domingo, 7 de diciembre de 2014

Semblanza: Carlos Fonseca / “La discapacidad está en la mente.” Eduardo Rodríguez Arias / era99lda@hotmail.com Pese a su discapacidad, este joven no para de luchar por sus sueños. Carlos Fonseca Orellana, mitad tico y mitad catracho, es un joven de 19 años. Él estudiante de Administración en la Universidad Nacional. Pese a su astrofia en la médula espinal, no se le limita para que en su vida y estudios, pueda seguir adelante, basando su fe en Dios.

Semblanza: Carlos Fonseca / “La discapacidad está en la mente.”
Eduardo Rodríguez Arias / era99lda@hotmail.com - Celular 89555555


Pese a su discapacidad, este joven no para de luchar por sus sueños.
Carlos Fonseca Orellana, mitad tico y mitad catracho, es un joven de 19 años. Él estudiante de Administración en la Universidad Nacional. Pese a su astrofia en la médula espinal, no se le limita para que en su vida y estudios, pueda seguir adelante, basando su fe en Dios.

Desde los primeros meses de su vida, Carlos Fonseca fue diagnosticado con una enfermedad, que le impediría caminar y hasta moverse con el paso del tiempo. Los doctores le dijeron a sus familiares que este joven, no podría vivir muchos años, sin embargo este luchador ya cuenta con casi 20 años de vida.

Escuela
En sus inicios académicos, “carlitos” como se le conoce popularmente, estudio en la escuela Félix Arcadio Montero en Santo Domingo de Heredia. Durante esos 6 años de estudios básicos, este joven aún contaba con gran movilidad de sus brazos y cabeza, lo único que le era imposible, es caminar. Esto no lo limitó ya que logro graduarse en el año 2007.
 Tras su paso por la escuela. Carlos ingreso al Colegio Santa María de Guadalupe en donde iniciaría uno de sus mayores retos, ser bachiller de educación media. Los doctores aseguraban que este joven, no lograría llegar tan largo pero como él asegura, “la discapacidad está en la mente”, lo que lo motiva a desafiar la ciencia y seguir adelante en sus metas.
Colegio
Sétimo, octavo y noveno no hubo mayor complicación para Carlos y su familia. Sin embargo, en décimo año, este luchador, empezaba a resentir su enfermedad y tuve una gran dificultad, ya que sus brazos y cabeza empezaban a sufrir el paso de los años. Aunque suene extraño, “carlitos” ha sido operado en muy pocas ocasiones, aunque en la última fue necesario colocarle una especie de varilla en su columna para poder mantenerse firme y no sufrir más dificultades.
Este momento fue uno de los más complejos en su vida, ya que por motivos de salud, se ausento mucho tiempo de sus estudios, pero con la ayuda de su familia, amigos, orientadora, auxiliares y profesores, este logró sacar ese año adelante con grande calificaciones.
En quinto año, Carlos siguió con sus problemas motores, que cada día le dificultaban escribir y estudiar para sus exámenes y tareas. Ya sus brazos era cada más delgados y con problemas para moverlos, pero como él dice, “Dios es mi fuente de poder e inspiración” y bajo esta frase, nunca se dio por vencido para alcanzar sus sueños. Sin duda quinto fue duro para él, mucho estrés, tareas, estudios, exámenes y demás obligaciones lo llevaron a estar enfermo de nuevo, pero logró salir adelante y en noviembre del año 2012, enfrento las temidas  pruebas de bachillerato donde salió victorioso y en diciembre fue premiado como bachiller, además de ser el dedicado de la graduación por parte de la generación 2012 del colegio “Samagu” en Santo Domingo de Heredia.
 Su hermana Mariel Fonseca (izquierda) y madre Reina Orellana (derecha) durante su graduación.

Universidad
En el año 2013 ingreso a la Universidad Nacional de Costa Rica. Administración fue su carrera elegida. Carlos soñó con estudiar diseño, pero por sus dificultades motoras, se le hace muy difícil desenvolverse en un área como esta, por eso se inclinó hacia los números para seguir su futuro.
“Carlitos” tiene muchas dificultades humanas, como él asegura, pero con su familia que constantemente lo apoyan, además de tener profesores y tutores en la universidad, que le ayudan con la escritura. Este joven, asegura que estudiar es cansado  ya que pasar tanto tiempo sentado es desgastante, además dice que para sus exámenes él no práctica problemas matemáticos, solo lee ejemplos y así memoriza los distintos procesos para resolver las preguntas.
En su primer semestre del año anterior, ya estaba matriculado, sin embargo una re-caída en sus enfermedades, lo llevo a descansar esos 6 meses, y con esto recupero fuerzas para a mediados de julio empezar una nueva etapa en su vida académica.
En este año y medio de carrera ha sido resaltado por su gran esfuerzo y dedicación por parte de la Universidad Nacional. Premios como “estudiante destacados” de la UNA, fue un gran reconocimiento para este gran ser humano.

En periódicos como la Nación, fue resaltado por sus luchas. En la foto junto a sus padres.
Vida personal
Carlos pese a su vida tan desafiante, cuenta con una mentalidad ganadora. Él no tiene techo, ya que asegura que lo único que le impediría seguir luchando por su felicidad es la muerte, ya que contra esto no hay remedio.
Una gran “lástima” siente por esas personas que no saben valorar su vida, aun teniéndolo todo, mientras otras personas prefieren no vivir o hacer el daño, por cosas menores a las que él vive a diario.
Su madre, Reina Orellana es esa mamá que merece todo el reconocimiento por su gran lucha y dedicación por sus hijos. En el colegio, escuela y universidad, ella se preocupa por todo lo que su hijo este viviendo. Casi que todos los días tiene que acompañar a Carlos a sus distintos lugares de estudio, además de quedarse con él a ayudarle, pese sus labores en el hogar.
Mariel Fonseca es su hermana y colega, ya que esta también estudia administración. Ella es una hermana ejemplar, ya que durante la estadía de “carlitos” en la universidad, ella se encarga de una gran parte de la responsabilidad académica y cuido del joven Carlos en días que su madre no cuenta con la oportunidad de hacerlo.
Su padre Gerardo Fonseca, es otro gran luchador, que trabaja fuertemente para así poder ayudar a su familia en los temas económicos, además de su gran labor paternal con Carlos.
Este joven seguidor de Cristo, cuenta como llego a los caminos de Dios. Desde chico su familia le llevo a una iglesia cristiana en su pueblo de toda la vida. Carlos cuenta como muchas veces pensó en morir, ya que él quería descansar de una vez por todas. La paciencia fue su gran aliado, ya que vivo de momentos de gran desesperación pero Dios le revelo que todo estaría bien, y que su propósito de vida aun tiene mucho camino. Con esto “carlitos” se inspira y toma ese segundo aire para seguir adelante, y ese método es de la mano del “Señor”.
Él comenta que otro gran problema, es vivir la discriminación de la gente ignorante, ya que muchos le han dicho que no podrá llegar hasta donde él desea, pero con la ayuda de Dios y de su familia, ha logrado mentalizarse y aprender a no sentirse afectado por tantas críticas negativas de las personas que no quieren verlo salir adelante.
Su mejor decisión la tomo hace años atrás, y fue ser feliz aceptando la realidad pero sin limitarse ni poner excusas. “Aprendí a hacer todo de otra manera” a segura Carlos, ya que aunque tiene esta discapacidad física, el reitera que su enfermedad aunque es una realidad, esta en la mente.
Carlos no se rinde y expresa que su máximo sueño es caminar, siempre y cuando Dios siga siendo el centro de su corazón. Mientras ese anhelo se cumple, él seguirá buscando su felicidad y seguir agradando a Dios con sus acciones, ya que este fue, es y seguirá siendo su razón de vivir.



Foto tomada de su facebook, septiembre del 2012.