miércoles, 22 de julio de 2009

Arias ofrece una nueva salida diplomática a la crisis en Honduras "ACUERDO DE SAN JOSE"


El mediador en el conflicto de Honduras, el presidente costarricense Óscar Arias, ha pedido al menos 24 horas más para afinar una propuesta que recogería un acuerdo entre el presidente depuesto José Manuel Zelaya y su sucesor de facto, Roberto Micheletti. Los abundantes contactos diplomáticos suscitados en los últimos tres días habrían generado algún avance en medio de las dificultades del proceso de diálogo, pero falta aún la respuesta concreta de las partes, informaron ayer por la tarde fuentes próximas a las negociaciones.

Arias, quien a las 4:20 p.m. de Costa Rica (12:20 de Madrid) se aprestaba a leer los que se anunció como la "Declaración de San José", depuró una segunda propuesta de solución al conflicto desencadenado tras el golpe de Estado del 28 de junio en Tegucigalpa. Sería este el esfuerzo extra del mediador y de la comunidad internacional, contra la honda intransigencia entre los representantes de Zelaya y de Micheletti en dos rondas de conversaciones realizadas en San José. El retorno de Zelaya al poder era el punto primero e infranqueable.

Delegados de ambas partes llegaron ayer a San José en espera del anuncio del mediador, pero minutos antes de la declaración todavía intentaban atar cabos sueltos. Vistos los acontecimientos, las amenazas y las respuestas de los últimos días de cada bando, las opciones de lograr una salida contundente eran realmente inciertas.

Una opción que se ha barajado en medios diplomáticos es, incluso, dedicar al tema una cumbre de presidentes de Centroamérica, México y Colombia programada para mediados de la próxima semana en un complejo turístico del Pacífico norte de Costa Rica.

El anuncio de Arias intenta evitar que la presión acumulada en Honduras entre grupos sociales favorables a Zelaya y las fuerzas de seguridad oficiales, ahora bajo el mando del régimen de Micheletti, acabe por desbordarse. La nuevas propuesta de Arias intentaría evitar también las decisiones radicales de las partes, incluido el regreso que Zelaya anunció por la fuerza a su país, apoyado por grupos sociales y, por supuesto, el aparato diplomático de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) que dirige Hugo Chávez, presidente de Venezuela. La hora, el método y el lugar de ese retorno son otros de los secretos o de las estrategias de incertidumbre que circulan en la región.

El régimen de Micheletti ha insistido en que el regreso de Zelaya es "inaceptable" e incluso ha expresado estar dispuesto a resistir a la presión que ejercen la Unión Europea y Estados Unidos, cuyas millonarias ayudas a Honduras están ahora en el aire.

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