sábado, 14 de septiembre de 2013

iPhone 5s, con "s" de sensores y de superprocesador.

iPhone 5s, con "s" de sensores y de superprocesador.  La estrella del show fue el iPhone 5s. En dimensiones y construcción es muy parecido al actual iPhone 5. La sorpresa viene en las entrañas del nuevo teléfono. El chip A7 de 64 bits optimizado para visualizaciones 2D y 3D convierte al iPhone en un aparato cuyo énfasis es en la visualización: correrá juegos cada vez más complejos e impresionantes, aprovechará mejor el hardware de fotografía y video y hará que el nuevo iOS 7 se vea simplemente fenomenal. En este rubro, el iPhone sigue la vía del Lumia 1020 para colocarse como un aparato de captura de imágenes superior al smartphone común. Veremos en un tiempo si Apple podrá meterse con los grandes en ese campo.
El coprocesador M7 significa que el teléfono generará un flujo contínuo de datos sobre posicionamiento y desplazamiento que desarrolladores de aplicaciones podrían encontrar toda una nueva avenida para explorar y explotar. Sin ser un componente esencial, esto puede ser todo un golpe de mercado en accesorios y aplicaciones en deportes o fisioterapia. Veremos si da algún resultado.
Y la función más espectacular del nuevo modelo es su escáner de huellas dactilares. El usuario podrá desbloquear el teléfono y usar su dedo como un Apple ID único para comprar contenidos en iTunes. Es un buen golpe en términos de la usabilidad del aparato, pero como he visto con otras opciones de otros smartphones, no es algo fundamental. Esta nueva función entra dentro del ámbito de un extra agradable.
Si tiene un iPhone 5 en la bolsa y se pregunta si vale la pena cambiar, yo le respondería que definitivamente sí. Sin límite de presupuesto, las mejoras en la captura de imágenes y en el desempeño general del nuevo modelo son suficientes razones para el cambio. Sin embargo, son muy pocas personas las que se pueden dar ese lujo. La decisión es de cada uno. 

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