En Costa Rica no hay ejercito, pero el 1 de julio el Congreso de esta nación Centroamericanaaprobó el ingreso al país de 46 buques de guerra de la Armada de Estados Unidos, 200 helicópteros, aviones de combate y 7 mil marines.
La excusa es “la lucha contra el narcotráfico”, a pesar que “de las ganancias que deja el narcotráfico, 97% se queda en EEUU y Europa”, como explicó Carlos Abrego, amigo y pensador contemporáneo. “Tendríamos que enviar nuestros ejércitos a esos países para parar el tráfico y consumo” validamente agregó.
Pero, ¿Porqué desembarcan en Costa Rica marines de Estados Unidos? ¿Cuál es la guerra? ¿La del narcotráfico?. El permiso aprobado por el Congreso con 31 votos de 57, tuvo el apoyo del oficialista Partido de Liberación Nacional (PLN) y de Laura Chinchilla, Presidenta de la Nación.
A su vez, la sociedad civil organizada se está articulando para oponerse a la presencia militar estadounidense en territorio costarricense, La Federación de Estudiantes de la Universidad deCosta Rica (Feucr) se ha unido para rechazar este acuerdo. Actualmente la Suprema Corte de este país está evaluando un eventual fallo de inconstitucionalidad sobre la presencia militar del norte.
Este nuevo escenario en Costa Rica, modifica las relaciones bilaterales que éste ha tenido con Estados Unidos. No es de ignorar que Costa Rica ya colaboraba en la llamada lucha contra las drogas, sin embargo y cómo arguye la oposición, los pasados acuerdos no incluían buques de guerra, y la “desproporcionada” cantidad de marines.
Pero no solo eso, las relaciones regionales han entrado en una nueva tensión. Muchos países lo ven como una amenaza directa, como el avance de la “militarización estadounidense” enLatinoamérica. Y la historia lo demuestra.
Brasil en su momento, a través del presidente Lula, criticó duramente la instalación de las 7 bases militares “gringas” en Colombia, considerándola junto al bloque de UNASUR, como una amenaza para la región. A esta voz de alerta, se sumaron las de cientos de organizaciones sociales y movimientos populares de la región.
Además de Colombia, Haití fue abatida con militares estadounidense el pasado enero, cuando solo a dos días del terremoto, más de 5 mil efectivos militares fueron movilizados hacía este país caribeño, “en uno de los mayores esfuerzos de asistencia humanitaria”, según lo definió el presidente Barack Obama e informó la BBC.
Ciertamente, Haití no necesitaba militares sino medicina, comida, asistencia médica. Sin contar que hasta ahora, la población de ese país aún espera la ayuda económica prometida por el presidente Obama para la reconstrucción de este pueblo.
La historia de militarización continúa. En El Salvador persiste una base militar “gringa”, la de Comalapa. En Honduras hay otra, desde donde partió forzadamente el ex presidente Manuel Zelaya hacia Costa Rica, después del golpe de estado cívico y militar en junio del 2009, según revela TeleSur.
En México, recientemente el gobierno de Obama envió 4 mil tropas a la frontera de este país. Y como informa Narco News, durante la mayor parte de los años 2000, la “ayuda” militar y policial significó el 40 por ciento de toda la ayuda enviada de los EEUU a América Latina. Todo lo anterior, es una revelación de que Estados unidos reactivó la IV Flota, flota de la marina a cargo de las aguas del Comando Sur.
Es hora de revisar todas las oscuras conexiones que enredan el negocio de las drogas con los intereses políticos, militares y hegemónicos de Estados Unidos. Cada militar estadounidense en tierras de nuestra Abya Yala, no es solo una amenaza latente y terrible, sino un atropello a la dignidad de nuestros pueblos.
Mientras la atención del mundo podría estar en una inminente guerra de Estados Unidos contra Irán, la situación de Costa Rica con sus nuevas relaciones bilaterales con EEUU, significa también la agudización de la ya establecida guerra del norte contra el sur.
¿Porqué la exagerada presencia de efectivos militares y armas de guerra en Costa Rica?, ¿Parte de la lucha contra las drogas o una jugada más para reforzar la dominación del norte en la región?.