La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó este viernes por mayoría una resolución sobre el diferendo territorial entre Costa Rica y Nicaragua que propone la resolución del conflicto mediante la Comisión Binacional pero con la retirada de las tropas de la zona en disputa, a lo que Managua se opone.
La votación se hizo de hecho con el rotundo rechazo al texto de Nicaragua, a la que apoyaron algunos países. Ello impidió su aprobación por consenso, en una muestra de la fractura de una OEA que también estudia llevar el caso a los cancilleres ante el impasse existente.
La resolución fue aprobada con 21 votos a favor. Ecuador y Guyana se abstuvieron, Venezuela se opuso y Bolivia dijo "no votar" porque, argumentó, "no quiere enfrentar" a Costa Rica y Nicaragua que, por ser partes interesadas, no pudieron ejercer su sufragio.
La decisión se tomó tras un intenso debate en el que lo único que quedó claro es que ni San José ni Managua se muestran dispuestos a dar su brazo a torcer y que la OEA parece, por el momento, incapaz de acercar a los países vecinos.
Aunque ante el rechazo de Managua deja prácticamente en papel mojado el texto de la resolución, sí supone una importante victoria diplomática para Costa Rica, dado que podría servir de base para la consulta de cancilleres, el nivel máximo del organismo que, en vista de la imposibilidad de avanzar pese a diez días de intensas negociaciones y prolongaciones de los debates, será previsiblemente la instancia que deberá tratar de desbloquear el asunto.
La votación se produjo tras una inédita y más que acalorada discusión de más de ocho horas -parte en sesión abierta y otra a puertas cerradas- en la que incluso se hizo necesario acudir de forma constante al reglamento ante constantes impugnaciones de votaciones y cuestionamientos de procedimiento.
De hecho, los países incluso se enzarzaron en una interminable discusión nada más para decidir si votaban o no cerrar el debate para poder pasar a la votación una propuesta de resolución -que provocó otra disputa e impugnaciones- y, finalmente, la segunda propuesta de llevar a nivel de cancilleres el diferendo.
"Esto es un grandísimo espectáculo (...) un inmenso desorden", lamentó el embajador ante la OEA de Venezuela, Roy Chaderton.
"Estoy absolutamente perdida, pido preguntar qué es lo que vamos a votar", dijo en otro momento de la discusión su colega de Ecuador, María Isabel Salvador.
La decisión fue finalmente tomada tras una larga sesión, iniciada a las 15:00 (20:00 GMT) y que hizo un receso casi cuatro horas más tarde para tratar de lograr un acuerdo sobre un texto de trabajo presentado por la presidencia del Consejo Permanente y que se manejaba como borrador de una resolución consensuada.
El texto, que según altos diplomáticos había sido consensuado durante las intensas negociaciones de los días previos y contaba con el beneplácito de al menos 25 de los 33 miembros de la OEA, era una propuesta "salomónica" que incluía demandas de las dos partes.
Así, mientras que propone que el diálogo tenga lugar a nivel de la Comisión Binacional, como reclamaba Nicaragua, "en el más breve plazo" posible y con "acompañamiento" de la OEA, aconseja además, en un lenguaje muy diplomático, la retirada de tropas de la zona en conflicto, condición exigida constantemente por Costa Rica.
Pero fue precisamente este punto al que se negó en redondo Nicaragua, que rechazó cualquier negociación "condicionada", en un acalorado debate que se llenó de nuevo de duras acusaciones mutuas en un "preocupante escalamiento de lenguaje y acciones que afectan la paz y tranquilidad de toda la región", como advirtió el embajador colombiano ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos.
La resolución fue aprobada con 21 votos a favor. Ecuador y Guyana se abstuvieron, Venezuela se opuso y Bolivia dijo "no votar" porque, argumentó, "no quiere enfrentar" a Costa Rica y Nicaragua que, por ser partes interesadas, no pudieron ejercer su sufragio.
La decisión se tomó tras un intenso debate en el que lo único que quedó claro es que ni San José ni Managua se muestran dispuestos a dar su brazo a torcer y que la OEA parece, por el momento, incapaz de acercar a los países vecinos.
Aunque ante el rechazo de Managua deja prácticamente en papel mojado el texto de la resolución, sí supone una importante victoria diplomática para Costa Rica, dado que podría servir de base para la consulta de cancilleres, el nivel máximo del organismo que, en vista de la imposibilidad de avanzar pese a diez días de intensas negociaciones y prolongaciones de los debates, será previsiblemente la instancia que deberá tratar de desbloquear el asunto.
La votación se produjo tras una inédita y más que acalorada discusión de más de ocho horas -parte en sesión abierta y otra a puertas cerradas- en la que incluso se hizo necesario acudir de forma constante al reglamento ante constantes impugnaciones de votaciones y cuestionamientos de procedimiento.
De hecho, los países incluso se enzarzaron en una interminable discusión nada más para decidir si votaban o no cerrar el debate para poder pasar a la votación una propuesta de resolución -que provocó otra disputa e impugnaciones- y, finalmente, la segunda propuesta de llevar a nivel de cancilleres el diferendo.
"Esto es un grandísimo espectáculo (...) un inmenso desorden", lamentó el embajador ante la OEA de Venezuela, Roy Chaderton.
"Estoy absolutamente perdida, pido preguntar qué es lo que vamos a votar", dijo en otro momento de la discusión su colega de Ecuador, María Isabel Salvador.
La decisión fue finalmente tomada tras una larga sesión, iniciada a las 15:00 (20:00 GMT) y que hizo un receso casi cuatro horas más tarde para tratar de lograr un acuerdo sobre un texto de trabajo presentado por la presidencia del Consejo Permanente y que se manejaba como borrador de una resolución consensuada.
El texto, que según altos diplomáticos había sido consensuado durante las intensas negociaciones de los días previos y contaba con el beneplácito de al menos 25 de los 33 miembros de la OEA, era una propuesta "salomónica" que incluía demandas de las dos partes.
Así, mientras que propone que el diálogo tenga lugar a nivel de la Comisión Binacional, como reclamaba Nicaragua, "en el más breve plazo" posible y con "acompañamiento" de la OEA, aconseja además, en un lenguaje muy diplomático, la retirada de tropas de la zona en conflicto, condición exigida constantemente por Costa Rica.
Pero fue precisamente este punto al que se negó en redondo Nicaragua, que rechazó cualquier negociación "condicionada", en un acalorado debate que se llenó de nuevo de duras acusaciones mutuas en un "preocupante escalamiento de lenguaje y acciones que afectan la paz y tranquilidad de toda la región", como advirtió el embajador colombiano ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos.
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