El sismo de 6,2 grados que estremeció, ayer, la costa pacífica y el centro de Nicaragua y las innumerables réplicas dejan un saldo de un muerto, más de 20 heridos y 900 casas afectadas en ese país.
También desató la histeria de los pobladores, quienes se han armado de provisiones en caso de una emergencia mayor.
Este es el caso de Julieta Choisseul, costarricense-nicaragüense residente en Granada, contó que en esa ciudad colonial el sismo provocó el susto de sus pobladores. Ella tiene víveres, focos y agua embotellada listos.
Lohanna Argüello, quien vive en Managua, contó que tiene una maleta con ropa así como otras provisiones. Relató que al momento del sismo ella estaba en un centro comercial con sus hijos menores. Dice que los vidrios de los comercios, en especial del segundo piso, se quebraron y eso desató una locura mayor.
“La gente se puso como loca; todo fue un caos. Quienes suelen tardar 30 minutos desde sus trabajos hasta sus casas tardaron hasta 3 horas, como le sucedió a un amigo. Hubo muchos daños en las zonas próximas al epicentro”, relató esta costarricense.
El diario La Prensa reporta que, de acuerdo con los últimos informes oficiales, hay 900 viviendas afectadas, en su mayoría en el municipio de Nagarote, epicentro del movimiento telúrico.
La pareja presidencial apareció anoche en televisión para dar los reportes más recientes y lamentó la muerte de una joven a causa de un infarto.
El país se encuentra en estado de alerta roja, y las clases se suspendieron en colegios públicos y privados en buena parte de Nicaragua.
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