Nos dice el cuento que la Cucarachita “estaba barriendo las gradas de la puerta de su casita, y se encontró un cinco”. Se puso a cavilar en qué emplearía el hallazgo. Descartó colorete, sombrero, aretes y, por fin, se fue a comprar cintas. La Cucarachita tenía sus necesidades básicas satisfechas, tampoco se preocupó por deudas. No pensó en comprar arroz, frijoles o lo necesario para una olla de carne ni tampoco en ir a pagar la libreta del pulpero. Fue y compró unas cintas para emperifollarse y buscar novio. Con un cinco la Cucarachita, tenía de dónde escoger y ese cinco le abrió posibilidades, hasta se casó con parranda y más. ¡En la ficción, todo se puede con un cinco!
Doña Laura, como todos los neoliberales, vive en una burbuja de fantasía, burbuja que pagamos todos nosotros, pues los neoliberales llevan treinta años destruyendo el Estado de Bienestar Social a costa de nuestros bolsillos y sacrificios. Con un salario mensual de C4.500.000.00, y un presupuesto anual de no sé cuántos millones (300 o 400 millones) para gastos sin tener que rendir cuentas a nadie, hela aquí que tuvo “la generosidad” de dar un aumento de cinco mil colones al mes.
¡Su generosidad es ilimitada!
Si la Cucarachita pudo con un cinco hasta conseguirse marido, qué no podrá hacer cualquier dueña de casa con cinco mil colones más al mes.
Una familia de cuatro miembros que viva en Desamparados, podrá ir a la Sabana, a doscientos colones el pasaje individual, tres domingos al mes, con la condición de que caminen del centro de San José a la Sabana ida y vuelta, y aun así les sobra mil cuatrocientos colones, que no alcanza para ir otro domingo a la Sabana. Pero que, sumados a los cinco mil del mes entrante, podrá hacer una olla de carne de más, cada dos o tres meses. Pues, una olla de carne bien hecha oscila entre los seis mil o seis mil quinientos colones. ¡Cómo piensa doña Laura en agradar y alimentar bien a la niñez costarricense! Ya puede nuestra familia desamparadeña pasear tres domingos al mes en la Sabana y caminar por San José para regocijo; eso sí los niñitos deben ir bien advertidos de que no se les ocurra pedir nada porque tendrán que esperarse al tercer mes para comprarles algo.
Bueno, digamos que hay que ser racional en los gastos, como dan el ejemplo todos los jerarcas del Gobierno central o los diputados, y, entonces, se raciona la ida a la Sabana una vez al mes. Entonces, la familia gastará mil seiscientos colones en buses, siempre a pie hasta la Sabana, ida y vuelta, y tendrá un excedente de tres mil cuatrocientos para despilfarrar a sus anchas. El despilfarro del domingo en la Sabana tendrá que limitarse a un helado de menos de mil colones, porque si los cuatro quieren comerse un cono de mil colones, no alcanza. El papá y la mamá comparten uno entre los dos y así se fomenta la integración y el amor de la pareja. ¡No se puede negar que la primera Presidente en la historia del país, piensa hasta en la unión de las parejas! ¡Qué lindo comiendo los dos del mismo cono para poder comprarse uno que valga más de mil colones, como cuando eran novios!
Con cinco mil colones de más al mes, una familia que no sea tan paseadora, tan irracional y despilfarradora en gastos podrá comprar:
- 4 o 5 kilos más de frijoles al mes;
- 5 paquetes de papas tostadas de 120 gr, para que coman poquito y no ingieran mucha fritanga;
- 25 naranjas para jugo, en la Feria del agricultor, cada quincena, porque si quieren comprar semanalmente, sería un despilfarro, con un déficit de C 2.200 colones.
- 60 chiles dulces de más, a C 500 los seis chiles, pueden variar la dieta y hacer chiles morrones todas las semanas;
- 20 piñas para jugo a 4 por C 1000; si quieren piña grande, pues tendrán que racionalizar sus gastos y comprar únicamente 10 piñas de más al mes; en una familia de cuatro personas equivale a que cada persona podrá comerse dos piñas al mes, más o menos. ¿Cuánto dura una piña en tajadas donde hay párvulos o adolescentes?
Ustedes pueden seguir la lista de acuerdo con las prioridades personales. ¡Cinco mil colones de aumento! ¡Todo un despilfarro! Para que vean el despilfarro en que nos tiene el actual gobierno, entresacamos estos datos de Al Día:
“Según información recopilada por este medio, una familia de cuatro miembros necesita, al menos, ¢447.788 para pagar comida, agua, luz, teléfono fijo, un teléfono celular, la mensualidad de un crédito para vivienda por ¢20 millones, buses y un par combos de comidas rápidas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el salario promedio de la población, en general, es de ¢259.722.
El de la empresa privada es de ¢223.350; el del gobierno central, ¢371.027, y el del resto del gobierno, ¢461.50 “.
http://www.aldia.cr/ad_ee/2008/abril/16/nacionales1499345.html
Ya puede salir a la calle el pueblo costarricense a agradecer a la “Hija predilecta de la Virgen de los Ángeles” la alegría de acabar sus angustias diarias y su desesperación porque, quien no arregle su vida con cinco mil colones de aumento, es un o una desordenada y consumista.
Es casi como si nos hubiéramos sacado el gordo navideño toda la población.
¡Qué injusticia comenten esas encuestas latinoamericanas que la colocan en el lugar más bajo de popularidad! Debe de ser pura envidia de los otros pueblos latinoamericanos de ver lo bien que la estamos pasando.
Y hablando de pueblos latinoamericanos. Se me ocurrió, solo por curiosidad, fisgonear por ahí en Internet y me encontré este descaro boliviano:
“El 22 de enero del año 2006, Evo Morales se convierte en el primer presidente indígena que asume la Presidencia de Bolivia. Un día antes había jurado como guía espiritual de los pueblos indígenas, en una ceremonia realizada en el templo ceremonial de Tiwanaku.
En diciembre, Morales había ganado las elecciones con 53,7 por ciento y se constituyó en el tercer presidente boliviano en obtener más de la mitad de los votos en elecciones nacionales. Lo precedieron, Hernán Siles Zuazo en 1956 y Víctor Paz Estenssoro en 1960.
Una de sus primeras medidas fue reducirse el salario, como Presidente, en un 57 por ciento para ubicar su sueldo mensual en 15.000 bolivianos”.
No sé a quién compadecer más si al pueblo costarricense o a la Virgencita.
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