Los vientos sostenidos máximos del huracán eran de casi 201 kilómetros por hora (125 millas por hora) y el Centro Nacional de Huracanes en Miami informó que podría alcanzar la categoría IV, con vientos superiores a los 210 kph, antes de que su vórtice toque tierra. Se espera que el ojo del huracán llegue a suelo mexicano el martes cerca de Barra de Navidad, al sur de Puerto Vallarta. Los hoteles en la ruta del huracán ya tomaban precauciones, aunque el Sol seguía brillando de vez en cuando. Casi todos los huéspedes del hotel Grand Bay de 199 habitaciones en Isla de Navidad, justo frente a la costa, partían el lunes y sólo unapareja estadounidense dijo que aguardará el huracán, dijo Julio César Ortega, recepcionista del hotel. Los empleados estaban protegiendo las ventanas y limpiando los canales de agua con el fin de prevenir inundaciones. También guardaban todos los muebles de playa a medida que Jova se acerca.
"El aire aquí realmente no pega por la protección que tenemos de los cerros", dijo Ortega. "Pero de cualquier forma se están tomando precauciones para lo que viene de la tempestad".
Los aproximadamente 90 empleados del hotel tienen pensado refugiarse en un salón interno si la situación se pone muy difícil.
El gobierno federal mexicano declaró una advertencia de huracán para una franja costera de 160 kilómetros desde justo al sur de Puerto Vallarta hasta un punto al sur de Manzanillo, uno de los principales puertos de carga de México. Había otra advertencia de tormenta tropical en vigor más al sur, hasta el puerto de Lázaro Cárdenas.
El secretario general de Gobierno de Nayarit José Trinidad Espinosa Vargas, dio a conocer que inició, hace algunas horas, la verificación de los 331 albergues estatales para atender posibles contingencias tras la alerta por la llegada de "Jova".
En entrevista, explicó que, además de la zona costera, la sierra nayarita también permanecerá en alerta por las intensas lluvias que se prevé caigan en la zona.
En Puerto Vallarta comenzó a llover el lunes y los autobuses que pasaban levantaban cortinas de agua. Rafael Colmenares permanecía de pie en una terraza en la playa, observando el océano con una cerveza en la mano.
La casa del mesero de 49 años se inundó cuando el huracán “Kenna” de categoría IV golpeó la costa más al norte, provocando la muerte de cuatro personas, pero Colmenares no ha adquirido suministros de emergencia ni agua embotellada.
"No sabe uno con estas olas ¿Qué puede hacer uno contra la naturaleza?", afirmó.
Cerca de allí, el pescador Ignacio Curiel, de 55 años, permanecía de pie frente a su pequeña casa de ladrillos cerca de la playa mientras aguardaba la llegada de un camión con agua y comida. Dijo que las olas son lo que más amenaza a esa ciudad turística.
"Despues de “Kenna”, sí nos quedó un poco de miedo. Se nos vino el mar encima y nos agarró con las puertas abiertas por falta de información", afirmó.
"¿Sabes que hicimos? Cerrar las puertas, subirnos a la azotea y mirar las olas", agregó.
Dijo que si Jova se fortalece a una categoría superior, como está pronosticado, dejarán su casa para refugiarse en una hacienda propiedad de sus hermanos cerca de las montañas en el estado occidental de Jalisco.
"Ya otro grado y ¿sabes qué? ¡A correr!", dijo.
El vórtice de Jova se hallaba aproximadamente a 405 kilómetros al suroeste del puerto de Manzanillo y se desplazaba hacia el este a una velocidad cercana a los siete kilómetros por hora.
Mientras tanto, la tormenta tropical “Irwin” se estaba debilitando mar adentro en el Pacífico, con vientos de casi 65 kph.