La cosa es un poco como lo describe Pui-Wing Tam, editora de tecnología deThe New York Times: “Uber se ha convertido en uno de los mayores productores de noticias de la industria de la tecnología”.
Es raro que pase alguna semana sin que emerjan nuevos datos acerca de la compañía, que agresivamente ha entrado al mercado local de transporte de casi 60 países. Agresivamente acá es casi un eufemismo, pues los servicios que ofrece la aplicación se han encontrado con la férrea oposición de taxistas y autoridades en varios lugares, sin que esto impida a la empresa continuar operando mientras pelea para ser aceptada como una opción legítima de transporte público; algo que, por ejemplo, pasó en Ciudad de México a mediados de julio cuando el gobierno del D.F. emitió la regulación para legalizar a Uber en este lugar.
Las noticias de esta semana alrededor de la aplicación comienzan notablemente con los señalamientos hechos por fiscales de Los Ángeles y San Francisco (punto de nacimiento de la aplicación) acerca de las fallas en el proceso de selección de los conductores con los que la compañía se ha asociado en estas ciudades.
De acuerdo con estas autoridades locales, al menos 25 de los conductores asociados de Uber tenían registros de actividad criminal, según dijo George Gascón, fiscal de San Francisco, en una rueda de prensa.
En al menos dos casos, los conductores empleados por Uber en estos lugares fueron condenados por homicidio y explotación sexual de un menor. Gascón indicó que esta investigación se centra en entregarle la información correcta al consumidor, pues la aplicación de transporte ha asegurado en varias ocasiones que examina a fondo quiénes son los conductores con los que se asocia.
La empresa aseguró en su blog corporativo que las empresas que emplea para examinar el pasado de sus conductores asociados también proveen servicios similares para compañías como Amazon, Nike, FedEx, UPS, Walmart y Starbucks.
La valuación actual de Uber se ubica cerca de los US$50.000 millones. Esto lleva a la segunda parte de las noticias alrededor de la compañía, pues esta misma semana se conoció que la plataforma obtuvo US$100 millones en financiación proveniente del Grupo Tata, un conglomerado industrial indio que agrupa empresas como el fabricante de automóviles Mahindra, entre varias otras.
Esta ronda de financiación llega luego de que Uber asegurara que planea invertir US$1.000 millones para incrementar sus operaciones en India. Los servicios de la aplicación están disponibles en 18 ciudades en este país, lugar en donde uno de los conductores asociados de la plataforma fue acusado de haber violado a una pasajera el año pasado. Esto llevo a una suspensión temporal de la plataforma en la ciudad de Delhi, medida que ya fue levantada.
Casi al mismo tiempo que se conocía la nueva financiación para Uber también se hacía pública la noticia de que GrabTaxi (aplicación rival en el sureste asiático) recibió al menos US$350 millones para fortalecer sus operaciones por parte de Didi Kuaidi, entre otros inversionistas.
Esta última empresa es la mayor competencia de Uber en China y, para principios de julio de este año, logró recaudar US$2 mil millones provenientes de fondos de inversión privada.
Lo interesante de este caso es que existe la posibilidad, al menos latente, de que Didi Kuaidi pueda adquirir GrabTaxi y esto sólo calentaría más la competencia entre los servicios tecnológicos que hoy plantean una seria revolución a los modelos de transporte público en cientos de ciudades en todo el mundo.