domingo, 12 de julio de 2009

Golpe de Estado en Honduras: peligra la paz en el continente





Golpe de Estado en Honduras: peligra la paz en el continente.La tragedia del pueblo hondureño, al que pretenden cercenar sus esperanzas de alcanzar una sociedad más justa y equitativa, no solo atenta contra la democracia sino constituye un peligro real para la paz en el continente.

Pasa el tiempo, los días se suceden sin registrarse avances en la mesa de diálogo abierta en San José de Costa Rica, mientras el movimiento popular contra el golpe militar en Honduras se mantiene en las calles , moviliza a miles de personas que exigen el retorno del presidente Manuel Zelaya y la restitución del orden constitucional en el país.

Los hechos más que las palabras lo demuestran, pues hasta ahora las negociaciones apuntan al fracaso porque no se han tratado aspectos medulares como son el acatamiento de las resoluciones internacionales por parte del régimen de facto y el retorno del legítimo mandatario del país, elegido por el pueblo.

Cada día es más evidente la maniobra dilatoria de los usurpadores del poder en el país centroamericano, quienes apuestan por el desgaste de las mayoritarias fuerzas sociales que los rechazan y apoyan corajudamente a Zelaya.

Muy seguros y respaldados han de sentirse los militares y civiles hondureños traidores a su pueblo y a la Constitución que juraron honrar.

No es casual que a menos de 100 kilómetros de Tegucigalpa, la capital del pequeño país, esté la base militar de Palmerola, utilizada por Estados Unidos en la guerra sucia contra Nicaragua en los años 80 del pasado siglo y también contra los revolucionarios de El Salvador y de Guatemala, con un costo de decenas de miles de vidas

Con tal presencia, a pocos pueden quedar dudas de que, como afirmó Fidel Castro en sus últimas reflexiones, Honduras es hoy no solo un país ocupado por los golpistas, sino además un país ocupado por las fuerzas armadas estadounidenses.

Apunta el líder cubano que en ese enclave radica la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo de Estados Unidos, y señala que la conocida abogada Eva Golinger divulgó el papel de la instalación en un artículo publicado en el sitio digital Rebelión, el dos de julio de este año, titulado “La base militar de Estados Unidos en Honduras en el centro del golpe”.

En sus reflexiones Fidel precisa además que, por el tipo de armamento y su composición, el contingente asentado en el enclave militar no está diseñado justamente para combatir el narcotráfico, como supuestamente se alude, sino enfilado a contrarrestar los movimientos sociales que se generen en Centroamérica.

La tragedia que vive el pequeño país centroamericano puede repetirse en otras latitudes.
Fallidas intenciones no han faltado.

Ante tales circunstancias resulta apremiante que la legalidad retorne a Honduras y el presidente Manuel Zelaya a su cargo, de lo contrario y por razones obvias, la estabilidad en Latinoamérica se verá amenazada porque tal y como afirmó el presidente venezolano Hugo Chávez, no solo está en peligro la democracia sino la paz en el continente.

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