jueves, 24 de diciembre de 2009

SALUDO DE OTTON SOLIS Y FAMILIA EN ESTA NAVIDAD



Costarricenses,

El nacimiento del niño Jesús es una gran oportunidad para rescatar nuestros mejores valores de solidaridad y comprensión con quienes menos oportunidades han tenido en la vida. La mujer costarricense es el mejor ejemplo de esa solidaridad porque ella se desprende hasta de lo más necesario para dárselo a sus hijos, es la que hace fila en el Seguro, es quien cuida en el barrio donde están los chiquitos.

Terminamos un Año marcado por la crisis económica, casi un millón de personas viven en estado de pobreza y la desigualdad ha aumentado. Es en esta época también cuando las carencias se profundizan y por eso honramos a la madre de familia que es cabeza de hogar en casi cuatro de cada diez hogares que viven en pobreza.

También me solidarizo con las personas que han trabajado la tierra, y que después de años de abandono hoy no pueden estar junto a su familia porque tuvieron que migrar a la ciudad en busca de otras opciones para llevar el sustento a su hogar.

Son tiempos para ser solidarios y reflexionar. Tenemos la oportunidad de tomar una ruta que beneficie a todo el país y no solo a unos cuantos. Costa Rica decidirá el próximo año si le da una oportunidad a un gobierno ético y eficiente que también tenga corazón solidario.

Renovemos nuestro compromiso y nuestro amor por Costa Rica.

Amar esta gran patria es también profundizar el amor por nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos y por nuestra naturaleza.

En diciembre, parte de nuestra campaña la dedicamos a promover nuestros mejores valores, porque estamos seguros de que el verdadero cambio está precisamente en los valores. La honradez, la justicia y la responsabilidad pueden rescatar a Costa Rica.  Demos oportunidad a estos valores, demos oportunidad a Costa Rica entera para que sea esa madre solidaria que todos anhelamos.

Junto a Shirley, Victoria, Elena e Isabel, le deseamos a usted una muy feliz Navidad y un Año 2010 pleno de amor, esperanza y prosperidad.

Ottón Solís

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