> Problemas de calidad de productos e imposibilidad para competir son las preocupaciones de industriales
> Tratado sería más beneficioso que perjudicial, asegura Ejecutivo
Mercado grande, pero complicado
La negociación del Tratado de Libre Comercio encendió la polémica entre los industriales y el gobierno.
Los escándalos mundiales ocasionados por los problemas de calidad de los productos chinos, y la disparidad de condiciones para competir son dos de los argumentos que esgrimen los industriales.
Por su parte, el gobierno defiende los beneficios que obtendría el consumidor a pesar de reconocer el perjuicio que sufrirían algunas empresas con este acuerdo comercial.
El rechazo de los industriales se sustenta en parte en el hecho de que hay cuestionamientos en la calidad de algunos productos chinos.
“No olvidemos los cientos de miles de niños chinos hospitalizados, quienes consumieron leche en polvo con melamina, la retirada de miles de juguetes contaminados con plomo en todo el mundo o de la pasta dentífrica china de nuevo con dietilénglicol. Ese es el riesgo asociado a una relación comercial generalizada con China”, señaló Juan María González, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica.
Al mismo tiempo, otras compañías como las de la industria gráfica, metalmecánica y fabricantes de plásticos consideran que firmar un TLC con el gigante asiático podría generar una pérdida en la competitividad del país y hasta llegar al cierre de empresas y por ende un mayor índice de desempleo.
“Sería perjudicial que este TLC permita el ingreso de productos terminados, dada la inferioridad competitiva de las pequeñas y medianas empresas en relación con una potencia como China, basada en altos niveles de producción”, dijo William Vindas, presidente de la Asociación de la Industria Gráfica Costarricense (Asoingraf).
Entre los productos que tendrían más potencial para llegar a Asia se encuentran el café, azúcar y todos los tipos de carnes; no obstante, abrir nuevos mercados lejanos implica altos costos de logística y riesgos, aun para las más eficientes empresas nacionales.
La exportación de bienes perecederos se complica, ya que unos 12 mil kilómetros separan a ambas naciones y se tarda entre 15 y 20 días para que un buque llegue a China.
Actualmente, el 96% de las exportaciones costarricenses hacia China consiste en chips y componentes de computadora producidos por Intel y otras maquiladoras, mientras una mínima porción de productos nacionales se vende al país asiático.
Pese a los cuestionamientos de los sectores productivos, el Ejecutivo defiende la viabilidad del proyecto.
“Entendemos la prudencia que hay que tener con mercados tan grandes como el de China, es lógico que los industriales intenten defender sus intereses, la pregunta de fondo es si están mejor con el tratado o sin él, porque esto va a continuar, este es un país que tiene condiciones de desgravación muy grandes y lo que estamos buscado son mejores condiciones de mercado”, dijo Marco Vinicio Ruiz, ministro de Comercio Exterior.
Si bien para el Ministerio de Comercio Exterior es claro que algunas industrias saldrán perjudicadas, el mayor ganador será el consumidor, pues este acuerdo comercial permitirá el ingreso de ciertos productos de alto consumo a un menor precio.
Como por ejemplo los electrodomésticos, los cuales llegarán a costar hasta un 15% menos de su precio actual.
“Lo nuestro es abrir el mercado para que los consumidores tengan acceso a mejores productos y de mayor calidad. A aquellos sectores que veamos que son vulnerables vamos a buscarles mecanismos de defensa mayores que los que tenemos hoy, pero tienen que comprobar que tendrían dificultades”, añadió Ruiz.
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