Le debo respeto a doña Laura por su investidura como Presidente de la República. Pero me preocupa mucho que esté "analizando" dar asueto por una clasificación al Mundial de Fútbol.
Espero que clasifiquemos. Estuve en el Estadio Nacional el pasado viernes y fui de los que con todas mis fuerzas canté el Himno Nacional y celebré cada gol. Pero, ¿decretar un asueto por una clasificación?
¿Qué le pasa al "buen juicio" de las personas cuando se visten de Presidentes de la República? Recuerdo cuando Oscar Arias se montó en la limusina de Yasdani para pasear por las calles y avenidas de San José o cuando Miguel Angel Rodríguez puso a ejercer por un día como presidente a su vicepresidenta Astrid Fischel como regalo de bodas (¡regalo que ella graciosamente aceptó!).
Hay muchos otros actos que nos han avergonzado. Son actos que se parecen en su "señorío" al que incurren las personas que, por ejemplo, van a una boda y se llevan para la casa el whiskey que sobró en su mesa. ¡Son actos que revelan que las "poladas" mas profundas del país son un asunto de algunas gentes del Gran Area Metropolitana!
Espero que las ansias de mejorar la imagen que revela doña Laura en todos sus últimos actos –incluyendo la millonada que está gastando en propaganda pagada en los medios de comunicación- no la lleve a dar este ofensivo "regalo" a los costarricenses. Sería un regalo financiado por los receptores del regalo, pues son todos los costarricenses a los que tendrán que pagar por ese asueto.
¡No me puedo imaginar en cual país serio con un presidente serio, pueda siquiera considerase un asueto por una clasificación a un mundial!
Quiero creer que no es idea de doña Laura sino que se trata de una de esas "iluminaciones" que algunos "genios" de la comunicación y la imagen a veces tienen.
Doña Laura: ya que en lugar de rechazar ad portas semejante plan para el mejoramiento de su imagen, mas bien ha decidido analizarlo, espero que, después de su análisis, no solo lo rechace sino que despedida el consejero que se lo sugirió. Le aseguro que, o se trata de un consejero que menosprecia profundamente a nuestro pueblo o se trata de alguien que no la quiere. En cualquiera de esos casos le aconsejo que lo despida de inmediato
Permítame un consejo: guarde el asueto para que celebremos el día que la Corte Internacional de la Haya dirima en nuestro favor el caso de Calero y expulse a Ortega para siempre de nuestro territorio.
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