La mayor afectación se ha presentado en Guanacaste y Puntarenas, dijo Ramírez.
En las últimas cuatro semanas, los cantones con mayor incidencia han sido Upala, Nicoya, Parrita, Pérez Zeledón, Atenas, Orotina y San José.
En la capital, los lugares más perjudicados son Santa Ana, Mora, La Carpio, Pavas, barrio México y Los Guido, lo cual eleva el nivel de alerta porque estos son sitios muy poblados.
Otra de las peculiaridades que se advirtió a través de los análisis epidemiológicos, es que antes el grupo de edad más perjudicado era la población entre 20 y 29 años.
En cambio, este año el virus está atacando más a personas con edades a partir de los 15 años y de los 60 en adelante.
“En este momento, urgimos a las familias para que limpien los patios, los lotes baldíos y apliquen los 13 mandamientos contra el dengue. Es muy importante para nosotros mantener un ambiente limpio de criaderos”, alertó María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS.
La Caja anunció ayer que no adoptará ninguna medida diferente a las utilizadas en los últimos 20 años de lucha contra el dengue.
“Solo necesitamos que redoblemos esfuerzos y que atendamos de forma permanente el ambiente en el que todos vivimos”, agregó Villalta.
La situación es grave porque en todo el país circulan los serotipos 1, 2 y 3. Además, el zancudo está cambiando de hábitos.
“En los últimos dos años, hemos visto que el dengue se está presentando tanto en la época seca como en la lluviosa”, dijo Villalta.
El dengue lo transmite la hembra del zancudo Aedes aegypti, que se reproduce en cualquier lugar que acumule agua: desde una llanta vieja tirada en el patio, hasta el florero al que nunca se le cambia el agua y que está dentro de la casa.
Los enfermos sufren fiebre alta, dolor articular, de ojos y muscular, pérdida de apetito, náuseas o vómitos, episodios de diarrea y sarpullidos. Cuando es dengue hemorrágico, un enfermo pierde líquidos internos y puede llegar a morir .
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