ADIOS A OTRA BANDERA …
He escuchado spots de campaña política del PAC, en Radio Monumental y en Radio Columbia. Ello va en contra de la prédica y práctica histórica del PAC en relación con las campañas largas y con las campañas caras. En los tres ciclos electorales pasados, el primer spot se pautó a inicios de octubre del año previo a las elecciones, apegados a los establecido en la legislación del país sobre el inicio de la campaña política. Ese gasto hoy resulta aun más cuestionable -sino cínico- cuando el origen del dinero con que se financian los spots es sujeto de investigación en La Fiscalía. Por lo demás, nos mete en el cajón de la política tradicional, la cual siempre intenta comprar con dinero y campañas largas el liderazgo que no puede inspirar con propuestas de calidad y con coherencia ética.
Un partido que no ha ostentado el poder tiene muy pocas oportunidades de mostrar la consistencia entre su prédica de austeridad y su práctica. Por ello, es un error tirarlas por la borda. Entre nuestras prédicas fundacionales y las prácticas de la política tradicional, proceder a escoger las prácticas de la política tradicional, nos pone en peligro de desfigurarnos, de convertirnos en irrelevantes y en un partido más. Ello confunde al electorado porque este tipo de temas diferenciadores no fueron un “pie de página" en nuestra actividad proselitista, sino el punto que quizá mas llamó la atención del electorado. Pocos votantes estudiaron, por ejemplo, nuestras propuestas para mejorar la calidad de la educación o para reducir las desigualdades, pero centeneras de miles escucharon con atención nuestras propuestas éticas y se percataron de la coherencia con que las practicábamos.
La coherencia entre prédica y práctica nos dio autoridad moral y herramientas fuertes para fundamentar nuestra propuesta y para cuestionar a los otros partidos. Si no hemos ganado será por otras razones -carencias del candidato; el clientelismo del PLN, el PUSC y el ML; un pensamiento sobre el desarrollo que no comulga con algunas aspiraciones de influyentes intereses económicos, entre otros- pero no por nuestras posiciones en relación con los despilfarros y con la ética.
Mientras los otros partidos nos perciban como débiles no se preocuparán por resaltar esas incoherencias; pero en el momento en que nos vean con posibilidades de poder harán una fiesta mostrando las contradicciones entre lo que decíamos antes y lo que hacemos ahora, lo cual será electoralmente fatal para el PAC. Ello porque el principal pecado capital ante la ética y ante la ciudadanía es practicar aquello que hemos atacado cuando es practicado por otros partidos.
Este tipo de cambios nos dificulta la narrativa y el mensaje para la próxima campaña. Pero, además, divide al PAC, en el tanto para algunos de nosotros se trata de convicciones arraigadas sobre el quehacer político. Esas convicciones nos llevaron en su momento a hacer fuertes criticas dentro de los partidos de la política tradicional a que pertenecimos. Luego, desde el PAC, hicimos promesas y “pusimos la cara" ante el electorado una y mil veces durante 10 años.
Con estas decisiones las autoridades nos ponen ante el dilema de callar y que los ciudadanos que confiaron en algunos de nosotros ahora desencantados se burlen en nuestras caras o intentar recuperar la ruta original, lo cual mete al PAC en discusiones peligrosas para su unidad. Esto es lo que ha ocurrido en los pocos casos que he manifestado públicamente mi oposición a los lamentables cambios que ya se han hecho.
Una cosa es poner a personas “detrás del mecate" y tratarlas como un estorbo, otra poner las ideas y prácticas originales del PAC detrás del mecate y tratarlas como si hubiesen sido un error. Cuando no se está en política motivados por egos personalistas, sino por conceptos, lo primero se supera con un buen sentido del humor, pero lo segundo nos divide y nos hace parecer como volátiles, ocurrentes y charlatanes ante los votantes.
A veces pareciera que la mejor forma de entender la lógica que anima a algunas autoridades del PAC sobre estos temas, es hurgar sobre lo que predicamos con más intensidad durante 10 años y sobre qué fue lo más aplaudido por los seguidores del PAC (¡incluídas esas autoridades!), para saber que harán lo contrario. Espero que esas no sean las equivocadas razones que les anima a deshacerse de una más de las banderas fundacionales del PAC.
Por todo lo anterior, respetuosamente escribí a esas autoridades sugiriendo que detuvieran la pauta publicitaria. Han decidido ignorar mi solicitud tal y como ha ocurrido en los últimos años cada vez que he sugerido que no se hagan cambios en prácticas y normas que en su suma dibujaban el ADN del partido que fundamos.
Mantengo la esperanza de que se rectifique en este y otros temas, para que recuperemos el espacio que ya habíamos ganado en Costa Rica, como el partido líder de la revolución ética que urge en la política nacional.
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