Tras el paso de los devastadores huracanes Ike y Gustav por todo el territorio cubano, donde se han perdido cosechas y alimentos almacenados, medios diplomáticos y analistas hablan de riesgo de hambruna en la isla.
A esa situación se añade que el país importa el 80% de los alimentos que consumen los más de once millones de cubanos, lo que agrava la crisis en un momento delicado de altos precios en los mercados internacionales. Y si a la escasez de mercancías se suma cierta especulación con los precios y el alza del petróleo para su transporte del campo a las ciudades, la coyuntura es todavía más desesperanzadora.
De hecho, según informa la corresponsal de La Voz en La Habana, Natasha Vázquez, a pesar de algunos esfuerzos de las autoridades por frenar la subida de los precios y de las críticas de la prensa oficial cubana a los vendedores, los precios suben como la espuma.
Maritza Corrales, de 34 años, sale indignada del agromercado (mercados de productos agrícolas de oferta y demanda) tras comprar 10 libras de arroz «Ayer estaba a 3,50 pesos la libra y ahora he tenido que pagarla a 5», dice.
«Ahora me cuesta más caro el petróleo para traer la mercancía», se justifica Manuel, conductor de un camión que transporta hortalizas. Por otra parte, el viceministro de Agricultura, Alcides López, anunció que se estudian medidas adicionales para lograr una «comercialización justa y equitativa de los productos agropecuarios destinados a la población».
Pero lo cierto es que el panorama desolador dejado por los huracanes hace que ya empiece a notarse en el bolsillo.
Según un informe oficial, los daños fueron grandes en todos los sectores. Más de un millón de pollos y 110.000 cerdos, 12.000 toneladas de carne porcina, 2.548 instalaciones pecuarias, casi dos millones de litros de leche estropeados y cerca de tres millones de litros que no pudieron producirse, son algunas de las pérdidas contabilizadas en la ganadería y la avicultura.
En cuanto a los cultivos, las afectaciones se cuentan por miles de toneladas y muchas hectáreas quedaron arrasadas.
Cultivos de ciclo corto
Ante esta realidad, desde el propio Gobierno se ha hecho un llamamiento a los productores para que siembren cultivos de ciclo corto, como el maíz y el tomate, para paliar la difícil situación en los próximos meses. Otra de las medidas tomadas ha sido la de adelantar el proceso de entrega en usufructo de tierras estatales ociosas a particulares, que en solo tres días ha formalizado 16.013 solicitudes, equivalentes a 205.939 hectáreas.
Mientras tanto, la familia cubana media tiene que hacer aún más malabares que antes para surtir la mesa.
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