jueves, 28 de marzo de 2013

TORMENTA SOLAR PODRÍA SER EL INICIO DEL FIN. PODRÍA DEJAR A OSCURAS LA TIERRA .

 El sol hizo erupción en 1859 y en la Tierra los cables del telégrafo lanzaron chispas que impactaron a los operadores y quemaron sus papeles. Se crearon aureolas y la sobre carga generó circuitos.

Así se vivió la primera tormenta geomagnética más grande de la historia que se haya registrado, pero si hoy en el siglo XXI se diera un fenómeno similar las consecuencias serían mayores: se deshabilitarían satélites, tanta energía sobre la tierra afectaría las redes y quizá quedemos a oscuras.
Los científicos dicen que es imposible predecir cuándo estallará la siguiente tormenta solar gigantesca, e, igualmente importante, si la Tierra estará en su camino. Lo que sí saben es que con más manchas solares- regiones de campos magnéticos turbulentos- hay más tormentas, y este otoño el sol alcanzará la cresta del ciclo de 11 años de las manchas.
Un apagón en todo un continente afectaría a muchos millones de personas, pero es manejable, dijo John Moura de la corporación North American Electri, Reliability, una organización no lucrativa, fundada por compañías de servicios públicos para ayudar a manejar la red eléctrica. Se podría restablecer la mayor parte de la red en una semana, más o menos, notó.
Otros son más pesimistas. Les preocupa que una erupción enorme y bien dirigida desde el sol causara no sólo que se apagaran las luces, sino que también dañara los transformadores y otros componentes críticos de la red.
Algunos lugares podrían quedarse sin electricidad durante meses, y “es posible que haya escasez por múltiples años”, según el Consejo Nacional de Investigación, la sección para la investigación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
No obstante, este ciclo de las manchas solares ha estado más tranquilo que la mayoría. E, incluso, si el sol desencadena una explosión enorme las posibilidades son de que vaya en alguna otra dirección del sistema solar sin causar daños.
"Sólo en raras ocasiones es que una gigantesca explosión solar llega directamente a la Tierra. Siempre existe la posibilidad de una tormenta grande, y las consecuencias potenciales de una tiene a todos con los nervios de punta", señaló William Murtagh, un coordinador de programa en el Centro Espacial para el Pronóstico del Clima, una dependencia de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

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