Mario Bergoglio, Francisco I.
Ante miles de fieles que colman la Plaza de San Pedro, la Iglesia Católica anunció que el cardenal argentino, de 76 años, reemplazará a Benedicto XVI.
El cardenal protodiácono, el francés Jean Louis Tauran, proclamó desde el balcón de la Basílica de San Pedro la famosa frase en latín "Anuntio vobis gaudium, habemus Papam" (les anuncio una gran alegría, tenemos Papa).
Luego reveló al mundo el nombre del Papa número 266: el cardenal argentino Mario Bergoglio, Francisco I.
Bergoglio, de 76 años, es un jesuita de tendencia moderada que lleva una vida discreta y cultiva el bajo perfil. Su designación para ocupar el sillón de San Pedro es la primera de un americano para dirigir la Iglesia Católica, que jamás estuvo a cargo de un representante de la Compañía de Jesús.
Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, este hombre tímido y de pocas palabras goza de un gran prestigio entre sus seguidores que aprecian su total disponibilidad y su forma de vida, alejada de toda ostentación.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el seno de una familia modesta de la capital argentina, hijo de un trabajador ferroviario de origen piamontés y una ama de casa.
Asistió a la escuela pública, de donde egresó como técnico químico y a los 22 años se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en Filosofía.
Tras incursionar en la enseñanza privada, comenzó sus estudios de Teología y se ordenó como sacerdote en 1969.
A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuitas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
Fue en los años difíciles de la dictadura argentina (1976-83) cuando Bergoglio debió mantener a toda costa la unidad del movimiento jesuita, taladrado por la Teología de la Liberación, bajo la consigna de "mantener la no politización de la Compañía de Jesús", según su portavoz Guillermo Marcó.
Luego, viajó a Alemania para obtener su doctorado y a su regreso retomó la actividad pastoral como simple sacerdote de provincia en la ciudad de Mendoza.
En mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires y comenzó a escalar rápidamente en la jerarquía católica de la capital: fue vicario episcopal en julio de ese año, vicario general en 1993 y arzobispo coadjutor con derecho de sucesión en 1998.
Se convirtió luego en el primer jesuita primado de Argentina y, en febrero de 2001, vistió finalmente el púrpura de cardenal.
Según la prensa argentina, Bergoglio figuró entre los más votados en el cónclave de 2005, que eligió a Joseph Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II.