El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC-MINAE), a través del Área de Conservación Osa (ACOSA), implementa dos proyectos para la restauración del Humedal Nacional Térraba Sierpe (HNTS), ante las presiones que sufren sus ecosistemas por la contaminación, el arrastre de agroquímicos y pesticidas, los cambios en el uso del suelo y la extensión de la especie invasora “negraforra” (Acrostichum aureum), helecho nativo de la zona que ha colonizado agresivamente algunas áreas y actúa como barrera para el establecimiento natural del manglar.
El proyecto denominado “Programa de restauración, conservación y manejo sostenible de los manglares de Costa Rica y Benín frente al cambio climático, llamado también “Proyecto Manglares Costa-Rica Benín”, busca mejorar la mitigación y la adaptación al cambio climático de los humedales costeros en tres sitios en Costa Rica, Humedal Estero Puntarenas, Cuajiniquil y Humedal Nacional Térraba-Sierpe (HNTS) y dos sitios en Benín, África, Ouidah y Gran Popo restaurando manglares, asegurando su manejo sostenible y favoreciendo los intercambios de cooperación sur-sur.
Dicho proyecto de cooperación internacional, iniciará el pilotaje para la rehabilitación, mediante la implementación de un protocolo que incluye, el desarrollo de quemas prescritas, bajo la supervisión del Programa Nacional de Manejo del Fuego del SINAC, monitoreando continuamente las condiciones del clima atmosférico, utilizando reportes del Instituto Meteorológico Nacional, para atender cualquier eventualidad, manteniendo la vigilancia del sitio durante el día y la noche. El área intervenida abarcará 6 hectáreas.
La coordinación institucional del proyecto está a cargo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), a través del Programa Nacional de Humedales quien acompaña a la Fundación Neotrópica en la ejecución técnica, contando con el respaldo técnico y científico y la experiencia del Instituto de Ecología, Pesquería y Oceanografía del Golfo de México (EPOMEX) de la Universidad Autónoma de Campeche (UAC), institución que propone el protocolo de restauración que se aplicará en las áreas de pilotaje.
Según Haydeé Rodríguez, Viceministra de Agua y Mares; “Es relevante mencionar, que la restauración que se propone se considera como “restauración activa” por ello, se requieren las acciones del hombre mediante técnicas de ecología e ingeniería, para retornar la estructura y función del ecosistema lo más cercano posible a un escenario anterior”.
Por su parte, la Dra. Claudia Agraz, experta del Instituto de Ecología, Pesquería y Oceanografía del Golfo de México (EPOMEX), indicó que “Nosotros hemos trabajado en México con un 80% a un 85% de éxito, que en restauración de manglares son muy altos. Esperamos que con esto haya un cambio importante en las zonas piloto para optimizar la tecnología y poderlo trasladar a grandes escalas. Esta es una adaptación muy importante para Costa Rica”,
La primera etapa del proceso realizado, consistió en el desarrollo de un diagnóstico, cuyos resultados arrojan información de tipo climatológica, hidrológica, características propias del entorno y del ecosistema de manglar que permiten identificar el plan de restauración idóneo para cada uno de los sitios, lo que constituye la segunda etapa de dicho proyecto.
Ante la extensión de la especie Negraforra (Acrostrichum aureum), los técnicos y científicos que lideran el proyecto Manglares Costa Rica - Benín proponen, como parte del plan de restauración, la quema prescrita en una parcela de 6 hectáreas, actualmente cubiertas por esta especie y, con un flujo permanente de mareas, en procura de su eliminación y así poder continuar con el proceso de restauración, para luego proceder con la siembra de nuevas plantas de manglar.
“La quema prescrita se realiza porque la Negraforra se reproduce por esporas y en el momento que se corta, la espora quedan disponibles en toda el área, por consiguiente vas a tener más individuos en menor tiempo. Además, ocupamos eliminar el sistema radicular para que la planta no vuelva a crecer. También vamos a inhibir la fotosíntesis para eliminar los individuos que lleguen de los sitios aledaños”, explicó la Dra. Claudia Agraz.
“Una quema prescrita, a diferencia de un incendio provocado, responde a criterios técnicos previamente definidos y es utilizada para favorecer determinados hábitats y biodiversidad, recuperación de pastos y eliminación de especies vegetales. Resulta ser un agente renovador del ecosistema y en este caso acelerador de procesos de rehabilitación del manglar”, comentó Luis Diego Román, Coordinador del Programa Nacional de Manejo del Fuego.
La quema prescrita a realizar en el HNTS estará bajo la supervisión continua del Programa Nacional de Manejo Integral del Fuego del SINAC, cuyo personal cuenta con la experiencia necesaria para llevar a cabo esta acción de una forma segura. Se mantendrá monitoreo de las condiciones climatológicas para asegurar que las condiciones del viento, humedad relativa y temperatura sean las correctas para iniciar la operación. Este monitoreo se desarrollará tanto en días previos a la actividad como durante la quema y posterior a ella y se mantendrán bomberos forestales del SINAC en la zona durante el día y la noche para tener un mayor control y vigilancia, asegurando también la seguridad humana del equipo de trabajo.
Este proceso institucionalmente se ampara en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, ratificado mediante Ley N°7476 del 30 de junio de 1994, la cual le permite al país rehabilitar y restaurar ecosistemas degradados, además de la Ley de Biodiversidad y la Estrategia Nacional de Conservación y Uso de la Biodiversidad estableciendo acciones estratégicas para el país en el desarrollo de experiencias de manejo activo con fines de conservación, legislación que permite el fondo y contenido de la resolución de manejo activo del HNTS N° SINAC-ACOSA-D-R-062-2017, que da amparo a las actividades de recuperación del ecosistema.
El plan de manejo de esta Área Silvestre Protegida, establece los niveles de intervención para cada área del Humedal, por lo que la ubicación del área a aplicar las acciones de manejo activo para lograr la restauración del manglar establece que “Es aceptable la manipulación, con justificación científica y técnica, de especies nativas amenazadas de extinción, para su investigación, cría en cautiverio, reliberación o reintroducción. También se acepta la intervención activa en caso de recuperación de zonas alteradas ya sea, a través de reforestación u otras técnicas. Esta zona puede ser intervenida o manejada activamente en el caso de la presencia de especies introducidas invasoras que no desaparecerán a través de un proceso natural”. En tal caso, se sugiere la intervención activa y erradicación de las especies invasoras con las técnicas más eficientes y seguras para el ambiente.
Jacklyn Rivera Wong, Coordinadora del Programa Nacional de Humedales del SINAC, manifestó que “Nuestro país, a través de la Estrategia Nacional de Biodiversidad se ha comprometido a restaurar 725 ha de ecosistemas de manglar en los próximos dos años, por lo que contar con el apoyo de la cooperación internacional para la implementación de este tipo de proyectos para que el país avance con acciones concretas de pilotaje, se vuelve fundamental para el logro de la meta”. El HNTS es parte de la Convención de Ramsar, tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos. Este humedal contiene el manglar más grande en Costa Rica y abarca un área de 26 779 hectáreas, concluyó diciendo la Sra. Rivera.
Los humedales son ecosistemas importantísimos para la conservación del ambiente y por ende la vida humana en el planeta. Son barreras naturales contra desastres naturales como fuertes oleajes y vientos, constituyen el hábitat de muchas especies, colaboran con la mitigación al cambio climático y pese a estas razones el ser humano continúa destruyendo estos ecosistemas, lo que torna urgente la necesidad de la implementación de acciones que les protejan, restauren y conserven.
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