La demanda es clara, más allá de la indemnización multimillonaria en colones que estableció la familia de la cliente de PriceSmart afectada por la caída de licuadoras, quieren el cierre de los locales de ese supermercado.
La razón es que no se está cumpliendo con las normas de colocación en los pasillos de esa cadena según peso, volumen y balance, explicó la abogada de la afectada, licenciada Mayling Larios.
Esta última, además, no quiso detallar el monto establecido en la acción civil resarcitoria, que junto a la querella ya tiene número de expediente único. Sí enfatizó que un perito actuario es quien lo debe determinar.
INDELEBLE
La cicatriz que quedará en la frente de la víctima, de apellidos Del Carpio López, costarricense de origen peruano, será indeleble. Varias vértebras resultaron quebradas, no se puede mover y tiene atención de enfermera las 24 horas.
Así detalló la situación de la víctima después del evento ocurrido el 8 de junio pasado en el PriceSmart de Escazú, y que originó la demanda contra Manrique Ugalde, vicepresidente de Operaciones de la empresa, y Gerardo José Villalobos, gerente de Operaciones.
CULPA Y NEGLIGENCIA
A Del Carpio le cayó una tarima llena de cajas de licuadoras. Esa tarima, según explica la abogada Larios, estaba encima de otra tarima que contenía productos Kleenex.
Fuese papel higiénico o toallas de cocina, lo que fuere, no era apropiada una tarima sobre la otra. Ese es el incumplimiento en pesos y medidas, dice la representante legal de la querella.
“Hay culpa y negligencia, incluso dolo”, dijo la abogada. Además, como ya había dicho en exclusiva a DIARIO EXTRA, no han pagado las facturas médicas que prometieron cancelar a la familia.
Los gastos en atención médica han llegado a más de ¢30 millones ($60 mil). “Por un milímetro no la mataron las licuadoras”, dijo Mayling Larios.
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