domingo, 19 de julio de 2009

PODRÍA ESTALLAR GUERRA CIVIL EN HONDURAS




San José, Costa Rica— La negociación sobre el conflicto institucional hondureño fracasó hoy domingo en Costa Rica, con los dos bandos en pugna enfrentados y sin lograr acuerdos acerca del problema medular de la crisis, la restitución del derrocado gobernante Manuel Zelaya. Mientras, el presidente costarricense, óscar Arias, el mediador, advirtió: “Puede haber una guerra civil y un derramamiento de sangre en Honduras”.

Aunque el mediador garantizó que trabajará durante las próximas 72 horas, por teléfono y desde su oficina, para tratar de pactar un arreglo entre delegaciones de alto rango del régimen del presidente de facto, Roberto Micheletti, y de Zelaya, también explicó que el proceso “tampoco puede ser indefinido”. “No fue posible llegar a un acuerdo satisfactorio”, lamentó.

Al respecto, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pidió a las partes enfrentadas respetar las 72 horas solicitadas por Arias, con la esperanza de que el gobierno de facto “recapacite”. “De no aprobarlo (el acuerdo) se corre el riesgo de que la situación salga de su cauce normal y que tengamos algo que no queremos tener, que es violencia en Honduras”, precisó Insulza desde Washington.

Los representantes de Zelaya indicaron que están dispuestos a retornar a las negociaciones y “dejar el espacio abierto al mediador para que no se derrame una gota más de sangre”. Pero Arias alertó del riesgo de conflicto bélico en Honduras. “¿Cuál es la alternativa al diálogo? (...) Como buena parte del pueblo hondureño tiene armas, ¿qué pasa si se dispara una de esas armas contra un soldado o un soldado dispara su arma contra un ciudadano armado? Puede haber una guerra civil y un derramamiento de sangre que el pueblo hondureño no se merece”, adujo.

“Tal vez así, con ese esfuerzo que pongamos (…) en las próximas 72 horas podemos evitar que haya un derramamiento de sangre en Honduras”, recalcó.

Por su parte, la vicecanciller del gobierno hondureño de facto, Marta Lorena Alvarado, negó que en su país haya un clima de guerra civil y expresó su preocupación por las declaraciones de Arias en ese sentido.

Arias narró que el grupo “del presidente” Zelaya aceptó íntegramente un plan de siete puntos que presentó el sábado a las partes, en el que, como primer punto, está la restitución del gobernante depuesto; pero la delegación “de don Roberto Micheletti” lo rechazó. La reinstalación de Zelaya es “la esencia de mi propuesta”, alegó Arias.

El plan incluye crear un gobierno de reconciliación, decretar una amnistía política, adelantar los comicios generales al 25 de octubre y la renuncia de Zelaya a efectuar cualquier consulta popular que viole la Constitución de Honduras.

Micheletti, desafiante

El canciller del gobierno de facto, Carlos López, se dirigió hoy domingo a Arias y declaró como jefe de la comitiva de Micheletti: “Me veo en la necesidad de expresarle” que “lo siento mucho, pero las propuestas en que usted ha insistido resultan inaceptables”. “En particular”, dijo, la restitución de Manuel Zelaya.

“La mediación no ha sabido comprender que la pretensión de imponer” como presidente a Zelaya va contra el derecho hondureño, infringe el principio de la igualdad soberana de los Estados y “es absolutamente inaceptable”, ya que es “una abierta intromisión en los asuntos internos de Honduras y una lamentable desnaturalización de la mediación”, puntualizó, en un desafío a una mediación apoyada internacionalmente.

Rixi Mendoza, ministra depuesta de Energía y jefa de la comitiva de Zelaya, replicó que el diálogo “ha finalizado”.

El diálogo se reanudó hoy con un intercambio de ataques entre las delegaciones y se complicó cuando el régimen golpista planteó una contrapropuesta al plan de Arias en la que, entre otros asuntos, acepta el retorno de Zelaya —a quien sólo identifica como “peticionario”— pero para que sea juzgado por los tribunales. La contrapropuesta fue rechazada por el grupo de Zelaya.

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