domingo, 31 de mayo de 2015

NOMBRE DE LOS HURACANES OCEANO ATLANTICO AÑO 2015


NOMBRE DE LOS HURACANES



Cuando un ciclón se convierte en una tormenta tropical recibe un nombre predeterminado.  Actualmente las listas alternan nombres de mujer y hombre y son reutilizadas cada seis años, suprimiéndose de las mismas los nombres de los huracanes que fueron muy destructivos o que, por una u otra razón se recuerdan por sus fatales consecuencias.
¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA DE NOMBRAR LOS HURACANES?
Ø   El primer meteorólogo que utilizó un nombre propio para referirse a un huracán fue un australiano en los primeros años del siglo XX
Ø   Durante la segunda guerra mundial (1939-1945) las tormentas tropicales recibieron, informalmente, nombres de mujeres por los meteorólogos de la Armada de los Estados Unidos de América
Ø   A partir de 1950 las tormentas tropicales del Océano Atlántico norte se identificaron utilizando el alfabeto fonético (alfa, bravo, charlie...)
Ø   En 1953 el Buró del Tiempo de Estados Unidos de América los llamó únicamente con nombres de mujeres
Ø   En 1979 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos  (National Weather Service) incorporaron  nombres alternos de hombres y mujeres.
Ø   Actualmente los nombres se eligen en reuniones internacionales convocadas por la OMM  y se conserva la alternancia  de género.  Las listas de nombres se utilizan cada  6 años. Se omiten las letras Q, U, X, Y y Z debido a la escasez de nombres que inician con dichas letras. Tabla 3
Ø   Los nombres de huracanes muy destructivos se retiran, quedando en los registros históricos,  y son   sustituidos por otros que inician con la misma letra.
Ø   Los nombres  permiten una mejor identificación  entre los servicios meteorológicos y los usuarios  que reciben la información (informes de alerta, información en general), ya que particularizan el fenómeno y de esa manera se conoce  a cuál fenómeno se refieren los boletines de alerta.      






HURACANES
-NOMBRES-
CUENCA DEL ATLÁNTICO
(Golfo de México+Mar Caribe+OcéanoAtlántico)  2011-2016



2011
2012
2013
2014
2015
2016

Arlene
Bret
Cindy
Don
Emily
Franklin
Gert
Harvey
Irene
Jose
Katia
Lee
Maria
Nate
Ophelia
Philippe
Rina
Sean
Tammy
Vince
Whitney
Alberto
Beryl
Chris
Debby
Ernesto
Florence
Gordon
Helene
Isaac
Joyce
Kirk
Leslie
Michael
Nadine
Oscar
Patty
Rafael
Sandy
Tony
Valerie
William
Andrea
Barry
Chantal
Dorian
Erin
Fernand
Gabrielle
Humberto
Ingrid
Jerry
Karen
Lorenzo
Melissa
Nestor
Olga
Pablo
Rebekah
Sebastien
Tanya
Van
Wendy
Arthur
Bertha
Cristobal
Dolly
Edouard
Fay
Gonzalo
Hanna
Isaias
Josephine
Kyle
Laura
Marco
Nana
Omar
Paulette
Rene
Sally
Teddy
Vicky
Wilfred
Ana
Bill
Claudette
Danny
Erika
Fred
Grace
Henri
Ida
Joaquin
Kate
Larry
Mindy
Nicholas
Odette
Peter
Rose
Sam
Teresa
Victor
Wanda
Alex
Bonnie
Colin
Danielle
Earl
Fiona
Gaston
Hermine
Ian
Julia
Karl
Lisa
Matthew
Nicole
Otto
Paula
Richard
Shary
Tobias
Virginie
Walter

Tabla 3 Nombres de los huracanes para la Cuenca del Atlántico de 2011 a 2016



martes, 12 de mayo de 2015

Carta abierta a Carlos Slim * Análisis de Denise Dresser publicado en la edición 1685 de la revista Proceso del 5 de abril de 2009.

Carta abierta a Carlos Slim *

MÉXICO, D.F., 5 de abril 2009 (Proceso).- Estimado Ingeniero:
Le escribo este texto como ciudadana. Como consumidora. Como mexicana preocupada por el destino de mi país y por el papel que usted juega en su presente y en su futuro. He leído con detenimiento las palabras que pronunció en el Foro Qué Hacer Para Crecer y he reflexionado sobre sus implicaciones. Su postura en torno a diversos temas me recordó aquella famosa frase atribuida al presidente de la compañía automotriz General Motors, quien dijo: “Lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos”. Y creo que usted piensa algo similar: Lo que es bueno para Carlos Slim, para Telmex, para Telcel, para el Grupo Carso, es bueno para México. Pero no es así. Usted se percibe como solución cuando se ha vuelto parte del problema; usted se percibe como estadista con la capacidad de diagnosticar los males del país cuando ha contribuido a producirlos; usted se ve como salvador indispensable cuando se ha convertido en bloqueador criticable. De allí las contradicciones, las lagunas y las distorsiones que plagaron su discurso, y menciono las más notables:
–Usted dice que es necesario pasar de una sociedad urbana e industrial a una sociedad terciaria, de servicios, tecnológica, de conocimiento. Es cierto. Pero en México ese tránsito se vuelve difícil en la medida en que los costos de las telecomunicaciones son tan altos, la telefonía es tan cara y la penetración de internet de banda ancha es tan baja. Eso es el resultado del predominio que usted y sus empresas tienen en el mercado. En pocas palabras, en el discurso propone algo que en la práctica se dedica a obstaculizar.
–Usted subraya el imperativo de fomentar la productividad y la competencia, pero a lo largo de los años se ha amparado en los tribunales ante esfuerzos regulatorios que buscan precisamente eso. Aplaude la competencia, pero siempre y cuando no se promueva en su sector.
–Usted dice que no hay que preocuparse por el crecimiento del Producto Interno Bruto; que lo más importante es cuidar el empleo que personas como usted proveen. Pero es precisamente la falta de crecimiento económico lo que explica la baja generación de empleos en México desde hace años. Y la falta de crecimiento está directamente vinculada con la persistencia de prácticas anticompetitivas que personas como usted justifican.
–Usted manda el mensaje de que la inversión extranjera debe ser vista con temor, con ambivalencia. Dice que “las empresas modernas son los viejos ejércitos. Los ejércitos conquistaban territorios y cobraban tributos”. Dice que ojalá no entremos a una etapa de Sell Mexico a los inversionistas extranjeros, y cabildea para que no se permita la inversión extranjera en telefonía fija. Pero al mismo tiempo usted, como inversionista extranjero en Estados Unidos, acaba de invertir  millones de dólares en The New York Times, en las tiendas Saks, en Citigroup. Desde su perspectiva incongruente, la inversión extranjera se vale y debe ser aplaudida cuando usted la encabeza en otro país, pero debe ser rechazada en México.
–Usted reitera que “necesitamos ser competitivos en esta sociedad del conocimiento y necesitamos competencia; estoy de acuerdo con la competencia”. Pero al mismo tiempo, en días recientes, ha manifestado su abierta oposición a un esfuerzo por fomentarla, descalificando, por ejemplo, el Plan de Interconexión que busca una cancha más pareja de juego.
–Usted dice que es indispensable impulsar a las pequeñas y medianas empresas, pero a la vez su empresa –Telmex–  las somete a costos de telecomunicaciones que retrasan su crecimiento y expansión.
–Usted dice que la clase media se ha achicado, que “la gente no tiene ingreso”, que debe haber una mejor distribución del ingreso. El diagnóstico es correcto, pero sorprende la falta de entendimiento sobre cómo usted mismo contribuye a esa situación. El presidente de la Comisión Federal de Competencia lo explica con gran claridad: Los consumidores gastan 40% más de lo que debieran por la falta de competencia en sectores como las telecomunicaciones. Y el precio más alto lo pagan los pobres.
–Usted sugiere que las razones principales del rezago de México residen en el gobierno: la ineficiencia de la burocracia gubernamental, la corrupción, la infraestructura inadecuada, la falta de acceso al financiamiento, el crimen, los monopolios públicos. Sin duda todo ello contribuye a la falta de competitividad. Pero los monopolios privados como el suyo también lo hacen.
–Usted habla de la necesidad de “revisar un modelo económico impuesto como dogma ideológico” que ha producido crecimiento mediocre. Pero precisamente ese modelo –de insuficiencia regulatoria y colusión gubernamental– es el que ha permitido a personas como usted acumular la fortuna que tiene hoy, valuada en 59 mil millones de dólares. Desde su punto de vista el modelo está mal, pero no hay que cambiarlo en cuanto a su forma particular de acumular riqueza.
La revisión puntual de sus palabras y de su actuación durante más de una década revela entonces un serio problema: Hay una brecha entre la percepción que usted tiene de sí mismo y el impacto nocivo de su actuación; hay una contradicción entre lo que propone y su forma de proceder; padece una miopía que lo lleva a ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio.
Usted se ve como un gran hombre con grandes ideas que merecen ser escuchadas. Pero ese día ante los diputados, ante los senadores, ante la opinión pública, usted no habló de las grandes inversiones que iba a hacer, de los fantásticos proyectos de infraestructura que iba a promover, del empleo que iba a crear, del compromiso social ante la crisis que iba a asumir, de las características del nuevo modelo económico que apoyaría. En lugar de ello nos amenazó. Nos dijo –palabras más, palabras menos– que la situación económica se pondría peor y que ante ello nadie debía tocarlo, regularlo, cuestionarlo, obligarlo a competir. Y como al día siguiente el gobierno publicó el Plan de Interconexión telefónica que buscaría hacerlo, usted en respuesta anunció que Telmex recortaría sus planes de inversión. Se mostró de cuerpo entero como alguien dispuesto a hacerle daño a México si no consigue lo que quiere, cuando quiere. Tuvo la oportunidad de crecer y en lugar de ello se encogió.
Sin duda usted tiene derecho a promover sus intereses, pero el problema es que lo hace a costa del país. Tiene derecho a expresar sus ideas, pero dado su comportamiento es difícil verlo como un actor altruista y desinteresado que sólo busca el desarrollo de México. Usted sin duda posee un talento singular y loable: sabe cuándo, cómo y dónde invertir. Pero también despliega otra característica menos atractiva: sabe cuándo, cómo y dónde presionar y chantajear a los legisladores, a los reguladores, a los medios, a los jueces, a los periodistas, a la intelligentsia de izquierda, a los que se dejan guiar por un nacionalismo mal entendido y  aceptan la expoliación de un mexicano porque –por lo menos– no es extranjero.
Probablemente usted va a descalificar esta carta de mil maneras, como descalifica las críticas de otros. Dirá que soy de las que envidian su fortuna, o tienen algún problema personal, o una resentida. Pero no es así. Escribo con la molestia compartida por millones de mexicanos cansados de las cuentas exorbitantes que pagan; cansados de los contratos leoninos que firman; cansados de las rentas que transfieren; cansados de las empresas rapaces que padecen; cansados de los funcionarios que de vez en cuando critican a los monopolios pero hacen poco para desmantelarlos.
Escribo con tristeza, con frustración, con la  desilusión que produce presenciar la conducta de alguien que podría ser mejor. Que podría dedicarse a innovar en vez de bloquear. Que podría competir exitosamente pero prefiere ampararse constantemente. Que podría darle mucho de vuelta al país pero opta por seguirlo ordeñando. Que podría convertirse en el filántropo más influyente pero insiste en ser el plutócrata más insensible. John F. Kennedy decía que las grandes crisis producen grandes hombres. Lástima que, en este momento crítico para México, usted se empeña en demostrarnos que no aspira a ser uno de ellos.
* Análisis de Denise Dresser publicado en la edición 1685 de la revista Proceso del 5 de abril de 2009.

MÉXICO, D.F., 5 de abril 2009 (Proceso).- Estimado Ingeniero:
Le escribo este texto como ciudadana. Como consumidora. Como mexicana preocupada por el destino de mi país y por el papel que usted juega en su presente y en su futuro. He leído con detenimiento las palabras que pronunció en el Foro Qué Hacer Para Crecer y he reflexionado sobre sus implicaciones. Su postura en torno a diversos temas me recordó aquella famosa frase atribuida al presidente de la compañía automotriz General Motors, quien dijo: “Lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos”. Y creo que usted piensa algo similar: Lo que es bueno para Carlos Slim, para Telmex, para Telcel, para el Grupo Carso, es bueno para México. Pero no es así. Usted se percibe como solución cuando se ha vuelto parte del problema; usted se percibe como estadista con la capacidad de diagnosticar los males del país cuando ha contribuido a producirlos; usted se ve como salvador indispensable cuando se ha convertido en bloqueador criticable. De allí las contradicciones, las lagunas y las distorsiones que plagaron su discurso, y menciono las más notables:
–Usted dice que es necesario pasar de una sociedad urbana e industrial a una sociedad terciaria, de servicios, tecnológica, de conocimiento. Es cierto. Pero en México ese tránsito se vuelve difícil en la medida en que los costos de las telecomunicaciones son tan altos, la telefonía es tan cara y la penetración de internet de banda ancha es tan baja. Eso es el resultado del predominio que usted y sus empresas tienen en el mercado. En pocas palabras, en el discurso propone algo que en la práctica se dedica a obstaculizar.
–Usted subraya el imperativo de fomentar la productividad y la competencia, pero a lo largo de los años se ha amparado en los tribunales ante esfuerzos regulatorios que buscan precisamente eso. Aplaude la competencia, pero siempre y cuando no se promueva en su sector.
–Usted dice que no hay que preocuparse por el crecimiento del Producto Interno Bruto; que lo más importante es cuidar el empleo que personas como usted proveen. Pero es precisamente la falta de crecimiento económico lo que explica la baja generación de empleos en México desde hace años. Y la falta de crecimiento está directamente vinculada con la persistencia de prácticas anticompetitivas que personas como usted justifican.
–Usted manda el mensaje de que la inversión extranjera debe ser vista con temor, con ambivalencia. Dice que “las empresas modernas son los viejos ejércitos. Los ejércitos conquistaban territorios y cobraban tributos”. Dice que ojalá no entremos a una etapa de Sell Mexico a los inversionistas extranjeros, y cabildea para que no se permita la inversión extranjera en telefonía fija. Pero al mismo tiempo usted, como inversionista extranjero en Estados Unidos, acaba de invertir  millones de dólares en The New York Times, en las tiendas Saks, en Citigroup. Desde su perspectiva incongruente, la inversión extranjera se vale y debe ser aplaudida cuando usted la encabeza en otro país, pero debe ser rechazada en México.
–Usted reitera que “necesitamos ser competitivos en esta sociedad del conocimiento y necesitamos competencia; estoy de acuerdo con la competencia”. Pero al mismo tiempo, en días recientes, ha manifestado su abierta oposición a un esfuerzo por fomentarla, descalificando, por ejemplo, el Plan de Interconexión que busca una cancha más pareja de juego.
–Usted dice que es indispensable impulsar a las pequeñas y medianas empresas, pero a la vez su empresa –Telmex–  las somete a costos de telecomunicaciones que retrasan su crecimiento y expansión.
–Usted dice que la clase media se ha achicado, que “la gente no tiene ingreso”, que debe haber una mejor distribución del ingreso. El diagnóstico es correcto, pero sorprende la falta de entendimiento sobre cómo usted mismo contribuye a esa situación. El presidente de la Comisión Federal de Competencia lo explica con gran claridad: Los consumidores gastan 40% más de lo que debieran por la falta de competencia en sectores como las telecomunicaciones. Y el precio más alto lo pagan los pobres.
–Usted sugiere que las razones principales del rezago de México residen en el gobierno: la ineficiencia de la burocracia gubernamental, la corrupción, la infraestructura inadecuada, la falta de acceso al financiamiento, el crimen, los monopolios públicos. Sin duda todo ello contribuye a la falta de competitividad. Pero los monopolios privados como el suyo también lo hacen.
–Usted habla de la necesidad de “revisar un modelo económico impuesto como dogma ideológico” que ha producido crecimiento mediocre. Pero precisamente ese modelo –de insuficiencia regulatoria y colusión gubernamental– es el que ha permitido a personas como usted acumular la fortuna que tiene hoy, valuada en 59 mil millones de dólares. Desde su punto de vista el modelo está mal, pero no hay que cambiarlo en cuanto a su forma particular de acumular riqueza.
La revisión puntual de sus palabras y de su actuación durante más de una década revela entonces un serio problema: Hay una brecha entre la percepción que usted tiene de sí mismo y el impacto nocivo de su actuación; hay una contradicción entre lo que propone y su forma de proceder; padece una miopía que lo lleva a ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio.
Usted se ve como un gran hombre con grandes ideas que merecen ser escuchadas. Pero ese día ante los diputados, ante los senadores, ante la opinión pública, usted no habló de las grandes inversiones que iba a hacer, de los fantásticos proyectos de infraestructura que iba a promover, del empleo que iba a crear, del compromiso social ante la crisis que iba a asumir, de las características del nuevo modelo económico que apoyaría. En lugar de ello nos amenazó. Nos dijo –palabras más, palabras menos– que la situación económica se pondría peor y que ante ello nadie debía tocarlo, regularlo, cuestionarlo, obligarlo a competir. Y como al día siguiente el gobierno publicó el Plan de Interconexión telefónica que buscaría hacerlo, usted en respuesta anunció que Telmex recortaría sus planes de inversión. Se mostró de cuerpo entero como alguien dispuesto a hacerle daño a México si no consigue lo que quiere, cuando quiere. Tuvo la oportunidad de crecer y en lugar de ello se encogió.
Sin duda usted tiene derecho a promover sus intereses, pero el problema es que lo hace a costa del país. Tiene derecho a expresar sus ideas, pero dado su comportamiento es difícil verlo como un actor altruista y desinteresado que sólo busca el desarrollo de México. Usted sin duda posee un talento singular y loable: sabe cuándo, cómo y dónde invertir. Pero también despliega otra característica menos atractiva: sabe cuándo, cómo y dónde presionar y chantajear a los legisladores, a los reguladores, a los medios, a los jueces, a los periodistas, a la intelligentsia de izquierda, a los que se dejan guiar por un nacionalismo mal entendido y  aceptan la expoliación de un mexicano porque –por lo menos– no es extranjero.
Probablemente usted va a descalificar esta carta de mil maneras, como descalifica las críticas de otros. Dirá que soy de las que envidian su fortuna, o tienen algún problema personal, o una resentida. Pero no es así. Escribo con la molestia compartida por millones de mexicanos cansados de las cuentas exorbitantes que pagan; cansados de los contratos leoninos que firman; cansados de las rentas que transfieren; cansados de las empresas rapaces que padecen; cansados de los funcionarios que de vez en cuando critican a los monopolios pero hacen poco para desmantelarlos.
Escribo con tristeza, con frustración, con la  desilusión que produce presenciar la conducta de alguien que podría ser mejor. Que podría dedicarse a innovar en vez de bloquear. Que podría competir exitosamente pero prefiere ampararse constantemente. Que podría darle mucho de vuelta al país pero opta por seguirlo ordeñando. Que podría convertirse en el filántropo más influyente pero insiste en ser el plutócrata más insensible. John F. Kennedy decía que las grandes crisis producen grandes hombres. Lástima que, en este momento crítico para México, usted se empeña en demostrarnos que no aspira a ser uno de ellos.
* Análisis de Denise Dresser publicado en la edición 1685 de la revista Proceso del 5 de abril de 2009.

lunes, 11 de mayo de 2015

Pablo Cob Saborío : ‘Montaron una novela financiera en la CNFL’

Diez meses después de que fue invitado a abandonar la gerencia general, Pablo Cob Saborío asegura que dejó a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) boyante y prestigiosa, y niega que exista una crisis financiera como denunció la nueva administración.

Pablo Cob Saborío aduce que el Gobierno quiere debilitar a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), a la que dirigió, y  adelanta que está considerando acudir a la vía legal para anular su destitución.
Pablo Cob Saborío aduce que el Gobierno quiere debilitar a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), a la que dirigió, y adelanta que está considerando acudir a la vía legal para anular su destitución.ampliar
Cob, quien estuvo al frente de esa empresa durante 18 años en tres periodos alternos (el último del 2006 al 2014), aseveró que las alertas sobre enormes deudas y pérdidas de la distribuidora eléctrica metropolitana “son un montaje para debilitarla”.
El ingeniero, de 67 años, considera que su destitución fue “ilegal y arbitraria” y por eso analiza acudir a la vía judicial.
¿Tomará acciones legales?
Claro, no ve que están maltratando a toda la gente en la CNFL. Esa destitución mía se dio en una sesión completamente ilegal. He visto que se están cometiendo tantos atropellos contra los trabajadores, rebajándoles el salario, despidiéndolos, cambiándolos de puesto, haciendo reorganizaciones que ni se entienden a veces. Entonces, yo estoy valorando que, como fue tan ilegal la cosa, puedo pedir la anulación.
¿Anular su destitución?
Sí, porque se tomó en un solo día y de forma arbitraria.
¿De qué depende que acuda a la vía judicial?
De cómo sigan procediendo en la CNFL, porque han montado toda una novela financiera. Toda una novela de una situación que no existe. Eso no es real, están dañando a la empresa. La deuda es totalmente razonable de cualquier empresa eléctrica de Latinoamérica, por eso les ganamos cuando competimos con todos ellos, con empresas grandes de Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina.
¿A cuál instancia acudiría?
Los derechos laborales no prescriben, podría ser un (juicio) contencioso, un recurso de amparo... hay muchas vías que protegen la parte laboral cuando le han sido violentados (los derechos) de esa forma, que lo sacan a uno en un solo día.
¿Por qué si hubo una violación a sus derechos no acudió a las instancias judiciales?
Bueno, porque en ese tiempo don Melvin (Jiménez), quien era el ministro de la Presidencia, dijo que ellos querían a uno de los suyos ahí y efectivamente lo hicieron, porque Víctor (Solís, actual gerente) reconoció que era militante del PAC (Partido Acción Ciudadana). Ellos querían tomar posesión absoluta y yo quería ver si lo que estaban haciendo era correcto, si estaban fortaleciendo la empresa y llevándola a un nivel mucho más productivo.
¿Y lo están haciendo?
Estamos viendo que no.
La actual administración habla de una crisis financiera que se produjo durante su gestión...
Yo puedo demostrar que no, lo que había era un desfase.
”A la Compañía no le habían aprobado el CVC (costo variable del combustible en las tarifas eléctricas), o sea, el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) lo cobra y la Compañía no lo puede recuperar con los usuarios. Además, la Aresep (Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos) duró tres o cuatro años sin aprobarle tarifas ordinarias, lo cual es ilegal, porque cada año está obligada a revisarlas.
”Y entonces, la Compañía tiene que meterse en un proceso de contracción.
¿Hay una mala interpretación de los datos?
No, me parece que hay una intención de afectar a la empresa a como haya lugar (...). En el ICE hay personas y esta que llegó ahora es muy dada a que la Compañía no sea un brazo que le ayude a salir adelante, sino que quiere absorberla.
¿Don Carlos Obregón (presidente ejecutivo del ICE)?
Yo hablo del presidente ejecutivo actual del ICE. Cuando yo llegué la primera vez a la Compañía, mis instrucciones eran que la cerrara y que todo pasara al ICE; esa esa la intención, esa era la cultura en el ICE. Entonces, yo dije que cómo íbamos a desaprovechar esa empresa que tiene todo un mercado, todo una pericia...
¿Volvió esa cultura de querer cerrar a la CNFL?
Viendo las acciones me parece que hay una intención de querer disminuirla.
¿Maquilló los estados financieros, como se le acusa?
No. Yo presenté un informe con estados financieros auditados. Más bien, desde setiembre (de 2014) se comenzó a tener utilidades, pues es cuestión de ciclos.
”A la altura de octubre y noviembre del año pasado la Compañía ya iba con utilidades, porque la CNFL tiene un comportamiento de que, en el segundo semestre, sus resultados son más positivos porque sus plantas propias comienzan a producir más. Lo extraño es que no volvimos a ver los estados financieros de la empresa en su sitio web.
¿Cómo explica el déficit de ¢7.000 millones en 2014?
Lo forzaron, porque las autoridades de la CNFL que manejan esas cosas decían que la proyección era de una utilidad de ¢1.000 millones, como efectivamente ocurrió. Lo que pasa es que se incluyó la movilidad laboral que son como ¢8.000 millones. Aunque la pagaron en febrero, la incluyeron en el presupuesto del 2014, lo cual es rarísimo, hicieron eso solo para reflejar pérdidas.
Parte de la crisis financiera se la atribuyen a un alza desproporcionada del proyecto hidroeléctrico Balsa Inferior, ¿qué pasó?
Fue el ICE el que dijo que se necesitaban mejoras y eso elevó los costos, y me parece bien porque tiene más criterio técnico para decir si una planta requiere que los túneles sean reforzados con acero, por ejemplo.
Ese proyecto registra una pérdida de $64 millones y todavía no se ha inaugurado.
Es la primera vez que se ve que le hacen una devaluación a futuro a una planta, el ICE no tiene esa política. El nuevo gerente no sabe decir si va a producir beneficios o no. Tajantemente, yo puedo decir que va ser beneficioso.
¿Cómo describe la condición en la que dejó a la CNFL?
Boyante, prestigiosa, con un nombre latinoamericano muy fuerte; dos premios oro de la CIER (Comisión de Integración Energética Regional) que agrupa a las empresas latinoamericanas de energía eléctrica privadas y públicas, y resaltar en el primer lugar, no es cualquier empresa.
”Sencillamente, era un asunto de caja que tenía que resolverse ,y este proyecto (Balsa Inferior) ayuda a resolver el tema, porque va a evitar que haya costo variable del combustible (CVC), pues el ICE no tendrá que quemar combustible (generación térmica) por esa cantidad de megas.
”Lo que había era un problema de flujo de caja, pero se resolvía con que el ICE pagara el CVC, que tenía un desfase tres o cuatro meses.

viernes, 8 de mayo de 2015

Clérigo iraní:

Clérigo iraní:   Un clérigo iraní de alto rango culpó a las mujeres que se visten "de manera provocativa" de propagar la promiscuidad y de ese modo provocar los terremotos.

"Cuando se propaga la promiscuidad aumentan los terremotos", declaró el clérigo iraní Hojatoleslam Kazim Sadeghi durante una oración colectiva en Teherán. De este modo culpó a las mujeres que se visten de "manera provocativa" de provocar los desastres naturales, comunica 'The Independent'.
Por lo tanto, la única manera de evitarlo es "refugiarse en la religión y adoptar una conducta de acuerdo con las leyes islámicas", añadió Sadeghi designado el año pasado por el ayatolá Alí Hoseiní Jameneí, líder supremo de Irán, como líder sustituto de la oración en la capital del país Teherán.
Sin embargo, no es el primer clérigo del mundo que atribuye los desastres naturales a la conducta humana. En 2010, el evangelista estadounidense Pat Robertson declaró que el devastador terremoto en Haití del mismo año fue consecuencia del supuesto pacto que realizó la población de este país con el diablo en el siglo XVIII.