdaderos culpables, al comprender que la Fiscal de Atenas era insobornable y que estaba trabajando en acusar a los verdaderos culpables, lo que no les permitía cobrar su cuota litis, ya que el chofer ni era culpable y ni tenía con que pagar, razón por la que necesitaban la firma de autorización, dejar que la Fiscal hiciera el trabajo y ellos "como representantes de los ofendidos, pudieran presentar un papel, que les permitiera cobrar sin trabajar; más claro, ellos entregarían el papel al Juzgado y con el trabajo de la Fiscal, se echarían un "cachimbal" de plata, (El cachimbal es recordando a mi buen amigo, cuyos colegas lo denominaron así, al haber usado ese término en el plenario de la Asamblea Legislativa).
Pero repitiendo lo que ya dije, el tiro les salió por la culata. El Fiscal de Alajuela (verdadera vergüenza nacional), le ordenó a la señora Fiscal de Atenas eliminar de la acusación a tres de los responsables del (accidente-asesinato) y claro la cuerda siempre se rompe por lo más delgado; dejaron en la acusación a la encargada de puentes, aduciendo razones que dan vergüenza, tales como que la Ministra Karla González y el Director de CONAVI, por sus muchas ocupaciones no podían ser acusados.
Aquí hay que hacer necesariamente un par de aclaraciones. Cómo puede el corrupto Fiscal de Alajuela decir que la Ministra no estaba al tanto del asunto, cuando y a mí me consta que las Municipalidades de Turrubares y Orotina la informaron por escrito y en varias ocasiones. O cómo puede decir que el Alcalde de Turrubares que le envió varios correos, no los leyó? Pero sigamos, para que quede clara la desvergüenza de ese Fiscal, cómo puede el director de CONAVI ignorar el dictamen que a petición de la Municipalidad de Turrubares emitiera un ingeniero del CONAVI, tres años antes de la caída del puente, en que indicaba que éste estaba colapsado?
Es esto una clara indicación que la mafia que gobierna es una corrupta dictadura descarada, que manda en el Tribunal Supremo de Elecciones, en la Corte Suprema de Justicia, en la Asamblea Legislativa y de feria en la Presidencia de la República?
Cuando en el año de 1948 fuimos a una guerra civil, de la que todavía sobrevivimos los más carajillos, había contratos sin licitación, había cincha y Blak Jack. Tavio manejaba las brigadas de choque comunistas; pero había prensa y estaba Chachalaca, Don Rafael Sotela cantaba las verdades y hasta le asaltaron su radio-emisora; el Diario de Costa Rica y la Hora no aflojaban día a día. Votamos a Calderón que a la par de los de ahora, no les llegaba ni al tobillo en los negocios con el Estado. Pero no puedo ni debo olvidar que nos dejó el Código de Trabajo, las Garantías Sociales, el La Caja Costarricense de Seguro Social y a don Pepe que también tuvo sus lunares, le debemos la fenecida Nacionalización Bancaria y El IMAS y desde luego su legado cumbre el ICE. A esos gobernantes con sus errores y aciertos les debemos la paz social que vivimos hasta la llegada de la mafia.
Como peleador que he sido, debo reconocer que Oscar Arias me va ganando: de lo de MILLICON la gente ya no se acuerda; de la primera plata que le dio el narco, de mi denuncia a la Asamblea, solo logré, que lo pasaran a la comisión de Ética del PLN, la que como no tenía ética, lo absolvió, con la colaboración de la hoy señora Presidenta, que para no figurar, pusieron a votar los suplentes.
A su haber don Oscar Arias tiene muchos triunfos, una flagrante violación a la Constitución, Autopistas del Sol (que brilla como el oro) 5 muertos, 38 heridos, 120 campesinos desempleados, el parque Turubari está cerrado, mis hijos pierden dinero y como no quieren que yo luche por Costa Rica, no me quedó más que alejarme de ellos.
Por lo anterior yo siento que tengo una responsabilidad moral por los muertos y heridos del puente, por lo que me declaro parcialmente culpable.
Por esa responsabilidad parcial, yo estoy dispuesto a comparecer ante la justicia con una sola condición: que comparezcamos todos los que tuvimos que ver con la tragedia del Río Grande Tárcoles, unos por incumplimiento de deberes, otros por omisión, otros por persecución política, otros por poner oídos sordos a muertes previsibles y también a quienes durante la investigación, los Tribunales consideren responsables.
(*) Empresario