Iglesia Comunidad de Comunidades
Nuestra Señora de Guadalupe.
MONS. HIGINIO ALAS
FOLLETO Nº 12
MISA DEL SACERDOCIO REAL
“Haced esto en memoria mía” (Lc. 22. 19)
HEREDIA COSTA RICA
ABRIL 2010.
PRESENTACIÓN.
Mons. Higinio Alas Gómez.
Teológica y bíblicamente, hay dos formas de sacerdocio: REAL y MINISTERIAL.
I. SACERDOCIO REAL
El pueblo elegido por Dios, fue constituido como "un reino de sacerdotes y una nación consagrada" (Ex. 19, 6; Is. 6, 6).
En el Sacramento del Bautismo, hemos sido incorporados como miembros del cuerpo de Cristo y consagrados a Dios, como Sacerdotes, Profetas y Reyes,autorizados y mandados por Jesús, para celebrar la Última Cena.
“Este es mi cuerpo entregado a favor de ustedes. Este es el nuevo
pacto confirmado con mi sangre, la cual
es derramada por ustedes”.
“Hagan esto en memoria mía”. (Lc. 22, 19)
Cuando Cristo celebró la Última Cena, no estaba junto a él ningún miembro de la clase sacerdotal de la Tribu de Leví o del Orden de Melquisedec, sino sus discípulos, su madre, María Magdalena, María de Cleofás, María, Marta María, María Salomé y otras mujeres, que de acuerdo a los evangelios siempre le acompañaban, a quienes les dijo: “Hagan esto en memoria mía”. ( Lc. 22, 19).
Melquisedec fue un escogido de Dios para gobernar, por lo que era Rey de Justicia y Sacerdote de Salem (Gen. 14,18) que en hebreo significa Paz, quien era contemporáneo del Patriarca Abraham. (Ver en Google: Silverio Martínez).
De esta forma Jesús estableció el sacerdocio de la nueva alianza con sus discípulos y discípulas.
En la Antigua Alianza (Ex 29,1-30 ) los sacerdotes fueron consagrados para intervenir en favor de la humanidad, ofreciendo a Dios, dones y sacrificios por los pecados" (Hb. 5,1). Esto es lo que hizo Melquisedec.
3.
Melquisedec fue un escogido de Dios para gobernar, por lo que era Rey de Justicia y Sacerdote de Salem (Gen. 14,18. Salmo 76:2) que en hebreo significa Paz, quien era contemporáneo del Patriarca Abraham. (Ver en Google: Silverio Martínez). Por ello las sagradas escrituras y la tradición cristiana, siempre han considerado a Melquisedec (Gn. 14,18), como la prefiguración del único sacerdocio de Cristo (Hb. 5,10; 6,20).
II. SACERDOCIO MINISTERIAL:
(Servidores del pueblo de Dios).
El Sacramento del Orden Sacerdotal creado por la Iglesia Católica, en sus tres niveles: episcopado, presbiterado y diaconado, los convierte en servidores de los hijos de Dios, no en “padres”, amos o señores de los pueblos.
Históricamente desde el año 325, el emperador Constantino el Grande fundador de Constantinopla, actual Estambul, que fue capital del imperio romano de oriente, obligó a todos los ciudadanos a hacerse miembros de la Iglesia de Cristo, convirtiendo a los sacerdotes cristianos en una clase privilegiada.
Con una religión imperial impuesta, los sacerdotes fueron incapaces de realizar su misión, por lo cual tenían necesidad de repetir sacrificios continuamente, y no podían alcanzar una santificación definitiva que sólo podría ser lograda por el sacrificio de Cristo. (Hb. 5,3; 7,27; 10,1-4),
Por ello es que el profeta Malaquías había dicho:
“Pero ustedes, sacerdotes, se han apartado del buen camino.
Han pervertido mi pacto con Leví...Por eso yo haré que
todo el pueblo les tenga por viles y los desprecie.
Lo dice el Señor todopoderoso”. (Ml. 2, 8-9).
Esta es la profecía que se está cumpliendo en los últimos tiempos de nuestra era, llena de signos apocalípticos. La iglesia católica ha sido enjuiciada entrando en una profunda crisis por imponer leyes antinaturales que conducen a los abusos sexuales del clero.
El becerro de oro se está derritiendo con el fuego de Dios. Muchísimos templos ya han sido vendidos para pagar inmensas cantidades de dinero por los delitos de inmoralidad sexual contra los hijos de Dios.
4.
Ahora Dios está haciendo surgir nuevas iglesias, derribando las estructuras envejecidas adoradoras del metal y del comercio, en que han convertido a sus templos. Por lo mismo, Dios va a quebrantar sus leyes antinaturales dictadas en los primeros concilios eclesiásticos presididos por emperadores, como fue la ley del celibato sacerdotal dictada contra la ley sagrada y universal de la procreación de sus hijos.
Y finalmente, Dios va a derribar sus leyes de marginación de la mujer, para que ellas puedan aspirar a ser consagradas como miembros del sacerdocio ministerial. A lo largo de la historia el machismo ha imperado y la eucaristía ha sido convertida en “propiedad privada” de los hombres del clero.
No hay que olvidar que las primeras comunidades cristianas celebraban la última cena en sus casas, formando pequeñas comunidades con la participación plena de las mujeres, que nunca abandonaron a Jesús, ni siquiera en su muerte.
El sacerdocio real de los laicos y laicas de la nueva alianza, es inseparable de su misión profética y sacerdotal en calidad de su dignidad de reyes recibida en Pentecostés. Sin embargo, la iglesia a través de muchos siglos, ha pervertido y eliminado el pacto de Levi que representa la unión de Dios con su pueblo sacerdotal.
De esta forma el infantilismo religioso ha sido incrustado en la conciencia, el corazón y la mente de las comunidades cristianas, para manipularlas con facilidad en su propio beneficio. Ya Jesús en uno de sus mandatos dijo: A nadie le llaméis padre, señor o maestro, porque solo uno es vuestro Padre, Maestro y Señor, el del reino de los cielos. (Mat. 23, 8-9).
Se necesita gran coraje profético por parte del pueblo sacerdotal y líderes religiosos, auténticos ministros de Dios, que están creando nuevas iglesias para enfrentarse con valentía a las estructuras clericales y normas envejecidas que aún
hoy día buscan imponer a los pueblos y a los hijos de Dios.
La conciencia y naturaleza de la iglesia católica está petrificada, por falta de humildad, sin la capacidad de cumplir la ley universal de la evolución, para perfeccionarse, mientras las naciones, los sistemas naturales, sociales y culturales están en constante proceso de cambio y perfección. En muchos ámbitos, la iglesia sufre una esclerosis incorregible.
5.
La dignidad de las primeras comunidades cristianas fue pisoteada en todo su entorno antropológico, y se necesita la reinstalación de la nueva iglesia profética sacerdotal para la reestructuración de una nueva sociedad purificada. Ello solo será posible, con el desarrollo de la espiritualidad, que conduzca al cristianismo a los campos de la madurez humana, que solo se puede encontrar en el verdadero seguimiento de Jesús.
La clase sacerdotal condujo a Cristo al suplicio de la crucifixión. Pero él, conociendo la muerte a la que iba a ser sometido, fundó en su última cena el sacerdocio real y profético de la nueva alianza” para dar nacimiento al cristianismo. La nueva Iglesia cristiana con los legítimos sucesores de los apóstoles, laicos y laicas, son herederos reales del sacerdocio de Cristo.
Con este interés, la Iglesia Comunidad de Comunidades Nuestra Señora de Guadalupe, con la inspiración del Espíritu Santo, ha creado el siguiente texto que está dando los derechos de presidir y celebrar la ULTIMA CENA a quienes han sido ungidos por Dios, como Sacerdotes, Profetas y Reyes en el sacramento del bautismo.
Con ello no se pretende de ninguna manera eliminar el sacerdocio ministerial, ya que ellos son los llamados a mantener el Orden Sagrado Sacerdotal siempre que se respete el mandato que Jesús dio a todos sus discípulos (as) de realizar este acto en su memoria con la debida preparación, como Jesús y el Espíritu Santo lo hicieron con sus discípulos.
Con mis bendiciones y agradeciendo vuestras plegarias, affmo. en Cristo y María.
Mons. Higinio Alas Gómez
Obispo.
LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO CONFIRMA
EL NACIMIENTO DE LA IGLESIA
COMO PUEBLO SACERDOTAL,
DE PROFETAS Y REYES.
EUCARISTÍA DEL SACERDOCIO REAL.
SALUDO.
Ministro: En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo Amén.
La gracia, la paz y la fuerza del
Espíritu Santo, esté con ustedes.
Fieles: Y con tu espíritu.
Ministro: En silencio agradecemos a Dios nuestros
valores y pedimos perdón de las
faltas y debilidades humanas.
Ministro y fieles después de un momento: dicen:
7.
Fórmula I. Yo pecador. O la Fórmula II:
Ministro: Señor ten misericordia de nosotros.
Fieles: Porque hemos pecado contra ti.
Ministro: Muéstranos Señor tu Misericordia
Fieles: Y danos tu salvación.
TODOS: Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
GLORIA: (en tiempo festivo).
ORACIÓN COLECTA: (buscar la del día).
LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS.
PRIMERA LECTURA. (Alguien lee la primera lectura del día).
Lector: Palabra de Dios.
SALMO Nº…(del día, interactuando con los fieles).
Todos: “Tus palabras, Señor, son espíritu y vida”
ALELUYA:
Todos: “El Señor me ha enviado a dar la buena
noticia a los pobres”.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO. (del día).
Ministro: El Señor está con ustedes.
Fieles: Y con tu espíritu.
Ministro: Proclamación del santo Evangelio,
según san…
Fieles: Gloria a Ti Señor Jesús.
Ministro: Palabra de Dios.
Fieles: Te alabamos Señor.
Ministro y fieles hacen la reflexión conjunta.
8.
ORACIÓN DE FIELES:
(Acción de gracias y peticiones.)
Ministro: La palabra de Dios que hemos meditado en nuestra reflexión conjunta, nos ha llenado de espíritu y vida. No dudemos ahora en presentarle nuestra gratitud y nuestras peticiones.
Fieles: Cada uno hace su acción de gracias, alabanzas o peticiones.
Todos: (A cada petición respondemos): “Demos gracias al Señor” ó “Te lo pedimos Señor”).
Ministro: Acepta Padre Dios cada una de las súplicas de tus Hijos, por Jesucristo Nuestro Señor .Amén.
ORACIÓN DE OFERTORIO.
Ministro: (Elevanddo el pan y el vino dice)
Recibe Padre, como ofrenda permanente, los trabajos y sacrificios de tus hijos, que han cultivado y producido los frutos sagrados de la Madre Tierra, que van a ser convertidos en el cuerpo y sangre de tu Hijo, por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
Ministro: OREN HERMANOS, para que este sacrificio mío y de ustedes, sea aceptable a Dios padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y de toda su santa iglesia.
PREFACIO:
Ministro: El Señor está con ustedes
Fieles: Y con tu espíritu.
Ministro: Levantemos el corazón.
Fieles: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Ministro: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Fieles: Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber
y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo Dios todopoderoso
y eterno, por Cristo nuestro Señor.
9.
Quien al venir realizó el plan de redención, y
cuando venga de nuevo en la majestad de su
gloria, recibiremos los bienes prometidos
que ahora confiamos alcanzar.
Por eso con los ángeles y arcángeles y
todos los coros celestiales cantamos
sin cesar el himno de su gloria.
SANTO, SANTO, SANTO…
CONSAGRACIÓN
Ministro: Juntas las manos y extendiéndolas sobre las ofrendas dice:
Santo y grande eres oh Padre, y con la efusión de
tu Espíritu santifica estos alimentos, para que
sean cuerpo y sangre de tu Hijo.
Quien antes de su pasión, dándote gracias tomó
el pan y lo partió para darlo a sus
discípulos diciéndoles:
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉLPORQUE
ESTE ES MI CUERPO QUE SERÁ
ENTREGADO POR USTEDES.
Así mismo, tomó el cáliz y lo pasó a sus
discípulos diciendo:
TOMEN Y BEBAN TODOS DE EL, PORQUE
ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE
DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE
SERÁ DERRAMADA POR USTEDES
Y POR TODA LA HUMANIDAD
PARA EL
PERDÓN
DE LOS PECADOS.
HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA.
10.
Ministro: Este es Jesús, nuestro Redentor
Todos: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús.
Te pedimos Padre, que envíes al Espíritu Santo y congregues en la unidad a todos los que en la Madre Tierra, hacemos en tu memoria este santo sacrificio.
Padre, bendice a los sacerdotes de tu nueva alianza y a los líderes de todas las religiones que trabajan por extender tu reino de justicia y de paz.
Madre de Dios y de la humanidad, bendícenos para que por tu intercesión, merezcamos con tu Hijo Jesucristo participar de la vida eterna con canciones de gratitud, amor y alabanza.
Ministro: (Levantando el Cuerpo de Cristo y los brazos hacia los cielos, cantamos:)
POR CRISTO CON ÉL Y EN ÉL, A TÍ DIOS PADRE
OMNIPOTENTE, EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU
SANTO, TODO HONOR Y TODA GLORIA POR
LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
Todos: Amén.
Reconociendo que la divinidad y humanidad de nuestra familia procede de nuestro Padre Dios decimos.
PADRE NUESTRO…
EL ABRAZO DE LA PAZ.
Señor Jesús, que dijiste a tus discípulos: “Mi paz les dejo, mi paz les doy”, no mires nuestros pecados sino fe de tu pueblo, y conforme a tu palabra concédenos la paz y la unidad, tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Ministro: Démonos en familia el abrazo de la paz.
(Canto: La paz esté con vosotros).
11.
CORDERO DE DIOS Y COMUNION.
Todos: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros… danos la paz.
Ministro:
Este es Cristo el Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo, dichosos los llamados a la cena del Señor.
Fieles: Señor, yo soy digno, por la sangre de este santo sacrificio, que entres a mi casa y una palabra tuya bastará para sanarme.
Ministro: (Eleva el Cuerpo y sangre de Cristo):
Todos: El Cuerpo de Cristo guarde nuestras vidas para toda la eternidad.
Fieles: Amén.
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS.
¡Oh Dios!, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Ministro: El Señor está con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Ministro: La bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, descienda sobre la Madre Tierra, las naciones y familias, y nos reciba en su reino para la vida eterna.
Todos: Amén.
Ministro: Podemos ir en paz.
Fieles: Demos gracias as Dios.
12.
“HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA”.
“Tomó el pan en sus manos y habiendo
dado gracias a Dios lo partió y se
los dio diciendo:
“Este es mi cuerpo entregado a favor
de ustedes”.
Lo mismo hizo con la copa después de la cena diciendo:
“Este es el nuevo pacto confirmado con mi
sangre, la cual es derramada
por ustedes”.
“Hagan esto en memoria mía”.
“Para el perdón de los pecados”.
(Lc. 22.19)
EDICIÓN : GABRIELA ESCALANTE.
DADO EN:
HEREDIA I DE MAYO 2010
En el Santo día de San José Obrero.