La represión contra los partidarios del presidente depuesto Manuel Zelaya se incrementó ayer en varias ciudades del país. En San Pedro Sula, la segunda urbe de Honduras, los dirigentes populares han sido detenidos y trasladados a lugares que el Gobierno golpista ha decidido no precisar.
Con lágrimas en los ojos provocadas por los gases lacrimógenos, Emin Bajurto, estudiante de Medicina, gritaba"fuera golpistas" a un pelotón de 300 policías antidisturbios en las calles de San Pedro Sula. La carga policial se extendió durante más de una hora por varias avenidas de la ciudad. "Aquí estaremos, pase lo que pase. Nosotros somos más. Somos el pueblo. Los militares y los que apoyan a Micheletti son menos. Tenemos que aguantar hasta el sábado", explicó Bajurto a Público.
Los manifestantes, que el domingo decidieron ocupar la principal plaza de la ciudad, ayer se retiraron. La Policía inició a primeras horas de ayer una dura carga contra ellos, con disparos y gases lacrimógenos, y logró dispersarlos. La situación de enfrentamientos y necesidad en todo el país aumenta según avanzan las horas y se acerca el final del plazo dictado por la OEA para que Micheletti abandone el poder.
Temor a una carnicería
En Tegucigalpa, 20.000 personas afines a Zelaya continúan agrupadas en las cercanías del Palacio Presidencial, cercados por soldados. Algunos dirigentes temen que en las próximas horas se produzca un ataque contra ellos que desemboque en una carnicería.
Desde la clandestinidad, Héctor Sandoval, uno de los líderes que dirige el movimiento indígena hondureño que cuenta con más de 100.000 afiliados, aseguró a Público que "están secuestrando alcaldes en zonas rurales y saqueando las casas de los opositores al golpe. Yo estoy refugiado porque me estaban persiguiendo".
En otras zonas de Honduras los movimientos campesinos iniciaron ayer el bloqueo de las carreteras interiores. En el departamento de Santa Bárbara y Copán han comenzado a organizar una movilización de apoyo a Zelaya que debería concluir el sábado en Tegucigalpa. Nadie sabe si lograrán alcanzar la capital.
Censura informativa
En Olancho, la localidad natal del presidente constitucional, civiles armados destruyeron 30 autobuses preparados para trasladar a simpatizantes de Zelaya a la capital. Los medios nacionales, particularmente los canales de televisión, no transmiten actos de protesta contra Micheletti. Ayer sólo difundieron las marchas realizadas por los seguidores del Gobierno de facto.
Los canales que desafían a Micheletti son vigilados por los censores oficiales desde el Departamento de Control de Telecomunicaciones (Conatel). El apagón informativo es completo en Honduras.
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