Creciendo junt@s
¿Qué pasará con el dólar?
El país navega en un mar de incertidumbre ante la apreciación del colón frente al dólar, situación que ha cobrado una cara factura a los exportadores y al turismo por una parte, y por la otra, tampoco es tan beneficiosa para las importaciones pues la alta volatilidad mina la confianza y dificulta la planificación.
Mientras el dólar se “debilita” en nuestro país, la situación de esta moneda a nivel global se comporta a la inversa fortaleciéndose de cara a importantes monedas como el euro y la libra esterlina.
Para aquellos que creyeron que la peor crisis de los últimos 70 años, sería el principio del fin del predominio del dólar, la realidad demostró que de cara a la profunda incertidumbre, los inversionistas huyeron a la segura y a la liquidez refugiándose en los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Conforme las perspectivas económicas globales mejoran y aflora el sentido de que lo peor de la crisis ha pasado, ha vuelto la discusión de algunos países, por el futuro del dólar. Entre otros, preocupa el alto nivel de endeudamiento de los estadounidenses y su impacto negativo en la posición de la moneda. Recordemos que más del 60% de los países del mundo mantiene sus reservas en esa divisa.
Como resultado, países como China y Rusia, con una alta dependencia con el dólar y con reconocido músculo, retomaron discusiones previas a la crisis por crear una divisa supranacional alternativa a partir de los más importantes países emergentes, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Conscientes de que la creación de una división de intercambio no es un proceso fácil ni de resultados posibles de la noche a la mañana, como lo demuestra el largo y complejo proceso de la creación del euro, dichos países apuntaron a la diversificación paulatina de corto y mediano plazo, buscando una posición alternativa entretanto, en la segunda moneda de intercambio y de reservas más importante: el euro.
Sin embargo, y producto de lo sucedido en Grecia, situación que amenaza además con un efecto contagio a otras economías de la Unión Europea como Portugal y España, emergen lógicos cuestionamientos sobre la sabiduría, conveniencia y necesidad de búsqueda de la diversificación en el euro. Como lógica e inesperada contrapartida, se debilita el euro, y se fortalece una vez más el dólar.
Qué pasará en el futuro…, estará por verse. La realidad es que en el corto y mediano plazo la fortaleza del dólar, como instrumento líquido, de intercambio y como reserva no tiene competencia.
Sin embargo, es igualmente real y evidente el interés de un importante número de países, entre los que destacan los BRIC y los exportadores de petróleo de Oriente Medio, que además han tomado un creciente protagonismo económico, que buscarán nuevos instrumentos para asegurar con menor riesgo su riqueza, los términos de intercambio comercial y la creación de una nueva arquitectura financiera global.
Nuria Marín
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