ALGO HUELE PODRIDO EN ESE PALCO.
Si antes le llamábamos el correo de las brujas a aquellos chismes que se transmitían de boca en boca, hoy en día y con creces las famosas “listas de correo” gracias al Internet personas a quienes no conozco me acercan a informaciones y comentarios de la más diversa índole y por supuesto de las políticas. Entre estas me ha llegado un correo que transcribe la columna chisporroteos de Alberto Cañas, singular personaje de la vida pública nacional, que durante muchos años desde su limbo se ha autoproclamado el dueño de la verdad, por encima del bien y el mal, oráculo de algunos ingenuos que desconocen su nefasta trayectoria política.
De Beto Cañas tuve conocimiento cuando allá por los setentas, en estudios generales leí un folletín titulado “Los 8 años”, donde nunca pude entender que transcurridos muchos años después de la guerra civil que dividió a la familia costarricense, existiera alguien que aún sededicara a exaltar odios y vendetas.
A través de los años, cuando circunstancialmente leo a Beto Cañas, no puedo dejar de percibir esa torcida actitud, que lejos de llamarnos a construir o corregir si fuere del caso, lo que pretende es destruir, disociar o dividir.
No podemos pasar por desapercibido que Beto Cañas, ha arremetido una y otra vez, contra lo que él ha denominado “la gradería de sol” o sea contra la mayoría de los costarricenses que no estamos en su reservado y clasista palco, pues Beto Cañas en su pretendido “real linaje “no puede aceptar que las mayorías, entiéndase pueblo, tiene el legítimo derecho de aspirar a regir los destinos del país tan traído a menos.
Por ello no es de extrañar su ataque a las estructuras partidarias del PAC, acusándolas de chavistas y otros calificativos, sencillamente por ejercer prácticas democráticas, contrarias a sus usos y prácticas, por ejemplo, cuando desde su trono impuso a Andrea Morales como diputada, que más tardó en sentarse en la curul que en dar su adhesión a los Arias. Es evidente que para Beto Cañas quienes no concuerden en su idea, de que solo los nombrados por las cúpulas aristocráticas tienen derecho a ser postulados para cargos de dirección, cometen un pecado capital.
De la columna en mención resulta rescatable el reconocimiento que hace a la probidad política del PAC, en los asuntos de deuda política, pero ello no es exclusivo de don Otón como pareciera entenderlo Beto Cañas, sino de todo un conglomerado social, incluyendo por supuesto a quienes denomina chavistas, que en una coyuntura histórica decidieron construir un partido político, para enfrentar la corrupción reinante en el PUSC y en el partido de sus amores el PLN.
Pero Beto Cañas debería entender que los pueblos tienen memoria y por eso no podemos olvidar sus actuaciones como Director delExcelsior, periódico financiado por el estafador prófugo de la justicia Robert Vesco, buscado por el FBI, el cual se había echado a la bolsa$224 millones de dólares en los Estados Unidos, refugiándose en tiquicia entre 1972 y 1978, puesto que de aquí no se le podía extraditar; o los desmanes que se cometieron contra la soberanía de éste país, desde el bufete donde Cañas era uno de los socios más prominentes, que se dedicaban entre otras cosas a embanderar a barcos pesqueros de otras nacionalidades, para que usufructuaran de nuestros mares impunemente.
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