El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga estuvo a punto de convertirse en papa hace cuatro años. Fue considerado entonces un hombre demasiado progresista para llegar al Vaticano, lo que no le ha impedido posicionarse ahora, y con claridad, ante todo lo sucedido en Honduras.
Tras el comunicado de apoyo al gobierno de facto de Roberto Micheletti, su nombre ha pasado desde entonces a ser uno de los más pintarrajeados en las calles de Tegucigalpa, junto a la palabra “golpista”. Pero Maradiaga no se arruga. Conoce bien a Zelaya, han hablado mucho durante años e incluso fue su profesor décadas atrás, pero insiste en que no fue un golpe de Estado lo sucedido la noche del 28 de junio.
¿Cómo valora la reacción de la comunidad internacional?
A la comunidad internacional le ha ocurrido lo mismo que dice el Salmo: “Tiene ojos y no ve, tiene oídos y no escucha, tiene lengua y no habla”. Tristemente no han querido ver la realidad ni lo que aquí estaba pasando. Lo que pasa en Honduras no es solo lo que pasó la noche del 28 de junio, es algo que viene ocurriendo desde hace un año cuando el expresidente Zelaya apuesta por el ALBA (Alianza Bolivariana) y por un proyecto bien definido para cambiar la Constitución. En los últimos días (antes del 28 de junio) hay una constante violación de leyes por parte del Poder Ejecutivo. El Presidente llega a asaltar con una turba la Fuerza Aérea, donde estaba el material para la consulta ilegal que pretendía hacer, resguardada por orden judicial.
¿El resto de países han sido injustos con Honduras?
Somos un país pequeño e insignificante y da la sensación de que a los pobres se nos abandona a nuestra suerte. Ya vivimos 20 años bajo regímenes dictatoriales y lo que se estaba preparando ahora era otra dictadura.
¿Fue un golpe de Estado?
Yo diría que no. Porque si usted ve los pasos dados, son los previstos en la Constitución. Golpe hubiera sido si el jefe de Estado fuera un militar, si los ministros fueran militares y si se hubiera disuelto el Congreso o la Corte Suprema de Justicia. Aquí incluso algunos ministros del gobierno anterior siguen siendo ministros. Lo que hizo el Ejército fue cumplir una orden.
Pero no creo que la Constitución hable de sacarlo del país de noche y en pijama...
Ese es el punto más negativo de todo lo que ha pasado. Lo condeno absolutamente, pero pensaron que en ninguna cárcel del país iba a ser posible garantizar su seguridad ni evitar su fuga.
¿Cómo eran sus relaciones con Zelaya?
Mire, el presidente es mi amigo. ¡Incluso fue mi alumno! Hablábamos con mucha frecuencia y siempre ha tenido mucho respeto por mi persona, pero desde agosto, cuando vino Chávez y hasta atacó la memoria de un cardenal, tuvo vergüenza de volver a llamarme. Pero el 11 de junio teníamos reunión de la Conferencia Episcopal y el presidente Zelaya me pidió asistir. Tuvimos una reunión donde tratamos de convencerlo de que quitara esa cláusula de la encuesta, porque no era en realidad una encuesta. Me reprochó que en la homilía del sábado anterior yo le dije: ‘Presidente ¿por qué la prisa en cambiar la Constitución?’. Estuvimos con él tres horas y media y entendimos que había desistido, pero no fue así.
¿Usted dice que Hugo Chávez está detrás? ¿Qué interés puede tener Chávez en Honduras?
Poner un pie más en la región. Aquí encontró un clima favorable dada la extrema pobreza y su amistad con el presidente Manuel Zelaya. Ahora solo pedimos a Chávez que nos deje en paz y que se dedique a gobernar con justicia y que no malgaste los recursos de su pueblo.
¿Si Zelaya intenta volver?
Faltan meses para que acabe este gobierno y me pregunto con quién gobernaría. Zelaya no tiene ya ni autoridad jurídica ni moral. La jurídica la perdió porque violó las leyes y la moral con su discurso lleno de falsedades. Entonces a qué va a volver un gobierno que fracasó. Lo más patriótico sería retirarse, lo demás es tratar de imponer a toda costa el proyecto de Hugo Chávez. Si eso sigue adelante nos prepararemos para la esclavitud.
1 comentario:
Deberia tambien contar como participo en los meetings secretos de los golpistas antes del golpe, tambien como mintio en cadena nacional, antes del fallido regreso de Zelaya, diciendo que en Honduras todavia no habia pasado nada, cuando el bien sabe que ya habian muertos y heridos a causa de la represion militar. El cardenal es sencillamente un mentiroso y deshonesto!
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