“¿Quieres ver algo gracioso?”, nos dijo Jacob No luego de una entrevista, durante una improvisada sesión fotográfica bajo el sol de la tarde en el parque de Santa Bárbara de Heredia. “Cuéntales a ellos quién soy yo y por qué estoy aquí”, insistió. Al lado se sentaban tres estudiantes de colegio, viendo algo aparentemente gracioso en sus celulares.
—¿Quieren saber quién es él?, les pregunté.
—(Se vuelven a ver.) No.
El silencio incómodo que prosiguió fue pletórico. Jacob se reía a carcajadas viéndonos. Las dos muchachas y su compañero dedicaron 15 segundos a mirarnos mientras torcían sus caras, como intentando hacer una representación corporal de la parte superior de un signo de interrogación. Con las bocas abiertas, en total silencio.
Jacob seguía riéndose. “A veces tienes que encontrar el humor en esto”, comentó cuando se sacudió de las risas con las que maquilla el tedio que le provoca la reacción –para él, prejuiciada– de quienes ven en la figura de Lucifer lo contrario a lo que él ve y predica. “A veces es difícil lidiar con esto, y busco formas de entretenerme”.
"Un cristiano puede técnicamente ser luciferiano, pero no puede alabar a Jesucristo. No puede alabar nada".
"El catolicismo está muriendo, hombre. Solo puedes mentirle a la gente durante cierto tiempo".
Todo depende de la lectura que se haga de la Biblia. Los cristianos actuales leen la figura de Lucifer en su libro sagrado como el ángel caído; un ángel que se rebeló contra dios y se convirtió en el adversario de la fe; es decir, en Satanás. Los líderes y practicantes de la Iglesia Mayor de Lucifer –una organización esencialmente joven y ecléctica– abrazan el significado literal del nombre Lucifer: la luz de la mañana, o el lucero, portador de la luz.
Para el luciferismo, la entidad que para muchos es antagónica al bien no es siquiera una entidad, sino un con-cepto ligado directamente al conocimiento. Es su intención explícita alumbrar lo oculto, y explorar aquello que –desde su percepción– es silenciado por la mayoría de las religiones tradicionales.
En su libro
Satan: The Early Christian Tradition, el historiador de religiones Jeffrey Burton Russel rescata que Tertuliano, un padre de la iglesia del siglo II, usaba muchas palabras para referirse al demonio, y ninguna de ellas era Lucifer.
No obstante,
después de la versión del Rey Jacobo, Lucifer pasa a ser mencionado como la estrella de la mañana, y el nombre Lucifer se le adjudica al ángel caído antes de convertirse en Satanás.
* * *
Quedamos en encontrarnos con Jacob (quien es estadounidense) en un restaurante cerca del parque de Santa Bárbara, pero el calor se multiplicaba dentro de esas paredes con dibujos de dragones, y la representante de la delegación de la Iglesia Mayor de Lucifer en Costa Rica, quien acompañaba Jacob, estaba preocupada de que los demás clientes escucharan de lo que íbamos a hablar y generaran líos.
Nos decidimos por un bronceado con mangas en el parque del pueblo, donde tanto colegiales como adultos disfrutaban de una agraciada tarde de verano. En cuestión de cinco minutos, Jacob se divorció de su postura seria y cautelosa, y profirió largas respuestas a cualquier duda que tuviéramos sobre la organización que fundó hace dos años y que en octubre abrió su primera sede oficial en Houston, Texas.
Faltaban tres días para la primera actividad de su iglesia en Costa Rica, y él no sabía qué expectativas tener, pues era su primera vez en el país y sabía que es de mayoría católica.
* * *
—La iglesia ha existido desde hace dos años y hemos crecido muy, muy rápido, especialmente en América Latina. Hay lugares a los que llegan más de 1.000 personas por reunión. Es una locura. No esperábamos esto, pero la filosofía es tan fuerte y resuena tanto que puede literalmente cambiarlo todo. No somos tan fuertes en Estados Unidos como lo somos en América Latina. No tengo idea del porqué. Tenemos líderes en todos los países latinos, desde México hasta Argentina, incluyendo España, que no es Latinoamérica pero es hispano. Así que está teniendo tanto arraigo aquí que es hermoso de ver.
—Es curioso, porque los países latinoamericanos son principalmente católicos.
—El catolicismo está muriendo, hombre. Esta muriendo. Solo puedes mentirle a la gente durante cierto tiempo, porque cuando la gente empieza a pensar por sí misma se empieza a dar cuenta de que les han mentido. Solo hay cierta cantidad de mitos que le puedes dar a alguien antes de que se canse. El cristianismo está en declive a nivel mundial. Por otro lado, el Islam está en auge, lamentablemente, y eso da mucho miedo; es cambiar una forma dogmática tradicional de esclavitud por otra.
—Un dogma que, además, al menos de este lado del mundo, se ve peor.
—Parece así, pero no obtenemos toda la verdad. A la prensa le gusta inventar sus historias. Crean en nada de lo que escuchen. Cuestionen todo lo que ven.
—¿Diría que esa es la esencia ideológica de la Iglesia Mayor de Lucifer?
—Cuestionarlo todo. Llegar a las conclusiones propias. No hacer cosas basadas en lo que otros dicen que hay que hacer, incluso yo; si yo digo que esta es la única forma y la única verdad, estaría mintiendo. La única verdad es tu verdad. Aquí no hay dogmas. Nunca te voy a decir cómo vivir tu vida. A pesar de ser el fundador de la iglesia, ese no es mi lugar.
—¿Cuál es su lugar?
Soy una guía, nada más. No vine a decirte cómo vivir ni a empujar mis pensamientos personales. Solo estoy aquí para ayudarle a la gente a pensar desde otros puntos de vista y ver cosas desde distintas posibilidades y dejarlos escoger a ellos mismos.
—¿Cómo llegó a ser eso?
—Fui a la universidad a estudiar psicología en terapia de comportamiento. Tengo un título en eso. Nací y me criaron mormón, y empecé a salir de la tradición dogmática y a pensar en todas esas personas que hacen lo que les dicen y no saben por qué; solo tienen toda la esperanza puesta en algo que no tienen idea de cómo puede ser. La forma en la que yo lo veo es que si usted cree o no en algo fuera de sí mismo, ambos tenemos algo en común: que no sabemos. La única respuesta correcta es que no existe respuesta alguna.
—¿No cree que eso es lo mismo que el agnosticismo?
—Supongo que sí, si quieres ponerle una etiqueta.
—Pero el lucefirianismo es una etiqueta también.
—Hay luciferianos teístas, ateos, agnósticos. Podemos lidiar con todos porque ese manifiesto que hice es que en esa batalla entre el ateo y el teísta, de si hay dios o no, ambos son mentirosos. Si dices que hay algo absoluto eres un mentiroso. ¿Es el dios musulmán? Lo dudo, seriamente. ¿Es un universo mental? No sé, no tengo las respuestas. Entonces, ¿por qué vivir para morir? Mejor vivir para vivir, ser lo mejor que podemos ser, vivir al máximo potencial y darse cuenta de que la raza humana está dormida y que es hora de despertarnos. Podemos hacer tantas cosas más de las que somos capaces ahora, y lo he visto de primera mano: yo vengo de la nada, y mira lo que hice en dos años, y no quiero jactarme, pero quiero decir que cuando una persona se entiende al máximo puede lograr lo que sea.
—Dice que viene de la nada. ¿Cómo así?
—Sí, estaba viviendo en el sillón de un amigo, divorciado, sin nada. Y ahí empezó todo para mí. Dije: ‘Es suficiente, tengo que crear algo', y creé esto y empecé a estudiar muy fuerte las filosofías. El luciferismo es algo ecléctico, no es un solo camino, son muchas cosas. Un cristiano puede técnicamente ser luciferiano, pero no puede alabar a Jesucristo, no puede alabar nada. Los humanos somos los conductores de todas las cosas. Los dioses viven y mueren por nuestro pensamiento popular. Todos los dioses de ahora van a morir. Le llamamos la nueva era luciferiana, se le ha llamado de muchas formas: la era de Horus por Aleister Crowley, los hippies le llamaban la era de Acuario. Es la era de la razón. Los mayas le llamaron la quinta era del hombre. Diciembre 21, el nuevo año luciferiano, es inspirado en los mayas porque creemos que estamos en una nueva era, la era de la razón. Por eso muchos niños de ahora piensan diferente, porque hay una suerte de red mental que dice: ‘Hora de despertar, te han alimentado de mierda'.
—¿Habla de una suerte de conocimiento colectivo?
—No sé cómo definirlo pero se ha hablado mucho de ello. No sé si existe o no, no puedo probarlo. Lo que puedo probar es que estoy aquí ahora y quiero ayudar a la gente a despertarse, y ese es el punto de la iglesia. Es una plataforma para personas que están empezando a despertarse para que vean y discutan nuevas ideas y posibilidades distintas a las que les dijeron todas sus vidas.
—Dicen ser una organización filosófica por encima de una organización religiosa.
—Somos una organización religiosa por definición, por legalidades. El código de impuestos de Estados Unidos dice que debemos serlo. Somos una iglesia pero redefinimos esa palabra, no en el sentido cristiano, sino en el sentido legal: asumimos la palabra ‘iglesia’ como la concurrencia de gente que piensa parecido. Entonces somos un espacio de unión de personas que buscan al portador de luz, donde ellos también son los portadores de luz. Son Lucifer, porque Lucifer es un título, no una entidad. Solo en la Biblia del Rey Jacobo se refieren a Lucifer como el diablo. En el Apocalipsis, Jesús se llama la estrella de la mañana, pero si lo hubieran traducido como era, hubieran dicho que era Lucifer, literalmente.
Según Jacob No, la Iglesia Mayor de Lucifer genera mayor impacto e interés en América Latina que en Estados Unidos. El psicólogo alega que la organización opera desde México hasta Argentina.
—¿Hay una negativa de los creyentes a investigar aquello en lo que creen?
—No están interesados en eso, pero si lo hacen entenderán que la figura de Jesucristo ha existido muchas veces antes. Es un espejo. Los mandamientos también. La Biblia es un clon de otras religiones. La historia ha sido reciclada una y otra vez, porque funciona. Funciona porque captura la mente de la gente y los pone en un sentido de control.
—¿Cree que tiene que ver con que nos inculcan la religión desde niños?
—Cierto. Nosotros no adoctrinamos a niños en la iglesia. Para entrar a la iglesia hay que tener 16 años y tener un padre miembro de la iglesia, que pueda firmar legalmente y confirmar verbalmente. No adoctrinamos a niños de ninguna manera. Les enseñamos a ser ciudadanos responsables, a pensar por sí mismos, a ser fuertes y a tener confianza en sí mismos. Les enseñamos sobre filosofía hasta mucho tiempo después.
—¿Qué problemas cree que genera enseñar religión desde temprana edad?
—Miedo y culpa. ¿Por qué tengo que confesarme? Yo no le debo nada al sacerdote. ¿Quién es él? Mis cosas son mías; yo necesito trabajar en mí mismo. ¿Que voy a hacer, 15 aves marías ? Es irresponsable. Es vagancia. ‘Me arrepiento de mis pecados porque me siento culpable y mientras tenga fe en Jesús su voluntad se cumplirá’. ¿Y qué con tu voluntad? Engañaste a tu esposa, robaste algo; es tu deseo, no de dios. No hay nada en nuestra iglesia diciéndote qué hacer y cómo hacerlo. El control es tuyo. Haz algo grandioso con eso.
—¿Propagan un pensamiento individualista?
—El individuo está antes que todo lo demás. Uno no puede amar a nadie a menos que se ame a sí mismo, pero el individuo debe entender que directamente corresponde a un todo. Digamos que hay un adicto en tu familia. El adicto puede ser un individuo, pero sus acciones afectan a sus seres queridos, y afectan sus trabajos y sus vidas. Es una gran cadena. Debes cuidarte. No hay tal cosa como altruismo o desinterés; nada de eso existe. La gente le da comida a los sin techo porque se sienten bien.
—¿Fundó la iglesia porque lo hace sentirse bien?
—¡Claro! Me hace sentir que estoy haciendo el bien, alcanzando algo. Lo que hago es egoísta. Lo que todos hacemos es egoísta.
—¿Eso va en frecuencia con ideologías como el libertarismo y liberalismo?
—Claro, todo calza. Lo que hacemos es muy versátil. Es intercambiable. Puedes tomar y dejar lo que quieras (de la ideología). No hay reglas; solo tenemos algunas guías, como Los 11 puntos de poder . Si aplicas eso estás siendo tu mismo. Es una liberación. No hay criterios, no te ponemos en una caja.
—¿Practican el ocultismo en la iglesia?
—Hay algo, pero la palabra oculto literalmente significa escondido. No significa malo o bueno. La razón por la que lo oculto se ve como malo es porque la gente que lo estudia es libre. Eso golpea a la iglesia, golpea su poder, su dinero, sus propiedades. Si todos empezaran a estudiar ocultismo, la iglesia no existiría.
—¿Cómo se diferencian de la corriente satánica?
—El satanismo es muy hedonístico. Es: ‘Yo, yo, yo, y no importa el mundo’. El luciferismo es: ‘Yo sé que es acerca de mí, pero necesito ayudar a la gente y esparcir el conocimiento’. Somos los hackersdel conocimiento.
—¿Respetan la Biblia Satánica de Anton LaVey?
—Tenemos respeto por LaVey y por ellos. Tenemos mucho respeto por muchas corrientes. Muchos de ellos lo entienden. LaVey tenía una gran idea pero fue editada luego de su muerte, y ahora es simplemente una máquina de dinero. Nosotros no somos una organización con fines de lucro. A nosotros no nos pagan. Yo pagué por venir acá. Ningún líder es pago.
—¿Cómo sobreviven?
—Donanciones. La gente nos puede dar donaciones y a cambio les damos algo; una camiseta, joyería, un libro. Recibes algo. No es como darle el dinero pastor para que compre un carro nuevo. Nosotros no hacemos eso. Somos muy abiertos con respecto a nuestras finanzas.
— Hay simbolismo en las camisetas y en algunas estatuas e íconos de la iglesia. ¿Buscan impactar a quienes desconocen lo que difunden?
—Ellos ven lo que quieren ver. Todos los símbolos tienen que ver con iluminación, despertar, crecer, liberarse, apoteosis. La enseñanza siempre es: sean inteligentes acerca de lo que hacen.
—La gente ve el nombre de la iglesia y se crea una idea. No leen. No se meten al sitio web para ver que no son satánicos. Piensan que es basura y se enojan con ustedes. ¿Cómo lidian con eso?
—Solo lidiamos con eso, todos los días. Alguna gente está tan atrapada en el concepto de Lucifer como Satán que no hay nada que hacer. Solo perseveramos. La gente quiere destruirnos. Quieren quemarnos. Tenemos una locación física en Houston y tenemos a gente diciendo que la van a quemar. Pero nosotros creemos que, si queremos o vamos a tener impacto, esto es lo que pasa. Debe-mos perseverar, ser fuertes. A la gente le da miedo la oscuridad. La luz es solo una parte de la oscuridad. No existe una sin la otra.
Nota: Jacob No no es el nombre real del fundador de la Iglesia Mayor de Lucifer.
El modernismo permite “buscar una religión que satisfaga mi perspectiva y mi manera de ver la vida”, según afirma el teólogo y sociólogo de la investigación Alberto Rojas.
El profesor de la Universidad Nacional considera que actualmente “hay una serie de opciones donde vos podés escoger”. En sociología se le ha llamado a este fenómeno “religión a la carta”. “Vos te hacés tu propio menú. Hay condiciones para escoger entre múltiples opciones e incluso fabricar la propia. Siempre las ha habido, pero ahora las posibilidades se multiplican”, explicó Rojas.
En armonía con ese concepto existe la Iglesia Mayor de Lucifer, la cual arrancó operaciones en Costa Rica el domingo 28 de febrero, con una conferencia llamada “Libertad a través de la educación”, impartida por el fundador y co-presidente de la organización, Jacob No, en la Gráfica Génesis, en San José.
La primera sede física de la Iglesia Mayor de Lucifer abrió en octubre, en Texas, Estados Unidos, con la presencia de cientos de manifestantes cristianos. En su primera actividad en Costa Rica, no sucedió mayor cosa. Un señor de avanzada edad rodeó el perímetro durante la tarde, poniendo nerviosos a los organizadores, pero la situación nunca pasó a más.
Dado su nombre, la organización ha levantado polémica en varios lugares a los que ha llegado, a pesar de advertir que su práctica no se centra en alabar a Satán.
Pero polémica no es la palabra adecuada para describir la primera actividad abierta al público de la iglesia en el país. La quietud con la que transcurrió el evento se trajo abajo las expectativas de los organizadores locales y de Jacob No, quien días atrás –en entrevista con este medio– dijo que suponía que la actividad provocaría enojo en algunos ticos.
“Sé que este es un país católico y, basado en mi búsqueda, sé que aquí pueden ser muy mezquinos con respecto a la religión”, dijo. Empero, el día de la charla todo transcurrió sin líos: no hubo creyentes con pancartas, no hubo amenazas de violencia y –salvo el señor que se quedaba viendo, extraño, desde fuera– no hubo invitados ajenos a la conferencia.
Contrario a lo que algunos esperaban, tampoco se trató de una suerte de ritual de índole espiritual o religiosa, sino de una charla en la que Jacob explicó los principios de su organización, concentrándose principalmente en conceptos como la verdad objetiva y la verdad subjetiva.
Imaginería relacionada tampoco la hubo: la galería no estaba decorada con demonios ni íconos del luciferismo, tan solo con candelas e incienso sobre la pequeña tarima desde la cual el fundador del movimiento se dirigió al público, vistiendo una sotana negra.
* * *
A finales de enero, la Iglesia Mayor de Lucifer anunció en Facebook su primera actividad pública en Costa Rica. En los meses recientes, desde la construcción de su único templo, en Houston, Texas, la iglesia inauguró delegaciones no físicas en países de Latinoamérica como México y Perú.
La ponencia de Jacob No en Costa Rica alcanzó más de 200 interesados en Facebook, pero solo cerca de 30 personas terminaron asistiendo al evento. La entrada era gratuita, pero se les solicitaba a los asistentes que llevasen útiles escolares para regalarles a niños de bajos recursos. Además, solo aquellos que confirmaron en Facebook podían ingresar a la conferencia.
Antes de comenzar la actividad, organizadores y público conversaban acerca de la respuesta que la iglesia podría tener en el país. “Los ticos son muy pasivos, y no creo que pase mayor cosa por esto”, dijo uno de los asistentes cuando Jacob No expresó que le preocupaba lo que podía pasar después de ese día.
Con un discurso impreso, sentado y hablando al micrófono, Jacob No conversó durante poco menos de una hora acerca de la ideología que representa. Más que un dogma o una filosofía, el luciferismo de Jacob y sus acólitos es una mezcla de varias ideologías que desembocan en conceptos como sabiduría, poder y liberación, en una sesión que parecía más de auto-ayuda que de culto.
Además de Jacob No, el escritor Michael W. Ford es la cara pública de la Iglesia Mayor de Lucifer. Un autor famoso en ciertos círculos, con una gorda bibliografía relacionada al ocultismo y a todo lo que lo rodea, Ford ha ayudado a popularizar a la organización. Según representantes ticos de la logia, Ford podría visitar el país pronto.
* * *
El teólogo Alberto Rojas alega que las ideas que promueve el luciferismo no son nuevas, y que el estudio y práctica de costumbres religiosas que cuestionan los dogmas tradicionales ha sido parte fundamental de la historia mundial. Sin embargo, no recuerda otra organización en Costa Rica que públicamente tratara estas ideas.
“En Costa Rica, alguien que por iniciativa haya invitado al público general a actos de ese tipo no ha existido. Sí han existido han sido grupos privados y clandestinos, pero de una manera abierta creo que esta es la primera vez”, manifiesta Rojas. “Es parte de un fenómeno mundial; es una tendencia”. Es, si se quiere, religión a la carta.
Sobre el significado de Lucifer, y los antagonismos entre luciferinos y cristianos, el sociólogo explica: “El concepto de Lucifer evoluciona con la historia; no siempre ha sido lo mismo. Antes estaba asociado más a un acusador; un fiscal de los creyentes. Más adelante fue el ángel caído, el que se rebela en contra de la voluntad de dios”.
* * *
La Iglesia Mayor de Lucifer se reunirá cada mes en distintos lugares, pues no tiene una sede física en Costa Rica. En caso de buscar personería jurídica para operar como organización religiosa en el país, sus líderes deberán convertirla en una asociación, pues en Costa Rica la creación de religiones no está regulada por la ley.
Existe la libertad de culto constitucional, pero en la Constitución también se dice que el Estado costarricense es confesionalmente católico. Por otro lado, el Código Penal, en el artículo 395, prohíbe la brujería, hechicería y “otros cultos contrarios a la buena fe”. Públicamente, la Iglesia Mayor de Lucifer no incurre en ese tipo de actos.
“Dentro de la libertad de consciencia, tienen derecho a hacer un culto de lo que quieran, siempre y cuando no se contrapongan a las leyes del país”, concluye Rojas.