domingo, 28 de junio de 2009

FUERZAS ARMADAS EN VENEZUELA EN ALERTA PARA DERROCAR NUEVO GOBIERNO DE HONDURAS / URGENTE / DE ULTIMA HORA /



CARACAS (Reuters) - El mandatario Hugo Chávez puso a las Fuerzas Armadas de Venezuela en alerta y amenazó con derrocar a cualquier presidente que jure en Honduras en lugar de Manuel Zelaya, depuesto el domingo en el primer golpe militar en Centroamérica desde la Guerra Fría.

Chávez partió hacia Managua para una reunión de emergencia con algunos de los nueve miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), incluyendo sus aliados de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y previsiblemente el depuesto Zelaya, para debatir acciones conjuntas.

El Ejército hondureño expulsó a Zelaya a Costa Rica en la madrugada del domingo por sus intentos de hacer una consulta no vinculante sobre la reelección presidencial, provocando el rechazo generalizado de los países latinoamericanos, de Estados Unidos y la Unión Europea.

Horas después, el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, fue elegido por unanimidad por los diputados hondureños pese a las críticas internacionales y la dura advertencia venezolana.

"Si juramentan a Micheletti, o a Peleletti o Gafetti o a Goriletti, lo derrocaremos. Lo derrocaremos, así lo digo", dijo Chávez en una alocución televisiva, en la que responsabilizó al alto mando militar y a la "derecha" hondureña por el golpe, al tiempo que insinuó la participación de la CIA estadounidense.

El mandatario socialista y sus aliados han mostrado un apoyo irrestricto a Zelaya y aseguran que no reconocerán ningún otro Gobierno que surja de esta situación.

"Haremos todo lo que tengamos que hacer para que Manuel Zelaya sea restituido en su cargo", aseguró el gobernante, mientras cientos de sus seguidores vestidos con camisas rojas se apostaban a las puertas del Palacio Presidencial gritando consignas a favor de Chávez y Zelaya.

Además, el mandatario dijo que puso en alerta a las Fuerzas Armadas y que un ataque a la embajada o al embajador venezolano en el país centroamericano sería considerado una declaración de guerra de facto y respondida "incluso militarmente".


"He puesto en alerta a las Fuerzas Armadas venezolanas", advirtió Chávez, quien ha reaccionado de forma similar a otras crisis regionales pasadas, aunque nunca tomó acciones militares concretas.

En el 2008, ordenó movilizar batallones de tanques a la frontera con Colombia por el ataque de militares de ese país a una base rebelde en territorio ecuatoriano, aunque los blindados nunca se desplazaron. La crisis se superó pocos días después en una cumbre de presidentes.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, uno de los más cercanos aliados de Chávez, dijo que apoyaría una acción militar si diplomáticos de su país o de países aliados fueran amenazados.

"LA MANO DE LA CIA"

El presidente estadounidense, Barack Obama, expresó el domingo preocupación por el arresto militar y la expulsión del país del mandatario hondureño, mientras el enviado de Estados Unidos en Honduras dijo que sólo reconocen al Gobierno de Zelaya.

Sin embargo, el mandatario venezolano insinuó que la CIA podría estar implicada en el "golpe troglodita", que prometió neutralizar "desde dentro y desde fuera".

"Trendrían (Obama) que revisar a fondo hasta dónde la CIA y otros organismos imperiales, que están vivitos y coleando, tienen la mano adentro", afirmó, pese a que esta semana Estados Unidos y Venezuela acordaron reponer a sus respectivos embajadores luego de nueve meses de relaciones congeladas.

Estados Unidos apoyó varios golpes militares en América Central en la Guerra Fría y utilizó Honduras como base para impulsar operaciones contra las guerrillas en la región.

Washington todavía mantiene cientos de efectivos en la base Soto Cao Air, una instalación militar hondureña que también es el cuartel general de una fuerza conjunta estadounidense que realiza operaciones humanitarias, antinarcóticos y de apoyo en desastres naturales.

Chávez acusa al ex presidente George W. Bush de estar detrás del breve golpe de Estado que lo depuso por unas horas en el 2002, algo negado por la Casa Blanca.

El presidente venezolano, que asegura conducir una revolución socialista y antiimperialista, exigió a Estados Unidos pronunciarse sin matices a favor del Gobierno de Zelaya y aseguró estar en permanente contacto con sus aliados para "cocinar la estrategia antigolpe".

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