- -Para Costa Rica y para cualquier ente independiente que conozca lo básico del derecho internacional, no tiene valor o trascendencia alguna el fallo de la "corte" presidida por el nicaragüense Guerra y con un expresidente como el hondureño Lobo, quien desde el primer momento adelantó criterio y mostró abierta hostilidad contra Costa Rica en este asunto relacionado con la construcción de una trocha cercana a la frontera entre Costa Rica y Nicaragua.
Solo tres países (Nicaragua, El Salvador y Honduras) pertenecen a dicha "corte" por lo que sus resoluciones solo alcanzan a los citados Estados. Pero ahora que Ortega ocupa temporalmente la presidencia del SICA se publica la "sentencia", pero para que la misma pudiere tener alguna validez para sí misma, tendría que contar con el apoyo de todos los presidentes miembros, incluyendo por supuesto, a Costa Rica. En otras palabras, ni aun en el supuesto de que lo que ya se conocía como resolución pudiere pasar sobre las aguas del río San Juan hasta Costa Rica, las palabras se las llevaría el viento que nacido de los más caros principios del derecho internacional, las devolvería hasta Managua.
El presidente Ortega, promotor de dicha "sentencia", fiel a su torpeza, pone en juego el proceso de integración centroamericano a cambio de un asunto de interés politiquero interno que solo desprestigio traerá, eventualmente, a su gestión temporal. En ese contexto, hacen bien las autoridades costarricenses en no aceptar siquiera el ser notificados porque para nuestro Estado la tal "corte" es un ente inexistente. Lo que sí debería hacer la Cancillería tica es advertir diplomáticamente a los demás países, del peligro en que se coloca al proceso de integración con acciones tan alejadas de la razón.
En fin, si de victorias pírricas alguien quería un ejemplo, ahí lo tienen.